Centro busca preparar a la población para enfrentar desastres naturales

Por Alejandra Clavería



Colaborar para que Chile esté mejor preparado para enfrentar emergencias naturales, es el principal objetivo del recientemente formado Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales, entidad creada bajo el alero de la Universidad Católica, en alianza con las universidades Católica del Norte, Federico Santa María y Andrés Bello, con el fin de generar conocimiento científico y tecnológico en esta materia, y transferirlo a la sociedad chilena.

La iniciativa busca educar en el tema a tomadores de decisiones, profesionales del área y a la población en general, “para que puedan afrontar adecuadamente fenómenos como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, aluviones e inundaciones”, explica Luis Cifuentes, director del centro.

Para ello, la entidad -que recibirá anualmente y durante cinco años $ 835 millones por parte de Conicyt- cuenta con cuatro áreas de investigación disciplinaria que apuntan a prevenir los daños que ocasionan estas emergencias y a disminuir su impacto en el país. Éstas son caracterización de la amenaza física; caracterización del daño que produce esa amenaza en la infraestructura y en las personas; gestión del desastre y la emergencia, y mitigación sustentable, que incorpora medidas de atenuación de largo plazo, tanto estructurales como no estructurales.

“Con el terremoto de 2010 nos dimos cuenta de que no tenemos un sistema robusto de toma de decisiones, de comunicaciones, de planes de contigencia locales que permitan abordar de buena manera los impactos de eventos de este tipo”, señala el académico.

En ese sentido, agrega que “estamos recién partiendo con las investigaciones, identificando los problemas y las carencias que existen en Chile en términos de información y conocimiento, para poder saber exactamente qué cosas son las que se necesita potenciar”.

Actualmente, el centro está gestionando la firma de convenios de colaboración con la Onemi, SHOA, Fuerza Aérea, algunas entidades del Ejército y ministerios sectoriales, y buscando financiamiento adicional con agencias internacionales.

“En Chile hay un laboratorio natural y existe interés por estudiar estos fenómenos. Pero cada uno de estos temas en sí mismo es complejo y la verdad es que hay mucho por hacer en esta materia”, afirma Cifuentes.