Axel Kaiser está en Buenos Aires. “Voy y vengo”, dice. “Ya tengo bastante que hacer acá apoyando la transformación que está liderando Javier Milei y que para gran satisfacción personal -porque es un movimiento intelectual que comencé yo en el caso de Chile hace unos 15 años, y también participé activamente en Argentina en los últimos 10 años y por eso nos hemos hecho amigos con Javier Milei- está teniendo éxito contra los pronósticos de todos los economistas mainstream, de todos los periodistas, de todos los intelectuales, de todos los analistas políticos que no tienen absolutamente idea de nada de lo que estaba pasando. Y ahora les estamos tapando la boca”, asegura.
En Argentina, el hermano del candidato presidencial del Partido Nacional Libertario Johannes Kaiser es subdirector académico de la Fundación Faro, pero —dice— “también estoy presente en medios de comunicación como intelectual”. Cuenta que así fue como Milei lo conoció: lo vio en TV y luego leyó su libro La fatal ignorancia.
El presidente del directorio de la Fundación para el Progreso (FPP) cuenta que está asesorando a la candidata presidencial colombiana Vicky Dávila; que es senior fellow en el centro de estudios en Washington Archbridge; y que desde julio se sumará como investigador en FIU en Florida. “Como soy figura ya más regional o internacional, me invitan a muchos lados a dar conferencias”, añade. Estará en Chile la próxima semana y luego se va por varios meses.
- Usted sonaba como candidato, ¿cómo ve que ahora sea su hermano el que toma esa bandera?
- Lo que pasa es que mi hermano es mejor político que yo. Yo soy mejor intelectual público.
- ¿Por qué lo considera a él un buen político?
- Primero porque le encanta. Segundo, porque él conoce muy bien todas las dinámicas internas del Congreso, los mecanismos institucionales que operan, las lógicas de redes políticas al interior de los partidos. Yo nunca he sido político, no creo que me iría mal tampoco si lo hiciera, pero no lo he sido. A mí me gusta el mundo de las ideas.
- ¿Qué rol tiene en la campaña de su hermano Johannes?
- En su campaña ninguno. En contenidos sí, le doy ideas. Pero no estoy siendo el que articula el programa de manera detallada todos los días, eso lo hace Víctor Espinoza. Mi rol es haber creado todo el movimiento libertario que él está ahora liderando políticamente y seguir en esa batalla cultural para que podamos hacer cambios políticos profundos. Y estamos ganando esa discusión a nivel cultural. Porque hace 10 años yo planteaba que la desigualdad no era el problema de Chile y que íbamos a terminar destrozando la economía de nuestro país si seguíamos con el verso envidioso de que hay que redistribuir los ingresos y pegarle más a los ricos. Bueno, ahora nadie está hablando de desigualdad, todo el mundo está hablando de crecimiento económico. Yo hablaba de lo mucho que gasta el Estado, de cuánto despilfarra, de la permisología...
- La derecha siempre ha hablado de crecimiento, ¿no?
- No es verdad. La derecha se compró completamente el diagnóstico de la izquierda de la redistribución de riqueza, y de hecho fue la derecha la que votó en pleno por la reforma tributaria de Michelle Bachelet, casi sin excepciones, que destrozó la posibilidad de invertir y crecer en el país. Y la justificación que daba una persona como Coloma, era que no iba a tener ningún impacto negativo sobre el crecimiento de la economía. Lo dijo también el Presidente Piñera en el discurso de aniversario: que la gran vergüenza de Chile era la desigualdad. Lo repetían sus ministros, sus parlamentarios. Me acuerdo porque fui el protagonista de esta discusión defendiendo el modelo económico de los Chicago Boys.
- ¿Cree que el cambio de mirada de la derecha se debe a lo que usted ha estado haciendo?
- Esto no es por tirarme flores. En un país de chaqueteros como el nuestro, nadie te reconoce nada. Ahora, hay otros factores que ayudan a que esté cambiando: las ideas de izquierda que abrazó tanto la derecha como la izquierda han fracasado. Porque el país está mal, eso te lo dicen todos.
Factor Bukele
- En diciembre usted dijo que ojalá Johannes fuera parte de esta primaria con Evelyn Matthei. No lo logró convencer. ¿Qué pasó?
- No, yo no lo traté de convencer, él planteaba que quería una primaria. Pero Chile Vamos no abrió la puerta a una primaria. Y después, cuando se aprobó la reforma al sistema de pensiones —que es una muy mala reforma— fue donde él dijo ‘han transado principios elementales, con lo cual es muy difícil ahora ir a una primaria’, porque obviamente una primaria después te obliga a respaldar a la persona que gana. Y si tú tienes un proyecto programático muy diferente, eso se complica. Hemos visto que tampoco ellos han querido hacer una primaria con Chahuán y con Carter, así que no era sólo un tema con mi hermano.
- ¿No cree que es un error que por la derecha vayan tres candidatos directos a primera vuelta?
- No sé si políticamente es un error. Es posible que en el mundo ideal sea mejor llevar uno solo, porque ganaría en primera vuelta. Pero la realidad es la que es. De todos modos, no tengo dudas de que el próximo Gobierno lo va a ganar la derecha.
- ¿Usted de verdad cree que su hermano puede ser Presidente de Chile?
- Estoy convencido que sí.
- Pese a que tiene una posición tan extrema.
- Ese es el típico argumento de la gente que lo está pasando demasiado bien todavía en Chile. Porque claro, cuando a ti te corren los balazos todos los días en la población, cuando no puedes llegar a tu casa, cuando los narcos controlan tu barrio, cuando la inmigración descontrolada destruyó tu calidad de vida, cuando no tienes empleo y todo lo demás, cuando no vives en Vitacura, Las Condes, Ñuñoa, te pueden parecer extremas ciertas posturas. Pero cuando te toca vivir en esos lados donde la gente lo está pasando pésimo, entonces no te parecen extremas. Te parece que son las únicas que pueden resolver el problema porque no hay alternativa. Lo mismo decían de Milei. ‘Es un extremo’. Bueno, mira cómo está Argentina ahora gracias a su reforma. Cuando tienes una crisis, necesitas medidas radicales. Y Chile está en una crisis. Cuando yo te pregunto ¿por qué la gente, al gobernante que más admira fuera de Chile es Bukele? ¿Bukele es un moderado?
- No.
-Bueno, entonces esta es la realidad de Chile. Por eso estoy convencido de que mi hermano va a ganar, porque la mayoría de Chile quiere un Bukele como Presidente. Una mezcla entre Milei y Bukele, pero sobre todo Bukele por el tema de seguridad.
- ¿A usted le gustaría un Bukele?
- Pero mil veces antes que una persona que va a dejar que al país se lo tome el narcotráfico y el crimen organizado.
- Pero sin irse al otro extremo, ¿considera mejor un Bukele en Chile que alguien más moderado?
-Si Matthei quiere tener éxito gobernando va a tener que aplicar políticas como las de Bukele, y de hecho ha copiado algunas cosas. Así que, dejemos de pretender que aquí la competencia es entre moderados y extremos, porque ese es el típico discurso de la élite Starbucks que no tiene problemas de verdad, y que es la minoría del país. Hoy todos están tomando posturas que hace un par de años eran consideradas extremas, incluso la izquierda. Lo están haciendo en materia migratoria, lo están haciendo en materia de seguridad y lo están haciendo en materia económica. Hoy Chile Vamos tiene un mucho mejor mejor programa que el que nunca tuvo en la historia. ¿Por qué? Porque es más “extremo”. ¿Qué es lo que significa que sea más extremo? Que apunta en la dirección correcta con más determinación.
- Los resultados de las últimas elecciones, sobre todo de los dos procesos constitucionales, apuntan a lo contrario: la gente sí quiere un Chile más moderado.
- Esa es una pésima lectura de lo que está pasando.
- ¿Por qué?
- Es que no es verdad. ¿Tú realmente crees que la gente quiere políticas moderadas en materia de seguridad?
- Da lo mismo lo que yo piense. Es lo que se vio en las votaciones constitucionales.
- ¿En qué elección? Porque en la Convención Constituyente de Kast -si acaso la consideran un extremo- los republicanos arrasaron con todos los otros partidos, y era el partido más “extremo” de derecha. Y después se perdió esa Constitución porque se movió al centro. Porque se moderó. Entonces yo creo que están haciendo una muy mala lectura que no viene de la realidad del país.
- Si bien en las encuestas Johannes ha subido mucho, pareciera que se estancó, y está en el tercer lugar, después de Matthei y Kast.
- No es cierto. La última encuesta, que es la de Mayol, de La Cosa Nostra, lo da empatado con Matthei.
- Hablemos de todas las encuestas. Cadem que mide semanalmente está en 12%, Criteria, que es quincenal, está en 11%.
- Lo único que te puedo decir es que las encuestas le decían lo mismo a Milei.
- ¿Existe la posibilidad de que Johannes se baje a último minuto?
- No lo sé. Es una decisión que tiene que tomar él. Hasta donde yo sé, esta posibilidad es cercana a cero.
- Pablo Longueira postulaba que o Kast o Kaiser se van a bajar, y que hace sentido que sea Johannes porque tiene más que perder si no sale electo, ya que pierde su puesto en el Parlamento...
- José Antonio ha estado fuera del Parlamento por mucho tiempo y no ha perdido vigencia tampoco. Yo creo que depende de cómo evolucionen las cosas en los próximos meses. Hasta donde yo veo, Johannes no se va a bajar. Yo creo que tiene muchas más probabilidades de ganar la presidencia de lo que todo el mundo se imagina.
- Hasta ahora su hermano está muy solo, ¿con quién gobernaría?
- Una vez que llegas al poder, créeme que todas las personas van a querer estar ahí ayudándote. Así que las redes y los apoyos van a estar.
Lo que te hace un buen Presidente es carácter, determinación, coraje para asumir el costo. Y eso lo tiene José Antonio, lo tiene Johannes, supongo que Evelyn también. Así que va a hacer que la carrera sea más competitiva.
- ¿Sería su ministro?
- No, yo no voy a ser ministro ni de él ni de ningún gobierno. Yo lo único que espero es que cualquiera sea que pase a segunda vuelta, Evelyn Matthei, José Antonio, o mi hermano, los otros lo respalden y haya consenso por un acuerdo programático amplio para sacar al país adelante.
- ¿Y eso lo va a hacer Johannes?
- Tendrías que preguntárselo a él. Pero ha dicho que efectivamente si hay puntos de acuerdo programático, lo hará, pero obviamente no va a respaldar un gobierno que quiere subir impuestos, o que quiere mantener las fronteras abiertas, o que cede soberanía a instituciones internacionales.
- En eso coincide con los dos candidatos de la derecha.
- Hasta ahora por lo visto sí, pero como Chile Vamos tiene una trayectoria que tiene que enmendar, de apoyar cosas de izquierda, entonces ahora corresponde —y yo creo que Evelyn Matthei está haciendo un buen trabajo en ese sentido— corregir esa desviación, porque también no nos olvidemos de un tema: ¿Por qué existe José Antonio Kast y existe Johannes Kaiser? Porque la centroderecha se corrió mucho a la izquierda. Si la derecha vuelve a ese eje más liberal, o liberal-conservador porque son un poco las dos cosas, y se desentiende de lo que planteó Evópoli, que creo que es el proyecto político más fracasado que ha surgido en los últimos tiempos, que es esta cosa de tratar de ser amarillo, siempre caerle bien a todo el mundo y entonces irse con el tema woke por un lado…
- Pero la política precisamente es eso, negociar, ceder.
- Tú puedes negociar en función de maximizar tus principios y avanzar la causa por la cual has sido elegido. Es cierto que a veces tienes que transar algunas cosas para ganar otras, pero no puedes llevarlo a tal punto que tu visión de mundo la terminas sepultando por una causa que es nada más que mantenerte en el poder con tus privilegios.
- ¿Cómo ve la campaña de Matthei?
- Estoy muy contento de ver que Evelyn Matthei está en una línea mucho más cercana a una derecha clásica de lo que el país necesita en materia de reformas económicas, de seguridad, de lo que jamás estuvo Chile Vamos en el pasado. Y eso tiene mucho que ver, uno, con que ella ha tomado conciencia de la dimensión del problema que tenemos en Chile —supongo que siempre tuvo bastante noción de eso—, pero también con la irrupción de mi hermano. Yo creo que si mi hermano no hubiera surgido con tanta fuerza en las encuestas y tanto respaldo, tal vez no habría tantos incentivos para tomar ideas y propuestas que él está formulando.
- ¿Por ejemplo, la frase de la semana pasada, el tema de las muertes “inevitables” del Golpe? ¿Qué le pareció?
- Yo la defendí en El Mercurio. Tiene toda la razón, dijo la verdad. Entonces que ahora salga Chahuán a tratar de decir con esa típica cosa amarilla, blandengue, jalea, de Chile Vamos —que a muchos de los que somos honestos intelectualmente nos repugna—, a darle la espalda a lo que dijo, cuando todos ellos, lo sabemos, estuvieron de acuerdo con el golpe de Estado...
- Pablo Ortúzar cuestionó que Johannes es una persona que básicamente no cree en el Estado y sin embargo vivió del Estado de Bienestar austriaco durante 20 años. ¿No hay ahí una contradicción?
- No vivió del Estado de Bienestar. Él se dedicó a trabajar y pagar sus impuestos, cotizaciones y cargas sociales, prácticamente todo el periodo que estuvo en Austria. Ortúzar está hablando desde la ignorancia, y debería ser más riguroso antes de emitir opiniones que pueden ser cool en el contexto que se mueve él.
- Estuvo 20 años estudiando allá y no terminó ninguna carrera…
- Es cierto que los estudios de las universidades son esencialmente gratuitos en Europa. Pero hay otro tema ahí: si el día de mañana dicen “a todas las personas que miden 1.80, el Estado le va a dar un bono de $ 50 millones”, y esa es la decisión que todos tomaron, yo también lo voy a aceptar. ¿Eso significa que está bien? No. Pero si la gente vota algo tan absurdo, bueno, después no se quejen de las consecuencias. Ahora, mi hermano nunca ha planteado que hay que cerrar el Estado.
- Achicarlo al mínimo.
- La función esencial del Estado, eso ya lo planteaba John Locke, es proteger el derecho a la vida, a la propiedad y la libertad de las personas. Y eso no lo cumple el Estado en Chile. Pero tienes millones de otras cuestiones que hacen los burócratas y los políticos, y estamos cada vez peor en la medida que el Estado más ha crecido. Entonces ese es el punto: hagamos las cosas que el Estado tiene que hacer bien: seguridad y orden público. Y después puedes tener políticas a lo Milton Friedman, que es lo que está proponiendo mi hermano, cerrar los ministerios de inútiles que son para puros amigotes, que al final son para despilfarrar y robar plata. Porque esa es la verdad: una forma de robarle a manos llenas a los chilenos es metiendo cargos artificiales.
“Lo que no te mata, te hace más fuerte”
- Vámonos a la historia familiar de ustedes que se contó en La Tercera, que habla de una dura infancia.
- No voy a hablar de eso.
- ¿Hay un costo de la exposición familiar que han tenido?
- Miserables. Son cosas que no se hacen. Me parece repugnante explotar tragedias personales con fines políticos. Es realmente una mariconada. Y puedes citarme con esa palabra. Es de seres humanos deleznables porque es algo que nosotros jamás haríamos.
- Pero hay algo de realidad, en el sentido de que esas dificultades los llevaron a refugiarse en los libros…
-Mucha gente tiene historias duras, la nuestra tuvo ciertamente cosas difíciles. Pero también tuvo cosas muy buenas. Y sí, la adversidad te fortalece. Eso ya lo decía Nietzsche, el filósofo alemán, “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Y a nosotros nos hizo más fuertes. Pero de ahí a usarlo por terceras personas como argumento para desacreditarte, lo encuentro muy bajo.
-¿Cómo ve lo que está haciendo Trump con este reorden global a partir de las tarifas?
-¡Uf! Hay tantas cosas que se pueden decir. Bueno, yo soy en general contrario al proteccionismo comercial. Creo que es un error fundamental. No sé si finalmente la negociación va a terminar con tarifas más bajas. Habrá que verlo con el tiempo. Y eso sería muy positivo. Si no, obviamente no es positivo. Yo creo que van a castigar al Partido Republicano fuertemente en la elección del próximo año. Y por lo tanto, Trump se podría convertir en un grave problema si es que insiste en esa política. Pero creo que él, con lo pragmático que suele ser, la va a enmendar una vez que consiga algunos triunfos. Está por verse. Sí me gusta todo lo de la desregulación y el recorte de gasto público que está haciendo y que se pueda llegar a un acuerdo de paz en Ucrania, me parece buenísimo. Necesitamos estabilidad geopolítica, que esa guerra se termine. El resto de los temas no me preocupan demasiado, la verdad.
VER MÁS
MARKET DATA
<%userdata?.email%>
Editar perfil
Credencial
Salir
(Twitter)
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok
Alto contraste
