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Dante Contreras: “La reforma educacional ha sido maltratada (...), con un análisis parcial, en lugar de integral”

El economista identifica problemas de comunicación y coordinación en los proyectos del área. También de gestión, con un grupo de asesores insuficiente para los cambios. Por

Por: Narayan V. Caviedes | Publicado: Lunes 7 de marzo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Dos son los desafíos que las autoridades políticas deben, según el economista Dante Contreras, atender con mayor premura si quieren transformar a Chile en un país desarrollado. El primero, los problemas en educación y productividad; el segundo, el asunto energético.

Sin embargo, hay un tercer elemento que es aún más preocupante y que si no se corrige, impedirá a la economía local abandonar el subdesarrollo: la desigualdad. A juicio del director del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, superar este mal endémico es fundamental.

“En un país como Chile, sostener estos niveles de inequidad va a generar menor participación política, pero mayor participación en manifestaciones y en las calles, y eso va a provocar inestabilidad”, advierte.

Sobre las falencias del sistema educacional, el experto cree que las autoridades políticas “se han demorado en promover reformas que son fundamentales, de equidad e inclusión, que permitirían tener una economía más desarrollada”.

La reforma que el gobierno promueve en esta área, a juicio del economista, es la correcta, aunque no ha estado exenta de problemas. Uno ha sido claro: “La gestión”.

- Los dos primeros años del actual gobierno se caracterizaron por un impulso reformista no visto en décadas, que, a juicio de varios actores, era necesario, pero que, sin embargo, no se ha podido promover con todos los consensos. ¿Cómo evalúa este proceso?

- Para que Chile sea un país desarrollado hay dos restricciones relevantes y difíciles de sortear. Una, es la energética; la otra es la educacional y de productividad. Este gobierno se enfocó en el segundo, principalmente.

La reforma educacional ha sido maltratada por la opinión pública, los analistas y la discusión política, con un análisis parcial, en lugar de integral. Se fueron criticando de forma muy dura los distintos componentes de la reforma, sin ver el equilibrio general completo. Por ejemplo, hoy tenemos una reforma escolar completa, que tiene carrera docente, desmunicipalización e inclusión. Por lo tanto, lo que uno debe hacer es analizar el equilibrio de esta reforma de manera integral.

A mi juicio, cuando uno tiene esa mirada, me parece una reforma correcta, que ubica al país en una mejor posición en comparación con los estándares internacionales en materia educacional. Eso sí, quedan elementos pendientes, que son el preescolar y el de educación superior, donde aún no se presenta el proyecto completo.

- ¿Por qué algunos analistas e intelectuales del mundo de la Concertación, como Mariana Aylwin y José Joaquín Brunner, han sido tan críticos con la reforma educacional?

- Ellos han cometidos errores importantes. Como son conocedores del tema, y supongo que habían leído el programa de gobierno, son capaces de entender el equilibrio general que se buscaba y no sólo leer las partes. Cometieron el error de criticar los componentes sin ver el equilibrio general, que puede ser una crítica razonable -aunque fácil- para alguien que no esté informado, pero ellos, que son personas informadas en el área, se equivocaron. Yo esperaría un comentario de ellos justamente ahora.

- Al interior del oficialismo, específicamente en la DC, también han existido críticas…

- Es difícil separar las motivaciones que han tenido ellos, porque, por una parte, suscribieron el programa y, luego, presentan estas críticas. Resulta, al menos, curioso. O hay oportunismo para salir en la foto y ganar cupos de poder político, o nunca estuvieron muy convencidos de lo que el programa señalaba. No me ha gustado la posición que algunos militantes DC han tenido. Muchas de sus críticas parece que defienden los intereses de los sostenedores particulares subvencionados que el interés de los niños.

- En este cuadro, ¿qué responsabilidad tienen la Nueva Mayoría, marcada por diferencias ideológicas, y la oposición, que ha utilizado argumentos técnicos muy cuestionables para criticar las reformas?

- Ha faltado convicción en muchos actores políticos, en el sentido de querer o no impulsar las reformas. Los países que han sido exitosos en estas reformas, han tenido cierto consenso básico para, por ejemplo, reformar la educación en una dirección. Todos pensamos que así era en el bloque oficialista, pero no, notamos que había diferencias importantes, no menores. Un sector que suscribió el programa, o se hizo el leso para ganar la elección y obtener su cuotas de poder, o se dio cuenta tarde y no hizo su trabajo.

Sobre la oposición, hay un tema de fondo, que es qué tipo de sociedad quieres construir. O quieres construir una sociedad más igualitaria o no lo quieres hacer. Cuando ves la reforma educacional, es una reforma “pro niño” y no “pro sostenedores”; cuando ves la reforma tributaria, es para generar recursos para financiar esa reforma educacional; cuando ves la reforma laboral, es una que busca balancear mejor la relación entre empresas y trabajadores. Son reforma pro igualdad. La combinación de política económica que se está haciendo busca ir a una sociedad más igualitaria, y hay gente que no le gusta o no cree que sea el camino. Creo que lo correcto es decirlo así, sin anestesia y sin eufemismos.

No es sostenible ni creíble que vas a construir una sociedad desarrollada, con estos niveles de desigualdad. Se requiere de balancear la cancha y de competencia más justa para dar el salto al desarrollo. De otra manera no lo vas a lograr.

- ¿Qué responsabilidad le cabe al sector empresarial?

- El nuestro es un sector empresarial muy “cortoplacista” y muy provinciano. Mucha de nuestra elite política económica y empresarial tiene privilegios que en un mundo competitivo no tendría. Si efectivamente vamos a defender la competencia, defendámosla desde las bases y eso quiere decir educación de calidad para todos y, luego, que el más productivo avance, aunque no sea mi hijo. Al sector empresarial no le gustan las reformas que aumentan la competencia, porque desafían su zona de confort o de privilegios.

- ¿Qué problemas o deficiencias ha detectado en el gobierno para promover esta agenda?

- Se ha identificado el tema de comunicación de la reforma, de cómo encanto a la población de acuerdo a la virtud que ésta tiene, creo que es un problema. Ha habido problemas de coordinación. Y yo sumaría un tercer problema que quizá está más oculto. Dada la amplitud y la ambición de la reforma, se requería de un equipo más grande en educación, de equipos más sólidos y contundentes. Hablamos de gestión y de capacidad de convocar gente que pueda trabajar en la reforma, porque éstas son complejas, son difíciles, son distintos componentes que al final tienen que ir ensamblándose unos con otros, lo cual requiere de ingeniería de detalle, pero también de que el equilibrio general cuadre de manera razonable y, dado eso, yo creo que el equipo del Ministerio de Educación debió contar con más gente, un staff de educadores, economistas, abogados, etc., más amplio que pudieran conducir esta reforma de forma más satisfactoria. Ha faltado un mayor número de personas trabajando en esto.

- ¿Y cómo ve esta segunda etapa del gobierno?

- Hay cosas que consolidar y en eso concuerdo con el ministro (Nicolás) Eyzaguirre, como, por ejemplo, con la reforma escolar, porque todavía hay proyectos que están en discusión. Pero, por otra parte, faltan cosas: la parte preescolar y la parte superior. Por lo tanto, para tener el dibujo completo deberíamos tener claridad respecto de esos dos componentes. Hay que consolidar lo que se ha avanzado y limar las cosas que se han hecho bien o ponerle banderitas a las cosas que vayamos a tener que revisar, qué cosas pueden ser optimizables, por ejemplo, qué cosas podrían tener una segunda mirada para el gobierno que venga. 

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