Aunque el miércoles 10 de mayo la carrera por la presidencia de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) dio un giro, perdiendo uno de sus dos competidores tras la renuncia de Rodrigo Álvarez, el único nombre en competencia siguió con su agenda en terreno. Bernardo Larraín Matte decidió continuar un proceso que -según asegura- ha sido “una gran oportunidad” , pero también cumplió ayer lo que ese polémico día prometió: reunirse con el ahora excandidato para compartir ideas.
Y si bien Larraín evita dar luces de la conformación de su equipo, sí deja en claro que aplaude la reciente decisión de AB Chile, el gremio del ex ministro, de ratificarlo en el cargo como su líder. De ser electo, dice, “tenemos que hacer un esfuerzo muy grande de profundizar el camino de la revalidación empresarial”. Y agrega: “Lo primero que vamos a hacer será un encuentro con los consejeros para hacer un ejercicio de planificación estratégica a dos años”.
- En su programa señala tres ejes de trabajo. ¿Cuáles son las propuestas específicas que pretende impulsar?
- Dijimos tres ejes: validación de la empresa; incorporación de objetivos sectoriales y regionales en una agenda transversal; y promover buenas políticas públicas para Chile. En este último eje debemos primero centrarnos en aquello que nos es más cercano y más natural, como es el desafío de reactivar la inversión y a través de ella el crecimiento. Y cuando uno piensa en el desafío por supuesto que está la reorientación de la reforma laboral, tributaria -en otras palabras- la modernización de ambas. Hay un desafío muy relevante en todo lo que es la formación técnico-profesional y la capacitación en el trabajo. Y hay un desafío que para mí es uno de los más relevantes que es la modernización del Estado.
- ¿Cuál es el sello que prima en cada reunión con los consejeros?
- El sello –que por lo demás ha sido el de la Sofofa pero que siempre es bueno reafirmar- es uno donde básicamente las propuestas de políticas públicas que hagan los gremios empresariales estén muy basadas y muy ancladas en las vivencias reales del mundo empresarial. Eso es lo que diferencia un gremio empresarial de un centro de estudio. Por eso, nuestro sello es de un gremio cuyo liderazgo está integrado por personas que están activas en el mundo empresarial. Me refiero a directores de empresas, ejecutivos de empresas, empresarios.
- ¿En las reuniones le preguntan por su vínculo con el caso CMPC?
- Sí, y lo he enfrentado en esas reuniones así como también públicamente.
- ¿Y cuáles son las dudas específicas? ¿Que más adelante aparezcan flancos que dañen la Sofofa?
- Es un tema que lo hemos conversado abiertamente y finalmente la conclusión -muy compartida- es que si queremos esta lógica de que el gremio sea liderado por personas que están activas en el mundo empresarial por supuesto que siempre tendrán complejidades, es de la esencia del mundo empresarial tenerlas.
Sobre el caso que usted menciona, hay una condena total y absoluta de los hechos, son graves, son indignantes, pero al mismo tiempo sostengo que el desafío es diferenciarse en cómo enfrentar las crisis. Hay que enfrentar los problemas, asumir autocríticas y hacer cambios.
- Pero si el caso CMPC escala o se abren nuevos flancos será el argumento que se usará para deslegitimar su proyecto…
- En cualquier empresa que está parada en esta sociedad compleja, de los próximos 10 años, enfrentará complejidades y problemas.
- La elección sufrió un giro con la renuncia de Álvarez. ¿Le sorprendió?
- Lo dije en su momento. Respeto su decisión, respeto sus razones, respeto sus espacios y lo sigo haciendo. En la relación a la forma como los gremios han tomado sus decisiones me parece correcta la opción de someter a votación de sus respectivos directorios o consejos y luego informen públicamente su decisión. Sobre el caso específico del gremio de alimentos AB, me parece extremadamente valioso e importante lo que hicieron el miécoles, que -sin perjuicio de la decisión que tomaron hace una semana- le expresaran su apoyo contundente.
- ¿Le hubiese gustado llegar a una competencia?
- Me atengo a los hechos. Ocurrió lo que ocurrió. Lo que nosotros decidimos hacer fue seguir exactamente en el mismo proceso que estábamos. ¿Cuál es la virtud de este proceso? Que muchas personas se activaron, que a nosotros nos permitió conocer a muchos de los consejeros regionales y sectoriales y también electivos, conversar con ellos, conocer sus aspiraciones, mostrar nuestro proyecto. No puede haber ninguna crítica a un proceso de esa naturaleza.
- ¿Y no era mejor ganar en una competencia considerando que Álvarez se bajó con críticas, acusando un proceso confrontacional?
- Hablo de lo que nosotros hemos hecho. Ha sido un proceso de mucha conversación, transparencia, donde las personas que me han apoyado lo han manifestado públicamente, donde se han tomado posiciones. Tenemos que acostumbrarnos del mundo empresarial cuando ejercemos acción gremial, de tomar posiciones, de lo que decimos privadamente sea lo mismo que lo que decimos públicamente, que esas posiciones se manifiesten públicamente, de que se expresen diferencias, es pura ganancia que sea así.
- ¿Cómo ve que el líder de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, haya reaccionado a la renuncia llamando a un proceso de reflexión?
- Hechos objetivos. Estuve en Concepción el martes y me junté con parte del directorio del gremio de Concepción. Ellos me contaron que hace una semana y media había estado la directiva en Concepción y con cierta y comprensible curiosidad le preguntaban a Hermann su opinión sobre el proceso electoral, sobre los candidatos, y me reafirmaron que Hermann no expresó ninguna opinión respecto del proceso electoral. Le agradezco su neutralidad, porque este ha sido un proceso electoral ejemplar.
“Ha sido un proceso extremadamente valioso y sano”
Según cercanos a Larraín, hay tres “miradas” que le gustaría tener en el consejo general del gremio industrial. Por un lado, las cuatro mujeres (Janet Awad, María Ignacia Benítez, Victoria Vásquez y Rosario Navarro) que se postulan a la Sofofa que tienen destacadas trayectorias en el mundo público y privado. Un segundo perfil está en los ejecutivos y empresarios jóvenes que serán los protagonistas de la empresa chilena en los próximos 20 años (Rodrigo Abumohor, Julio Compagnon, Matías Concha, José Antonio Garcés y Oscar Hasbún. Mientras, la tercera mirada la representan las personas con amplias trayectorias empresariales y públicas, que a pesar de sus múltiples responsabilidades, han estado dispuestos a trabajar en este proyecto (Luis Felipe Gazitúa y Rodrigo Hinzpeter).
- ¿Cómo ve la elección de consejeros?
- Este ha sido un proceso extremadamente valioso y sano. Comparto lo que dijeron 12 consejeros liderados por Juan Claro en su carta del martes donde básicamente pedían dos cosas: que las empresas socias de la Sofofa se activaran fuertemente en este proceso electoral, fueran a votar y participaran masivamente. Y, segundo, pedían humildemente el apoyo a un grupo de postulantes que se han expresado en forma temprana, nítida y con mucha convicción apoyando este proyecto. ¿Por qué le doy importancia a esto? Eso refleja una actitud. El gremio es una institución que tiene en su esencia estar activo en el debate público y cuando empresarios y ejecutivos participamos en el mundo gremial tenemos que acostumbrarnos a tomar posiciones, hacerlas públicas e incluso eventualmente expresar diferencias entre los consejeros. Eso me parece una actitud que tiene que estar en el consejo de la Sofofa.
-¿Cree que se da esta polarización de los viejos o los jóvenes?
- Basta con ver los apoyos que se han expresado públicamente a mi proyecto para darse cuenta que hay una transversalidad total.
- ¿Cómo lee que apoyos históricos de von Mühlenbrock estén ahora apoyándolo?
- Siempre hemos querido mostrar que este es un proyecto transversal. Aquí no nos corresponde la chapa que algunos quizás en algún momento quisieron ponernos de opositores o de disidentes. Finalmente son personas que pienso conocieron nuestro proyecto y luego se sumaron.
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