Cartas al Director

Señor Director:


Hoy en día el que tiene la autoridad legal para usar la fuerza, no la puede usar y el que no tiene la autoridad legal para usarla, sí puede hacer uso de ella... ¿mundo al revés?... curioso por decir lo menos.

Jorge Nazal



Señor Director:


El señor Sebastián de la Carrera debería escribir con menos prisa sus apreciaciones al diario y no dejarse dominar por los intereses de los españoles en relación al tema de Enersis. En efecto, mezclar las utilidades de las AFP como hace él con las decisiones en defensa de sus afiliados es una baja manera de descalificar, sólo propia de quién carece de argumentos. Las AFP fueron las primeras y únicas en declarar urbi et orbe que se trataba de una operación relacionada, mientras la Superintencia de Valores estudiaba el tema y la de Pensiones brillaba por su ausencia. No ensuciemos cuando no se tiene razón.

Lorenzo Maldonado G. 



Señor Director:


Estando de acuerdo con la carta de Sebastian de la Carrera respecto a investigar y resolver por parte de la superintendencia, creo que el gobierno debería reestudiar la ley de las AFP y buscar la forma de cambiarla mirando un poco el beneficio de los dueños de los fondos, o sea los trabajadores.
Esto podría ser a través de creditos hipotecarios u otras formas de beneficios, pero lo importante sería que dicha ley no continúe solamente enriqueciendo a los dueños de los fondos de pensiones por administrar los fondos, que son de todos los trabajadores y que al final están recibiendo jubilaciones que dejan bastante que desear.

Pedro Pablo Molina Wood



Señor Director:


Tratando estoy de entender los pensamientos de algunos parlamentarios, como los del señor Rossi que por un lado pretende legalizar la marihuana y por otro aumentar el impuesto específico al tabaco para que se fume menos... No quiero pensar mal...¡Pero no entiendo nada!


Sergio Gallegos



Señor Director:


Este mes de la solidaridad recordamos la partida de san Alberto Hurtado hace ya 60 años. Es prudente rescatar parte de su legado en torno al trabajo, tan vigente como hace más de medio siglo.
San Alberto nos llama a reconocer el trabajo no sólo como un medio para ganarse la vida, sino como una colaboración social, y lo define como “el esfuerzo que se pone al servicio de la humanidad: esfuerzo personal en su origen, fraternal en sus fines, santificador en sus efectos” (humanismo social, 1947) Con esta frase, el Padre Hurtado nos está diciendo que el trabajo no se entiende si no es visto desde una dimensión social. Cuando eso se pierde y se ve desde una perspectiva individualista, ocurre lo que le pasa a muchos: trabajan sólo para esperar el sueldo a fin de mes. Lamentablemente, hay muchas personas que ven en su trabajo sólo la forma de obtener los recursos para hacer lo que les gusta fuera del trabajo.
Es por esto que el santo nos llama a encontrar el sentido de nuestro trabajo diario, el que nos hace entender el “para qué” de nuestros esfuerzos y dar lo mejor de lo nuestro, y así alcanzar la plenitud que equivocadamente buscamos fuera de nuestra vida laboral.
Cualquier trabajo debiese enfocarse antes que todo a la generación de bienes o servicios que aporten a que la vida de otros sea mejor. En esta línea, el Padre Hurtado nos dice que “cuando se descubre que el trabajo tiene valor para la comunidad, que es una contribución fraternal al bien de todo, el espíritu se ilumina con una nueva luz, y los músculos cobran nuevas energías.” me atrevo a citarlo nuevamente: “esfuerzo sin sentido conocido, es esfuerzo perdido; esfuerzo motivado, es esfuerzo aprovechado”.
Nunca es tarde para cuestionarse el “para qué” hacemos lo que hacemos, sobre todo si pensamos que más de un 40% del tiempo de nuestra vida activa lo dedicamos a nuestro trabajo. Nunca es tarde para que nuestro esfuerzo sea realmente aprovechado.

Nicolás Dell’Orto

Director ejecutivo Pegas con Sentido