Javier Zabala

Poco productivos, la incómoda verdad

Javier Zabala Luminis Consejeros

Por: Javier Zabala | Publicado: Miércoles 27 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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La productividad no es algo sexy. Por ejemplo, cuando en enero fue presentado el tercer informe de la Comisión Nacional de Productividad, el tema no fue portada en los diarios, como sí lo fue ese día el triunfo de Chaleco López en los buggies del Dakar.

Sin embargo, la evidencia es abrumadora en cuanto a que la productividad es la que saca a los países de la trampa de los ingresos medios, o la que prolonga la competitividad de las empresas, o la que mantiene vigente y con ingresos altos la carrera de los profesionales (y a la vez permite trabajar menos horas).

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Pero, si bien la productividad brilla como el oro, es como el de la olla al final del arcoíris, pues nunca se llega realmente a él para disfrutarlo, sino que es más bien una vocación sin fin, y su éxito se mide en comparación a la competencia.

Ejemplos no faltan para mostrar que Chile, mirando a las economías más desarrolladas, no sale bien parado en esta carrera: un gran proyecto de inversión acá demora seis años en ser aprobado, versus tres en Canadá (donde no son precisamente laxos es temas de sustentabilidad). Una faena minera de la misma multinacional, acá produce 30% menos que en Australia, incluso corrigiendo por factores como la ley del mineral. En general, una pyme chilena es dos veces menos productiva que su par en una economía desarrollada, y una empresa grande lo es tres veces menos. A nivel individual, a un trabajador chileno le toma muchas más horas que a su par OCDE producir casi cualquier cosa.

El informe achaca parte de la baja productividad a la maraña de regulaciones locales, las que reconoce no son políticamente atractivas de mejorar, pues los frutos no suelen ser cosechados por los gobiernos que impulsan las reformas. Por eso, insiste, la importancia de transformar la Comisión en una entidad permanente e independiente del gobierno de turno.

A nivel privado, impulsar la productividad exige cooperación entre los actores de una industria, lo que conlleva riesgo de ser acusado de colusión, o entre los actores privados y la autoridad sectorial, con riesgo de ser acusado de captura del regulador.

Pero, si bien el estudio no identifica balas de plata, sí identifica sectores —por ejemplo, minería, industria forestal, cabotaje marítimo, o venta y arriendo de maquinaria— que son particularmente poco productivos, porque han logrado mantener baja competencia. Estos arriesgan ser intervenidos, pues los estudios indican que con más competencia subirían su productividad entre 14 y 16%.

El reporte también ve que, en el ámbito del trabajo, las empresas no han aprovechado de volverse más productivas al incorporar a los inmigrantes en los puestos de trabajo más adecuados para ellos, cuando los que han llegado en los últimos años tienen en promedio más educación superior y más predisposición a trabajar que sus pares locales.

Puede que el tema no sea sexy, pero si usted lidera una empresa acá en Chile y quiere que su organización, o su carrera, se mantengan en el tiempo, asegúrese de convertir a la productividad en su prioridad, aunque no capture titulares de diario.

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