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¿Qué se juega Perú en esta elección presidencial? El perfil de los cinco aspirantes

Candidatos de izquierda y derecha compiten en unas elecciones altamente fragmentadas, que solo permiten augurar una nueva crisis.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Domingo 21 de marzo de 2021 a las 04:00 hrs.
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Si las encuestas sirven de alguna indicación, lo único que muestran los sondeos a tres semanas de las elecciones es que Perú corre el riesgo de extender su crisis de gobernabilidad. Tras cuatro presidentes en cinco años, el candidato con la mayor intención de voto apenas llega a un 15%. La última encuesta El Comercio-Ipsos, al 14 de marzo, muestra cómo las preferencias electorales se diluyen entre una docena de nombres.

Esta pelea por un electorado decepcionado de la clase política es el terreno perfecto para campañas marcadas por ofertas populistas. Por esto se entienden no las típicas ofertas electorales de acabar con la corrupción y generar empleo, sino otras más radicales como revisar los contratos de deuda externa, "desglobalizar" el Perú, nacionalizar las pensiones, crear nuevas empresas estatales para resolver problemas económicos y una reforma agraria.

Esta es la primera elección desde 2000 en que el Fujimorismo no es el protagonista. En su lugar, el foco está en la lucha contra la corrupción después del caso Odebrecht y otros escándalos, incluyendo el uso irregular de vacunas, que ha afectado prácticamente a toda la clase política.

"Para los inversionistas y empresarios es preocupante el hecho de que la desilusión está creciendo en Perú con el modelo económico, a pesar de que el país ha superado al resto de la región en cuanto a crecimiento las últimas dos décadas", señala el análisis del think tank británico Canning House.

La pandemia acabó con esa trayectoria de crecimiento, con una contracción de 14% que hizo de Perú uno de los países más afectados en el último año. El FMI proyecta que la economía peruana repuntará 7,3% en 2021. Alfredo Thorne, exministro de Economía de Perú y director de Thorne&Associates, cree que el país podría crecer hasta 7,5%. Pero se apura a señalar que ese será un crecimiento solo de "efecto rebote", e impulsado por el positivo escenario de abundante liquidez y bajas tasas de interés a nivel internacional. El problema estará -advierte- si el próximo gobierno no se apura en desarrollar nuevos motores de crecimiento.

A pesar de esto, las propuestas económicas en los programas son en su mayoría ambiciosas y débiles, aunque suficientes para poner nervioso al sector privado.

"Muchas empresas están posponiendo decisiones de inversión. Pero creo que se mantiene un escenario neutral. Los planteamientos que se conocen hasta ahora deben entenderse como medidas populistas para atraer a sus votantes, y no un compromiso real de lo que (de ganar) van a hacer", explica Thorne. Una excepción sería una presidencia de Verónika Mendoza, candidata de Juntos por el Perú, que tiene como bandera de campaña una "reforma constitucional popular".

Mendoza, candidata por el Frente Amplio peruano en 2016, es la exponente más clara de la izquierda. Pero Yonhy Lescano, quien lidera las encuestas, también está apelando a este electorado, a pesar de pertenecer a Acción Popular, un partido de centro o centroderecha.

"Es muy difícil en un país como Perú clasificar a los candidatos como de izquierda o derecha. Pero con Mendoza y Lescano podríamos decir que, al menos hoy, la izquierda corre con cierta ventaja", afirma María Luisa Puig, directora para Latinoamérica de Eurasia Group.

El problema de fondo

Todo indica que el próximo presidente de Perú se definirá en una segunda vuelta, el próximo 11 de junio. El analista político Fernando Tuesta ve pocas posibilidades de que Keiko Fujimori ("su apoyo ha tocado techo") o Mendoza pasen a la segunda vuelta, que tendría a Lescano y un rival que se definiría entre el exfutbolista y exalcalde George Forsyth y el empresario Rafael López Aliaga.

Lo grave es que hasta ahora ningún partido ha logrado convencer a suficientes peruanos como para proyectar que habrá gobernabilidad suficiente en el país. "El problema es que desde hace cinco años tenemos presidentes sin una bancada significativa en el Congreso. ¿Vamos a tener una situación igual? No es descartable", plantea Tuesta, quien presidió la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política en Perú.

De repetirse una combinación similar, de presidente sin bancada que lo respalde, lo más probable es que tras un breve paréntesis (¿uno, dos años?) Perú enfrente una nueva crisis política.

Las bajas tasas de apoyo que revelan las encuestas a prácticamente todos los partidos permiten proyectar un congreso aún más fragmentado que el actual. A esto hay que sumar la fragilidad de los partidos. "Un 45% de los candidatos de las listas parlamentarias se inscribió en los partidos un mes antes, y otro 20% son invitados", apunta Tuesta, para explicar la fragilidad de las bancadas y alianzas en el congreso. Pero incluso entre viejos militantes, muchos están en conflicto permanente con sus partidos, como el propio Lescano, agrega Puig.

Los analistas consultados coinciden en que, en el corto plazo, esto supondría un freno para que el próximo presidente avance con propuestas radicales. En el largo plazo, esta fragmentación política aumenta las amenazas para la estabilidad del gobierno en Perú.

Desde inicios de siglo, el sistema político de Perú ha evolucionado a un mayor parlamentarismo, en detrimento del Poder Ejecutivo, a consecuencia de la debilidad partidaria de los presidentes desde el fin del Fujimorismo. El congreso peruano tiene la facultad de presionar, a través del uso de la moción de confianza, cambios enteros de gabinete; y en casos más extremos forzar, con la vacancia, el cambio de presidente.

Puig cree que este será también un factor que aumenta el riesgo de un mayor populismo en el próximo gobierno: "Tras las protestas que vimos en noviembre, tras la salida de Martín Vizcarra, creo que el congreso será más cuidadoso en el uso de la vacancia. Pero puede haber nuevos intentos, y eso hace que el próximo presidente se vea presionado a ganar el respaldo popular para contrarrestar o balancear los poderes en un eventual conflicto con el Congreso".

Con el candidato líder de las encuestas marcando apenas un 15% de la intención de voto, está claro que quien gane en abril o en junio no llegará a la Casa de Gobierno con gran respaldo popular. La tentación de echar mano al manual del populista latinoamericano será grande. 

Al frente de las encuestas

Estos son los cinco candidatos con más posibilidades de pasar a segunda vuelta, según la última encuesta El Comercio-IPSOS al 14 de marzo.

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Yonhy Lescano
Acción Popular
62 años
Intención de voto: 15%
Aunque pertenece a un partido tradicional de centroderecha, Yonhy Lescano impulsa una agenda de izquierda socialista. Fue uno de los legisladores que impulsó la ley de retiro de fondos previsionales en Perú, y ha prometido que, de ganar, forzará a bajar las tasas de interés para facilitar el acceso al crédito. Tras haber asustado a los inversionistas prometiendo que reformará la minería en Perú con un mayor rol del Estado, en una reciente entrevista con Reuters moderó su discurso. Ahora, Lescano asegura que buscará cambios "no por decreto supremo ni por ley, sino que nos sentaremos en una mesa y renegociaremos".
En su plan de gobierno plantea "revisar" la deuda adquirida por gobiernos pasados. "En otras palabras, no estaría asegurada la seguridad jurídica de los inversionistas extranjeros", apunta Thorne. Lescano cursó un Magíster en Derecho Privado en la U. de Chile, y está casado con la abogada chilena Patricia Contador Durán.

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Verónika Mendoza
Movimiento Nuevo Perú
40 años
Intención de voto: 6%
La antrópologa franco-peruana lleva su campaña con la agenda más radical de izquierda. Fue investigada por los lazos de corrupción del grupo Odebrecht en Perú como secretaria de Nadine Heredia, esposa del expresidente Ollanta Humala. Mendoza ha negado haber sido cercana a Heredia y destaca que renunció al partido de Humala tras su primer año de gobierno. Propone reformar la minería hacia un modelo "más inclusivo".
Una de las primeras medidas, afirma, será el reemplazo del presidente del banco central porque "no puede haber vacas sagradas" en cargos públicos. Su objetivo es intervenir para que se fije la tasa de referencia en cero. El eje de su plan de reactivación son los bonos y créditos estatales, y una reforma agraria para que el Estado tenga un rol más activo en el sector productivo. Promete la convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una Constitución "para el pueblo hecha por el pueblo". Esta es la segunda aventura presidencial de Mendoza, quien quedó tercera en 2016 como candidata del Frente Amplio peruano, ahora disuelto.

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Rafael López Aliaga
Renovación Popular
60 años
Intención de voto: 8%
Al igual que Forsyth, Rafael López Aliaga se presenta como el candidato "no político". A su favor tiene una larga trayectoria como empresario. Sus intereses están en el sector inmobiliario y turístico. En este último es accionista de la concesionaria que opera los trenes a Cusco y Machu Picchu. El sello de su campaña es valórico. Además de prometer una "muerte política y civil" a los corruptos, López tiene una agenda conservadora, en línea con sus creencias como agregado del Opus Dei.
Su agenda económica se basa en la promesa de grandes proyectos de inversión pública, sobre todo en infraestructura. También contempla "la entrega de tablets con internet satelital y contenido internacional" para los estudiantes de institutos públicos. Promete que diversificará la matriz productiva, pero sin dar mayores detalles. En recientes entrevistas ha propuesto crear una empresa nacional para exportar litio, obligar a las AFP a invertir en infraestructura local, y apostar por una devaluación cambiaria para impulsar las exportaciones.

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Keiko Fujimori
Fuerza Popular
45 años
Intención de voto: 7%
Es la tercera aventura presidencial de la hija del expresidente Alberto Fujimori. Por su rol como exprimera dama y congresista, Keiko Fujimori es uno de los personajes políticos más conocidos de Perú desde la década de los '90. Entre 2019 y 2020 estuvo varios meses detenida por la investigación de aportes ilegales a sus pasadas campañas. Esta semana, la Fiscalía peruana presentó nuevos cargos por crimen organizado, lavado de dinero y perjurio.
Su bastión político está en Lima, y en la derecha conservadora, pero ha perdido votos a favor de López Aliaga. El eje de su campaña es implementar "mano dura" para recuperar "el principio de autoridad". Fujimori dice que apostará por un trabajo conjunto con la empresa privada y la apertura de la economía peruana. Ha anunciado una reforma para simplificar la estructura tributaria, una reforma previsional para ampliar la cobertura, y una reforma financiera para aumentar la competencia.

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George Forsyth
Victoria Nacional
38 años
Intención de voto: 10%
El exarquero del popular Alianza Lima ha liderado las preferencias electorales desde que lanzó su candidatura el año pasado. Sin embargo, en el último mes ha cedido terreno a Lescano. Su partido es heredero del democratacristiano Renovación Nacional. El gran capital político de Forsyth viene de su gestión como alcalde del populoso distrito La Victoria de Lima. Su campaña se basa en la promesa de sacar a la clase política tradicional del poder y en su lugar imponer un gobierno con técnicos y profesionales. Esto último se refleja en su plan de gobierno, que -dice Thorne- es el más detallado en temas económicos.
El eje de su plan económico es reducir la informalidad de la economía peruana, que es precisamente su mayor problema. Su plan contempla medidas para formalizar y aumentar la productividad de las pymes, y la creación de un comité que deberá destrabar inversiones paralizadas en los primeros 60 días de su gobierno.

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