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Hollywood es bueno, pero Rosetta es mejor

Un truco es antropomorfizar las naves para darle a las misiones de los robots el mismo atractivo que los vuelos tripulados. “Nunca vi algo igual en toda mi vida”, twitteó la sonda Philae a sus 320.000 seguidores.

Por: Clive Cookson, Financial Times | Publicado: Lunes 17 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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El destino de Philae, la sonda espacial europea posada precariamente sobre la cabeza de un cometa a miles millones de kilómetros de distancia, se ha convertido en un momento de máxima tensión.

La historia de la misión Rosetta ha disparado la imaginación del mundo y los espectadores cautivados. Como David Parker, jefe de la Agencia Espacial de Reino Unido comentó: "Hollywood es bueno, pero Rosetta es mejor".

Primero tuvimos el drama sobre el descenso de Philae de su nave nodriza Rosetta. Las celebraciones cuando hizo contacto por radio para anunciar su llegada al cometa 67P, y entonces la angustia de descubrir que la sonda no aterrizó correctamente, debido a que sus arpones fallaron a la hora de asegurarlo a la superficie, y había rebotado quedando atascada en una rocosa esquina contra un acantilado de hielo sucio.

Agotados científicos del centro de control de la Agencia Espacial Europea (ESA, su sigla en inglés) trataron de resolver algunos de los problemas de Philae a través de un enlace de radio discontinua en el que cada mensaje se tomaba 28 minutos para viajar fuera de la Tierra.

Philae intentó perforar la superficie del cometa para extraer material para el análisis químico en su laboratorio robótico a bordo, a pesar de los temores de que la presión podría derrocarla.

Más allá de los problemas, los científicos de la ESA calificaron el aterrizaje de Philae y la misión de Rosetta como un triunfo. "Esta misión ya es fantástica", dijo Andrea Accomazzo, director de vuelo. "Lo que hemos logrado es único y será único para siempre."

ESA, una organización internacional independiente con 20 estados miembros, decidió invertir 1.300 millones de euros (US$ 1.628 millones) en Rosetta principalmente porque la misión prometía un buen retorno científico. Pero las agencias espaciales saben que el público -y sus mecenas políticos- ven proyectos como Rosetta más como hazañas de la ingeniería, con algo de drama, que lo que a menudo parecen vagas recompensas científicas a largo plazo.

La ESA ha aprendido de la famosa maquinaria de relaciones públicas de la NASA, su más viejo y más grande homólogo estadounidense, cómo aprovechar una misión para lograr la máxima emoción.

Uno de los trucos es antropomorfizar la nave, dándole a las misiones robóticas el atractivo de los vuelos espaciales tripulados. Las naves de hoy tienen cuenta en Twitter donde escriben mensajes: "¡La vista es impresionante, ESA_Rosetta! Nunca vi algo igual en toda mi vida", dijo Philae a sus 320.000 seguidores de la red social.

Para el arriesgado descenso de Philae en la escarpada superficie del cometa de hielo sucio y rocas, la ESA advirtió a la gente que esperara "siete horas de terror", en referencia a los "siete minutos de terror" con que la NASA describió el aterrizaje del Curiosity en Marte en 2012.

Un cometa como 67P/Churyumov-Gerasimenko (para dar su nombre completo) ha estado prácticamente toda su vida ultracongelado en los límites exteriores del sistema solar, y apenas ha cambiado en 4.500 millones de años. Estudiándolo de cerca los científicos aprenderán más sobre los componentes químicos que formaron la joven Tierra.

Por ejemplo, si los isótopos de oxígeno en el hielo del cometa son idénticos a los de los océanos de la Tierra, apoyaría la teoría de que una lluvia de cometas trajo grandes cantidades de agua al nuevo planeta. Si las moléculas orgánicas como los aminoácidos están presentes en el 67P, sugeriría que los cometas trajeron algunos de los componentes básicos de la vida a la Tierra, impulsando nuestra comprensión de cómo empezó la biología.

"Los datos recolectados por Rosetta proporcionarán a la comunidad científica y al mundo un tesoro", dijo John Grunsfeld, director de ciencia espacial de la NASA.

Stephan Ulamec, gerente de Philae, dice que incluso si la perforación no funciona, las pruebas recopiladas por otros instrumentos reunirán un 80% de los datos científicos esperados del módulo de aterrizaje.

Por ejemplo, se han "olfateado" las moléculas del 67P para desglosar su composición química. Pero a los investigadores les llevará meses o años analizar los resultados.

Cuando los gobiernos europeos se unieron en la ESA en 1973 era una agencia con un pequeño presupuesto y capacidad técnica en comparación con la NASA, que entonces estaba terminando los días de gloria del programa Apolo, pero invirtiendo fuertemente en la ciencia espacial. Incluso hoy, la NASA gasta hasta tres veces más que su contraparte europea, con un presupuesto de alrededor de US$ 17.000 millones al año frente a los US$ 5.500 millones de la ESA.

Su momento más glorioso antes de Rosetta vino en 2005, cuando su sonda Huygens aterrizó en la luna gigante Titán de Saturno y envió fotos extraordinarias de un mundo extraterrestre en que los hidrocarbonos crean un clima como el agua lo hace en la Tierra.

Ese se mantiene como el único aterrizaje de un objeto creado por el hombre en un cuerpo en el sistema solar exterior.

Mientras ESA está visitando cometas, la NASA está más interesada en los asteroides, cuerpos rocosos de varios tamaños que rotan alrededor del sol en órbitas más estables y circulares que los cometas.

Grunsfeld dice que la NASA prolongará el éxito de Rosetta a través de su misión Osiris-Rex, que lanzará una nave en 2016 a un asteroide llamado Bennu, donde recogerá una muestra, la primera vez que se hará en un cuerpo extraterrestre además de la luna.

Según la NASA, la motivación para la misión va más allá de la curiosidad científica. "Bennu es también uno de los asteroides potencialmente más dañinos", asegura. "Tiene una probabilidad relativamente alta de impactar la Tierra a fines del siglo XXII. Osiris-Rex determinará las propiedades físicas y químicas de Bennu. Esto será esencial para cuando los científicos futuros desarrollen una misión de mitigación de impacto".

Mientras, ESA está mirando a Marte para su próxima visita espacial luego de Rosetta. Su intento previo de aterrizar una sonda en el planeta rojo, el Beagle 2, fracasó en 2003. La agencia espera un mejor resultado en enero de 2019 cuando su astromóvil ExoMars intente aterrizar.

A diferencia del astromóvil Curiosity de la NASA, ExoMars ha sido diseñado con un equipo analítico especial para detectar señales de vida microbiana primitiva en Marte.

Más allá está Juice, el Jupiter Icy Moons Explorer, programado para ser lanzado en 2022 y que arribaría al planeta más grande del sistema solar en 2030.

Ahí pasará tres años merodeando el sistema lunar, mirando hacia cuerpos facinantes como la luna glacial Europa, cuya corteza se cree que cubre un océano líquido que podría tener formas de vida primitiva.

Para el futuro inmediato, los científicos espaciales se están enfocando en esa valiente sonda que está en un ángulo raro en la cabeza del cometa 67P.

Cualquiera sea la suerte de Philae, los científicos de la misión están desesperados para que el mundo vea el aterrizaje como un éxito.

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