Por Equipo Política
Hasta la casa del presidente de RN, senador Carlos Larraín, llegó el pasado lunes un grupo de dirigentes de la Democracia Cristiana (DC) para afinar el paquete de propuestas de reformas políticas que dieron a conocer ayer en conjunto, “sorprendiendo” a toda la clase política y provocando un remezón al interior de sus propias coaliciones.
La cita, que se produjo antes que Larraín cenara esa misma noche junto a su par de la UDI, Juan Antonio Coloma, en la residencia del ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, no era la primera.
Y es que las directivas de ambas tiendas -RN representada por los Baldo Prokurica, Francisco Chahuán, Mario Desbordes y la DC por Ignacio Walker, Andrés Zaldívar, Jorge Pizarro, Jorge Burgos y Gutenberg Martínez- venía trabajando en el documento, de manera reservada, desde hace al menos tres meses.
No obstante, sólo pasadas las 18.00 horas del martes y en dependencias del Senado en Valparaíso, los timoneles dieron los últimos retoques al texto titulado “Un nuevo régimen político para Chile”.
A partir de ahí, ambos dirigentes se dieron a la tarea de contactar a sus pares en las respectivas coaliciones para informarles lo que se estaba trabajando y la propuesta que darían a conocer. La idea apuntaba a moderar las críticas que el tema despertaría. Así, pasadas las 21.00 horas del martes, Walker contactó al resto de los presidentes de la Concertación para informarles las gestiones. Lo propio hizo Larraín al conversar con Coloma.
Respecto a si el gobierno y el propio presidente, Sebastián Piñera, estaban al tanto del acuerdo que se estaba gestando, en RN reconocen que si bien no dieron detalles de las tratativas para evitar filtraciones y que, con ello, se frustrara, confirman que “sí habían dado luces” de las gestiones en búsqueda de un acuerdo más amplio.
Sorpresas y desconfianzas
La reacción tanto en el oficialismo como en la oposición y hasta en el mismo gobierno fue de “sorpresa”. Sin embargo, las críticas se centraron en la forma más que en el fondo, pues con la excepción de los dirigentes de la UDI que son contrarios a modificar el binominal, en el resto de la clase política valoraron el cambio de opinión de la directiva de RN, que semanas atrás rechazaba estudiar cambios al sistema electoral. De ahí que uno de los duros del gremialismo, el senador Jovino Novoa, advirtiera que si bien no estaba al tanto de lo que hacían sus socios, este acuerdo “va a producir sorpresa en el gobierno porque el lunes en la noche se habían puesto de acuerdo en coordinarse en estos temas y parece que ese acuerdo duró menos de 48 horas”.
Aunque en el resto del gremialismo la decisión causó profunda molestia, representada por los dichos del Diputado Felipe Ward (UDI), quien afirmó que “el emplazamiento va dirigido a nuestros socios, ya que necesitamos saber si ellos están dispuestos a seguir en el gobierno o continuarán negociando con la DC y los partidos de la oposición. Es un tema sensible dentro de la Coalición por el Cambio, ya que salir con este ‘domingo 7’ sin avisarle a nadie tensiona las relaciones al interior de la Alianza”.
Desde La Moneda confirmaron que aún cuando no tenían detalles, el tema “no sorprende y tampoco molesta, porque en nada cambia el plan” que se habían trazado frente a las reformas políticas.
Además reconocen el interés del presidente de RN por diferenciarse, tratándose de un año electoral, por lo que califican su paso como “un punto” que se anota en su ofensiva por atraer a la DC hacia la centroderecha y de paso adelantarse a los “liberales” de su propio partido. En ese sentido, el diputado Alberto Cardemil (RN) destaca que Carlos Larraín “tiende un puente hacia la DC, la acerca hacia la Alianza y la aleja de la Concertación”.
En tanto, en los partidos aliados de la DC, el acuerdo despertó críticas. Así lo hicieron ver el senador Fulvio Rossi y el diputado Marcelo Díaz, ambos socialistas, quienes afirmaron que el presidente del PS, Osvaldo Andrade, no les comentó nada del acuerdo.
De hecho, el líder PS restó dramatismo al pacto de la falange y dijo que “aquí lo que importa es que un partido de la Alianza está dispuesto a generar un cambio en el sistema electoral desde un sistema binominal a un sistema proporcional. Eso lo ha dicho RN y yo valoro eso. Ahora el problema es muy simple o el presidente acepta el veto de la UDI o se hace cargo de que aquí hay una mayoría dispuesta a hacer este cambio”.
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