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La paradoja de la planificación urbana en Chile

Marcela Ruiz-Tagle O. Economista

Por: Marcela Ruiz-Tagle O. | Publicado: Viernes 14 de abril de 2023 a las 04:00 hrs.
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Marcela Ruiz-Tagle O.

El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, anunció recientemente la compra de los terrenos de la Fundación Ciudad del Niño en la comuna de San Miguel. Casi 10 hectáreas en las cuales se espera construir entre 1.200 a 2.000 viviendas sociales, dependiendo de posibles modificaciones a la normativa urbana vigente. La elaboración del plan maestro se encuentra en ejecución, previéndose el inicio de obras a partir del próximo año.

Esta compra se suma a las 1.800 hectáreas de suelo fiscal destinadas a la ejecución de 44 planes urbanos habitacionales distribuidos a lo largo del país, cuyo desafío es la construcción de 100.000 viviendas con integración social y mayores estándares urbanos. Uno de estos planes corresponde a la Ciudad Parque Bicentenario en la comuna de Cerrillos, proyecto anunciado el año 2001. Con una superficie de 250 hectáreas, su diseño contempló la construcción de 15.000 viviendas, servicios, comercio, equipamiento y un parque de 50 hectáreas.

“La planificación no solo requiere un plan regulador que acoja el plan maestro, sino una gobernanza que responda por la gestión del plan, su cumplimiento y uso de los recursos involucrados”.

El proyecto tardó casi 15 años en contar con un marco regulatorio que permitiera el cambio de uso de suelo requerido para su desarrollo y dos décadas en entregar las primeras viviendas con subsidio. A la fecha, considerando las construcciones en ejecución así como las licitaciones en curso, el número de viviendas generadas alcanzaría a las 6.000 unidades. De mantenerse el ritmo de licitación se terminarían de construir las viviendas restantes hacia fines de la década.

No cabe duda de que es un proyecto emblemático y que su desarrollo ha generado aprendizajes, como la necesidad de contar con instrumentos de planificación territorial flexibles, o la evolución en los criterios de evaluación exigidos en las licitaciones, los que en la actualidad abarcan un mayor espectro de atributos que la sola oferta económica por el valor del suelo.

Sin embargo, este proceso ha tenido un alto costo de oportunidad. Resulta evidente que se requiere incorporar mejoras que van más allá de los ámbitos mencionados.

Para que la planificación urbana sea más que un anhelo no solo se requiere de un plan regulador que acoja el plan maestro, también se necesita la asignación de presupuestos vinculantes al desarrollo de las inversiones de infraestructura básica requerida para concretar la imagen objetivo propuesta en un período definido de tiempo, y de una gobernanza que responda por la gestión del plan, su cumplimiento y uso de los recursos involucrados. Esta gobernanza debiera ser capaz de escalar y acelerar el desarrollo de los proyectos, para lo cual la descentralización y la colaboración público privada resultan ser ámbitos deseables.

Así lo evidencia la experiencia internacional. Los países que cuentan con agencias o corporaciones de planificación y desarrollo urbano, en las que el sector privado aporta con su conocimiento en gestión y de mercado, logran enfrentar de mejor manera las necesidades de sus habitantes. Ha sido el caso de las ciudades de Boston, Copenhague o Hamburgo, por mencionar sólo algunos ejemplos.

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