Macro

BTG: “Crecer sobre 3% requiere una aceleración importante, pero más que eso se ve difícil”

Luis Oscar Herrera asegura que parte importante de la menor actividad se explica por la recuperación “más lenta que lo esperado” del mercado laboral.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 13 de mayo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Luis Oscar Herrera reconoce que la economía chilena “ha venido perdiendo dinamismo” en los últimos trimestres. El economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual enfatiza que el Producto Interno Bruto (PIB) crecía a tasas de 5% hace un año, mientras que el segundo semestre se desaceleró al 3% y el primer trimestre del actual ejercicio creció algo por debajo del 2%.

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“Ahora, esto se explica por una mezcla de factores. Algunos ajenos al ciclo económico como la menor producción minera, donde incidió el invierno boliviano y las caídas en la ley del mineral”, señala el exgerente de Estudios del Banco Central

Sin embargo, advierte que en el resto de la economía “también se observa una desaceleración, menos pronunciada, y hasta cierto punto esperable”, llamándole la atención que desde mediados del año pasado, la actividad no minera viene creciendo algo menos que el potencial, “por lo que no se ha estado cerrando la brecha de actividad”, argumenta.

- ¿Es generalizada la desaceleración entonces?

- Ciertamente no es sólo la minería. Cuando uno analiza los componentes de la demanda, la inversión se ha mantenido dinámica y al alza respecto a las proyecciones originales y tiene buenas perspectivas, pero el consumo privado se ha moderado más de lo que esperábamos. Los datos parciales muestran que esta desaceleración del consumo probablemente continuó en el primer trimestre del año.

- ¿El primer trimestre será el más flojo del año?

- Sí, nuestras proyecciones son que la economía chilena irá de menos a más este año y crecerá algo por encima de 3% (3,1%). La recuperación no será tan marcada en el segundo trimestre, con una tasa de crecimiento entre 2% y 3% anual, pero en el segundo semestre podríamos observar tasas de crecimiento entre 3,5% y 4%.

- El mercado ya está siendo decididamente menos optimista que Hacienda y el Banco Central.

- Después de los datos del primer trimestre, se ve cuesta arriba crecer al 3,5%. Crecer sobre 3% ya requiere que la economía se acelere en forma importante en el segundo semestre. Plantear cifras mayores se ve difícil.

- ¿Qué está viendo el gobierno para ser más optimistas que ustedes?

- El mal desempeño de la minería ha determinado la corrección a la baja de nuestras proyecciones de PIB. Descontando ese aspecto, la diferencia sería menor (3,3%).

- ¿Cuánto está influyendo el escenario externo?

- Hubo un empeoramiento de la economía internacional en el segundo semestre y en las condiciones financieras externas, en especial en el cuarto trimestre, y algo de ello podría haber influido en las expectativas de los consumidores y las empresas.

Pero mirado en su conjunto, el deterioro externo en esta oportunidad ha sido acotado y se compensan distintos fenómenos: por ejemplo, las condiciones de crecimiento mundial se han ajustado a la baja, mientras las condiciones financieras desde inicios de año han sido relativamente favorables. Y con respecto a los términos de intercambio, a pesar de todo el ruido sobre China, el precio del cobre se ha mantenido cerca de los US$ 3 y la inversión minera ha venido repuntando.

- ¿Entonces?

- Otra hipótesis es vincular esto a la lenta mejoría de los ingresos laborales, al menos comparado con las expectativas de los consumidores. La composición del empleo ha venido mejorando, pero el desempleo se mantiene en torno al 7% y, de acuerdo a las cifras del INE, en el segundo semestre del año pasado se produjo una desaceleración de los salarios reales y el ingreso laboral. Esto podría explicar la moderación en el gasto y las expectativas de los hogares.

Sin embargo, no hay que olvidar que las cifras laborales han sido objeto de mucha discusión por el tema de la inmigración.

- ¿Lo interno está pesando más que lo externo?

- Lo externo no ha empeorado tanto y seguimos teniendo el empuje de la inversión minera, que es el principal canal de trasmisión de la economía internacional hacia la economía chilena. Yo más bien diría que la recuperación del mercado laboral ha estado por debajo de las expectativas de los consumidores, quienes quizás adelantaron sus gastos pensando que venía una recuperación más rápida, pero la situación va mejorando.

El impacto de las reformas

- ¿Cuánto pueden aportar las reformas al crecimiento?

- Separaría las reformas: hay dos que claramente van en la línea de facilitar la inversión y el empleo, que son la tributaria y la laboral. Las dos debieran contribuir a aumentar la inversión y facilitar la incorporación al empleo formal de grupos que hoy tienen baja participación.

La reforma de pensiones es muy importante hacerla, la más importante de las tres, pero no la caracterizaría como una reforma pro crecimiento, al menos en los horizontes habituales, porque genera costos adicionales de contratación en el mercado laboral. Pero es una reforma que hay que llevar adelante, y esto refuerza la importancia de hacerlo en paralelo con las otras dos reformas para fomentar la inversión y el empleo, que compensen los efectos adversos que puede tener la reforma de pensiones sobre los costos laborales.

- ¿La caída de la confianza empresarial se puede atribuir al retraso de la discusión de las reformas?

- Hay varios factores que pueden haber influido, así que es difícil culpar a uno solo: más incertidumbre sobre la economía internacional, caída de las proyecciones de crecimiento, moderación de las ventas, y por supuesto, algo de frustración con la lenta tramitación de la reforma tributaria y la poca claridad sobre si existe ánimo real en el Congreso de aprobar el proyecto.

"Si la economía y la inflación no repuntan,
el B. Central debiera abrirse a evaluar baja de tasa"

- Las expectativas inflacionarias están subiendo. ¿Cuánto influye el alza del dólar y de tarifas eléctricas?
- En algún momento, las expectativas y los premios de mercado en inflación estuvieron muy bajos. Ahora último, esas perspectivas se han tendido a normalizar ante el aumento del precio del petróleo, el dólar y ahora las tarifas eléctricas, lo que llevará a un repunte un poco más rápido de la inflación total.
Más allá de estos ajustes, el panorama inflacionario se ve tranquilo. La inflación subyacente se mantendrá cerca del piso del rango meta e, incluso, la inflación total debiera seguir moviéndose entre 2% y 2,5% hasta el tercer trimestre de este año. Recién en el cuarto trimestre veríamos una inflación total más cercana al 3%, mientras que la inflación subyacente terminaría el año en torno a 2,5% anual.
- ¿No se ve un rebrote de la inflación?
- No, las tasas de inflación de abril y mayo han sido algo mayores como consecuencia del ajuste de precios de combustibles y electricidad, pero en una economía con expectativas inflacionarias ancladas, con brechas de capacidad negativas y holguras laborales, la inflación subyacente no debería mostrar una aceleración excesiva.
- En este escenario, ¿se puede pensar incluso en bajar la tasa de interés?
- Por el momento, seguimos viendo hacia un adelante una recuperación del crecimiento que llevaría a cerrar brechas de capacidad y una normalización de la inflación hacia fines de año. En ese escenario, el Banco Central puede hacer una pausa larga, para retomar alzas de tasas más adelante. En el IPoM de marzo habló de esperar dos trimestres, pero el jueves dejó abierta la posibilidad de reevaluar este plan, lo que podría llevar a postergar aún más la normalización monetaria. Esperamos que la próxima alza ocurra a principios del 2020.
Ahora, si no se da ese escenario, si la economía continúa creciendo bajo el potencial y la inflación subyacente no da señales de una normalización, por supuesto que el Banco Central debiera estar abierto a seguir postergando el ciclo de alzas o evaluar recortes de la tasa de interés.
- ¿Eso dependerá también del escenario internacional?
- Sí, el escenario externo aún se ve muy incierto. Hasta hace una semana, el panorama parecía más tranquilo considerando los mejores datos de crecimiento mundial en el primer trimestre, el giro expansivo de la Fed y las señales de un acuerdo inminente entre China y Estados Unidos. Pero ahora la negociación entre estos dos países parece haberse descarrilado, lo que pilló por sorpresa a los mercados.

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