El disco de platino sigue siendo uno de los más codiciados en la industria musical. Pero hoy no son los artistas quienes lo buscan, sino los inversionistas: bancos de inversión, fondos especializados y traders están apostando fuerte por este metal, que en lo que va de 2025 ya acumula un alza de más de 30%, superando a la plata y al oro.
Pero no son sólo los profesionales. También se han sumado los clientes comunes y corrientes. Tan comunes, que Costco -el conocido supermercado mayorista estadounidense- ofrece a sus afiliados una barra de platino de una onza con la imagen de Lady Fortuna, diosa romana de la suerte y la prosperidad. ¿El precio? Varía cada día.
El platino -símbolo Pt, número atómico 78- es un mineral escaso con alto valor industrial. Se extrae principalmente en Sudáfrica, Rusia, Canadá y Zimbabue, y su uso va mucho más allá de la joyería: está en dispositivos médicos, componentes electrónicos y, sobre todo, en catalizadores para autos a combustión. Su precio, históricamente, ha seguido los vaivenes del ciclo económico global.
En 2014, el platino era el rey del mercado de las materias primas. Su precio superaba al del oro y la plata, y durante años mantuvo una prima histórica por sobre el metal dorado. Pero ese reinado terminó. En la última década perdió tracción, quedó fuera del radar de los inversionistas y pasó gran parte de los últimos cuatro años atrapado entre los US$ 900 y US$ 1.100 por onza.
Pero este año la historia cambió. El impulso, coinciden los analistas, viene desde China. El gigante asiático -el mayor comprador mundial de metales preciosos- aumentó sus importaciones de platino en 47% solo en abril. Y no es sólo por inversión institucional: el platino está reapareciendo en la calle. Hoy, además de lingotes y monedas, es común ver cuentas en TikTok chinas que promocionan joyas con el metal, posicionándolo como alternativa más asequible frente a un oro que ya superó los US$ 3.500 la onza.
La oferta también está bajo presión. En los primeros meses del año, las lluvias en Sudáfrica, problemas en fundiciones de Zimbabue y reestructuraciones en minas de América del Norte redujeron la producción global. A eso se sumó una baja en el reciclaje de joyas, que no alcanzó a cubrir la diferencia. Resultado: escasez. Y precios al alza.
De hecho, algunos analistas vinculan el repunte con un informe reciente del World Platinum Investment Council, que advirtió una caída en la oferta y un aumento sostenido de la demanda global. Desde entonces, el apetito por el platino se aceleró.
Ese apetito ya se nota en los mercados. El Abrdn Physical Platinum Shares, el mayor ETF del sector, acumula un alza de 33% en lo que va del año. Otros vehículos como el iShares Physical Platinum ETC de BlackRock y el GraniteShares Platinum Trust también muestran retornos sobre el 30%, siguiendo el salto del precio spot.
Pero no todo pasa por los ETF. Las grandes mineras también se han beneficiado del rally. El ADR de Anglo American Platinum acumula un alza de 33% en lo que va de 2025, y Sibanye Stillwater, una de las principales productoras internacionales de este metal, ha subido -lean bien- un 87% en bolsa.
Nada de esto era previsible hace un año. En 2024, el platino vivió una de sus peores rachas recientes, con caídas que lo sacaron del radar de muchos inversionistas. Hoy, el rebote no sólo es nítido: también parece tener fundamentos para sostenerse.
Un fenómeno similar ocurre con el paladio, el “hermano” del platino. En lo que va de 2025, acumula un alza del 18%. Para quienes siguen ambos metales, existe una alternativa combinada: el Sprott Physical Platinum and Palladium ETF, que los incluye en proporciones casi iguales.
Cifra de la semana:
US$ 530 millones
Eso es lo que, según el Departamento de Justicia de EEUU, habría lavado Iurii Gugnin, CEO de la firma cripto Evita Pay. El esquema que operó entre 2023 y 2025, usó transacciones en Tether para mover dinero desde bancos y exchanges hacia clientes ligados a entidades rusas sancionadas, como VTB y Sberbank. ¿El objetivo? Ayudar a adquirir tecnología sensible estadounidense. Gugnin fue arrestado este lunes en Manhattan y enfrenta 22 cargos. Según los fiscales, hasta buscó en Google: “cómo saber si hay una investigación contra ti”.
Dónde apostar:
¿Invertir en una cartera o en una acción?
Hermès, la casa francesa fundada en 1837, es sinónimo de lujo. Pero también es una máquina de rentabilidad poco común en el mundo empresarial. En un sector donde muchas marcas compiten por atención, Hermès sigue un camino propio: produce poco, no hace descuentos y mantiene una imagen de exclusividad radical. Y esa aparente austeridad genera resultados espectaculares.
Con márgenes operativos sobre el 40%, una capitalización de mercado superior a los US$ 280.000 millones y crecimiento de ventas constante a doble dígito, Hermès ha demostrado que se puede escalar el lujo sin sacrificar mística. Su producto estrella, la cartera Birkin, es quizás el símbolo máximo del lujo como escasez: fabricada a mano, con listas de espera que superan los dos años, cada unidad es casi una inversión física.
El modelo de negocio de Hermès se basa en el control total: desde las curtiembres hasta las tiendas. No hay licencias ni concesiones. Cada elemento de su cadena está pensado para proteger la marca, mantener la calidad y reforzar la idea de que Hermès no vende objetos, sino estatus. Y así lo ha reflejado el precio de su acción.
En un mundo hiperconectado, donde el lujo tiende a democratizarse, Hermès apuesta por lo contrario: lentitud, discreción, herencia. No busca crecer a toda costa, sino con precisión. Y ese minimalismo comercial la convierte, irónicamente, en una de las empresas más admiradas y valiosas de Europa.
Sin duda que una Birkin subirá de valor con los años, pero la acción de Hermès hasta ahora también ha demostrado ser una inversión rentable, anclada en un modelo de negocio consistente y que no ha dado luces de que cambiará a futuro. Entonces, cartera versus acción, ¿cuál comprarías?
Por Felipe Mercado, portfolio manager de DVA Capital
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