La bebida bioenergética made in Chile que planea salir a conquistar países de la región

Buup, la bebida chilena que se lanzó al mercado en 2019 para aliviar los efectos de la resaca, planea expandir sus operaciones a otros países de la región durante este año.

Elaborada en base ingredientes naturales como cúrcuma y guaraná, actualmente está presente en ocho regiones del país, incluyendo Antofagasta y Atacama -donde nació la idea-, Coquimbo, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Valparaíso y la Región Metropolitana, y de la mano de ProChile,  está en conversaciones para entrar a Colombia, Uruguay y Paraguay.

"Uruguay ha estado bien interesado, pero estamos topando en la aprobación de los componentes -nivel de cafeína- dado que su legislación es un poco más exigente que la nuestra. Estamos trabajando en ajustar el producto a sus medidas", cuenta el creador de Buup, Rodrigo Aravena.

En el caso de Paraguay están más avanzados. Ya enviaron el certificado de libre venta -documento con que la autoridad sanitaria aprueba un producto para su comercialización-, precios, y están en conversaciones con tres distribuidores.

"Y recientemente nos hemos acercado a Brasil y Costa Rica a través de una empresa exportadora nacional que ingresa productos chilenos a dichos mercados", comenta el emprendedor, mientras adelanta que ya mandaron las primeras muestras.

Giro del negocio

Si bien en su génesis fue creada para aliviar los efectos de la resaca, como dolor de cabeza, malestar estomacal e intoxicación hepática, ha dado un giro para posicionarse como una bebida bioenérgetica saludable libre de azúcar, grasas saturadas y gluten, y contiene vitaminas, antioxidantes, electrolitos, antiácidos y antiinflamatorios para prevenir daños en hígado, páncreas y estómago.

"A diferencia de las bebidas energéticas tradicionales -que utilizan cafeína sintética- este producto usa cafeína natural de guaraná e incluye una serie de vitaminas, por lo que puede ser consumida por deportistas, diabéticos y personas con alergia alimentaria", explica Aravena.

La formulación y producción de las primeras 15 mil unidades en 2019 partió con capital propio por cerca de $ 20 millones. Luego, para la segunda etapa de producción, fabricaron 30 mil unidades. Y con esa "consolidación" postuló a un Programa Regional de Apoyo al Emprendimiento (PRAE) de Corfo, que le entregó $ 25 millones, y se adjudicó recursos de reactivación de Sercotec -del programa Semilla Emprende- por $ 6 millones.

Este año están terminando de ejecutar los recursos entregados por Corfo. "Desarrollamos una nueva estrategia de marca, que incluye un rediseño de imagen, para pasar a una etapa de mayor explotación comercial a partir de marzo", cuenta Aravena, adelantando que lanzarán la nueva imagen en dos formatos, en latas de 250 ml y 473 ml.

Durante el 2020, casi duplicaron las unidades vendidas en Chile, alcanzando cerca de 100 mil. Y esperan seguir creciendo con las primeras ventas en alguno de los mercados latinoamericanos donde planean entrar.