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La disyuntiva que enfrenta la Presidenta Bachelet ante la fuerte presión por un cambio de gabinete

Entre representantes de la NM creen que la mandataria podría recurrir a parlamentarios para renovar fórmula.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Jueves 25 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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Si por un par de semanas había bajado la efervescencia por promover un cambio de gabinete, la última encuesta CEP reactivó la presión transversal por hacer, no ya retoques al equipo, sino una cirugía mayor. Pero qué retarda una decisión que a todas luces es indispensable como señal política se preguntan en la Nueva Mayoría, conscientes de que en el marco de un 15% de aprobación, la presidenta Michelle Bachelet tiene que luchar con la sensación de inmovilismo que se ha generado en los últimos meses.

Para un sector del oficialismo, a estas alturas es claro que los “viejos estandartes” de la Concertación debieran tomar la posta de la última etapa de la segunda administración Bachelet, escenario al que la mandataria se resistiría.

Otro elemento que juega en contra de la urgencia de un cambio en el equipo ministerial tiene que ver con la falta de figuras. Si no es posible echar mano a políticos experimentados de la Concertación, ya sea porque la jefa de Estado se niega a romper con el diseño que ha implementado hasta ahora o porque nadie de la generación concertacionista estaría dispuesto a asumir una responsabilidad en el gabinete, en el actual escenario, el arco de candidatos idóneos se reduce aún más. Y, en este sombrío escenario, no constituye un aliciente el fallido nombramiento del subsecretario de la Secretaría General de Gobierno.

De ahí que la otra posibilidad en que estaría pensando la mandataria sería una cantera a la que ya recurrió en su mandato anterior: sacar parlamentarios del Congreso. Debido a que el entorno de Bachelet es estrecho, en el oficialismo mayoritariamente desconocen si habrá cambio de gabinete o cuándo ocurrirá, por lo que, sobre todo después de la CEP, la especulación está a la orden del día.

En este contexto, no son pocos los que apuestan porque el recurso que le queda a la Presidenta es el de recurrir a legisladores cercanos a ella y leales a sus políticas. En un escenario en que algunos representantes de la NM parecen haber optado por empezar a dejar el barco, sumándose sin complejo a la demanda de la oposición por un cambio de rumbo.

Señal política

Ahora que la sensación de que el cambio es inminente recobró fuerza, el ambiente en el mundo político y, particularmente en La Moneda, está cada vez más intranquilo. Al punto que ayer la visita del animador Mario Kreutzberger a la mandataria despertó todo tipo de comentarios entre la prensa apostada en palacio: desde que se le iba a ofrecer un ministerio hasta que la cita podría ser una señal de la cercanía de la reformulación del equipo, pues no se olvida que, justamente, en un programa de “don Francisco” anunció su primer ajuste, mismo que concretó el 11 de mayo de 2015, donde figuras clave, como Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas dejaron el gabinete y la Presidenta se atrevió a matizar con el ingreso de un concertacionista de tomo y lomo, como es el ex ministro Jorge Burgos.

En la Nueva Mayoría comentan que esa experiencia podría haberla hecho desistir de plano de llamar a la vieja guardia a palacio, apuntando a las críticas que el abogado falangista ha realizado tras su salida. Otros descartan esa tesis, arguyendo que el reemplazo de Burgos, el actual titular de Interior Mario Fernández, también es de la generación concertacionista y se ha amoldado a la mandataria y defendido sus políticas públicas como el que más. Tanto, que se ha ganado la molestia de un importante sector de su partido, la DC.

Mucho antes de que las magras cifras reveladas por la CEP generaran alarma en la Nueva Mayoría, tanto en esta coalición como desde la derecha, los primeros con mayor discreción, acusaban un preocupante inmovilismo en el gobierno y, especialmente, de la Presidenta. De ahí que muchos representantes del oficialismo insistan en la necesidad de un cambio de gabinete mayor, si no para mejorar drásticamente el panorama, sí como una señal política de que la administración Bachelet no está sólo esperando a que termine el período.

En medio del complejo escenario y la inquietud en el oficialismo, en palacio se especula que este viernes podría ser un día clave, aunque no hay información oficial.

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