Columnistas

El costo de la obesidad y sus consecuencias

Fernando Vio Profesor Titular INTA Universidad de Chile

Por: Fernando Vio | Publicado: Viernes 16 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Para nadie es un misterio que la obesidad está aumentando en Chile y lo más probable es que lleguemos al año 2020 con más de 10.000.000 de adultos con sobrepeso u obesidad y 2.200.000 diabéticos. El costo de tratar a los diabéticos será de US$ 2.000 millones anuales, que es lo que Codelco dejaría de aportar este año al fisco por la baja en el precio del cobre y costos de producción más elevados. Esto es una carga insostenible para nuestra sociedad y para el sistema público de salud, considerando que los más afectados son los pobres, donde la obesidad y la diabetes son el doble que en los sectores de mejores ingresos. Esta situación daña directamente el recurso humano, que es nuestro principal activo para seguir desarrollándonos y puede ser un impedimento grave para nuestro crecimiento económico. Así como en la década del 70 existía la desnutrición como amenaza para nuestro desarrollo, lo que fue superado con políticas de Estado, la obesidad debe ser enfrentada como un problema país en el cual todos debemos colaborar.

Las soluciones para enfrentar la obesidad son complejas porque se trata de decisiones personales sobre hábitos muy arraigados en las personas, acerca de cómo nos alimentamos y si hacemos o no actividad física. Esto aún no es percibido como problema por la población, que no exige a los políticos ni al gobierno tener políticas frente a la obesidad.

El estudio “Medición de la carga económica actual de la obesidad en Chile y proyección al año 2030”, de las universidades de Chile y Santiago, muestra que el país gasta 1,4 billones de pesos al año en obesidad, de los cuales 455 mil millones son por gasto directo en atención de salud. Considerando los gastos generados entre 2010 y 2030, el país pierde aproximadamente el 0,81% del PIB en pagar las consecuencias de la obesidad: tratamientos médicos, enfermedades asociadas, pensiones de invalidez, ausentismo laboral, pérdida de productividad y mortalidad prematura. El año 2016 el gasto es de 0,54% del PIB y el año 2030 llegará a 1,46% del PIB, mucho más del 0,3% a 0,4% que se gasta en ciencia e innovación.

Así como el crecimiento económico de los últimos 30 años fue posible gracias a que no teníamos desnutrición, debemos cuidar de no hipotecar nuestro futuro con una población obesa y enferma. Para ello, debemos actuar con políticas de Estado claras y continuas que prevengan la obesidad, formando hábitos saludables desde la primera infancia.

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