La Alianza del Pacífico se merece más
Álvaro Jana Abogado, Ex Direcon
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Álvaro Jana
Recientemente entró en vigencia el Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico. El motivo de que hayan transcurrido más de 3 años desde su suscripción en junio de 2012, la cual tuvo lugar en la Cumbre de Paranal realizada en el norte de Chile, es porque conforme con el régimen legal interno de Colombia, no basta con la aprobación que su Congreso le dé al tratado sino que además se requiere aquella que debe darle su Corte Constitucional. En aquel entonces, el gran desafío para los gobiernos de los países de la Alianza era ser capaces de generar los consensos y mecanismos de negociación que permitieran darle a este Acuerdo Marco de tan sólo tres páginas un contenido coherente con sus principios y objetivos.
Sin perjuicio de la visión política que se tenga, es un hecho objetivo reconocido por todos, especialmente Colombia, México y Perú, que el liderazgo mostrado por Chile como primer país a cargo de ejercer la Presidencia Pro Tempore de la Alianza, resultó esencial para afrontar este desafío con un éxito que sobrepasó todas las expectativas. Lo anterior no fue producto del azar sino que del compromiso y en especial la convicción del Presidente Piñera y su gobierno con el proceso, la tangibilidad de sus beneficios y el fuerte atractivo asociado al pragmatismo como eje facilitador de una integración económica, comercial y cultural abierta y no excluyente. Evidentemente, sin el mismo nivel de compromiso y convicción de los demás Presidentes y gobiernos de la Alianza nada de esto habría sido posible.
Hasta ahora, lo que no se ha visto en el gobierno de la Presidenta Bachelet es precisamente ese tipo de compromiso y convicción y tal vez esto explica la ausencia de grandes novedades, progresos y profundizaciones en el proceso integrador de la Alianza del Pacífico durante los últimos 18 meses si se tienen en cuenta los logros preexistentes tanto en la dimensión comercial como de cooperación. De hecho, la primera muestra concreta y relevante de consumación de los objetivos de integración comercial trazados por el Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico fue y sigue siendo el Protocolo Adicional firmado en febrero del año 2014 en Cartagena de Indias durante la VIII Cumbre de Presidentes. No obstante, recién la semana pasada el actual gobierno lo ingresó al Congreso Nacional para su aprobación y posterior entrada en vigor y a pesar de la importancia de este acuerdo comercial, no hizo ningún tipo de declaración o comunicado público al respecto. En contraste, llama la atención la persistencia con la que se tratan de publicitar las supuestas virtudes de una convergencia con Mercosur, algo que a todas luces es a lo menos prematuro y riesgoso para un proceso que aún requiere madurar.
En la Alianza del Pacífico toda decisión debe adoptarse por unanimidad de sus miembros. Algunos creyeron que ello entrabaría su avance pero sucedió lo contrario. La visión común de los cuatro gobiernos fue la clave. Por lo mismo, mientras la Presidenta Bachelet y su gobierno mantengan una especie de crisis de identidad para con este proceso, queriendo transformarlo en algo que no es, difícilmente veremos que progrese como se merece.