Macro

Guillermo Tagle: “Sería raro y complejo sacar al ministro de Hacienda en las actuales circunstancias”

El ejecutivo espera señales desde el gobierno en el sentido de poner como prioridad dentro de su agenda la inversión y el crecimiento en equilibrio con la igualdad y advierte sobre peligros de una eventual recesión.

Por: Sebastián Valdenegro Toro

 | Publicado: Miércoles 3 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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El ambiente en la economía chilena está sin dudas enrarecido. La desaceleración de la actividad ha sido mayor a la esperada y el Ejecutivo ha tomado nota de aquello, anunciando una serie de medidas para reactivar la inversión y dar una señal de confianza al mercado.

Guillermo Tagle ha mirado de cerca los últimos acontecimientos a nivel económico. El presidente de Icare advierte que si no se recomponen las confianzas con el sector privado, es altamente probable que el país caiga en una recesión.

En este sentido, el también director ejecutivo de IMTrust/Credicorp Capital dice que un cambio de gabinete pudiera no ser la señal que el mercado espera sino que uno en el discurso que priorice tanto el crecimiento como la igualdad.

- ¿Cómo ve el actual escenario político y económico?


- Estamos viviendo un momento bastante expectante y complejo, porque después de muchos años en que Chile venía creciendo y avanzando en una ruta bien definida, se ha planteado un cuestionamiento a muchos conceptos que están en la base de los principios del sistema económico. Y un sistema que ha sido muy exitoso en muchas cosas, aunque obviamente hay falencias y cosas que mejorar. Pero es un sistema que en 20 años puso a Chile en la primera línea de progreso y desarrollo en América Latina. Por lo tanto, esto obviamente genera preocupación.

- ¿En qué se manifiesta particularmente este cuestionamiento?


- Principalmente, en el cambio de visión sobre el lugar donde se establece la frontera de las cosas que serán desarrolladas por el sector privado y cuáles por el Estado. Veníamos de un enfoque donde el sector privado invertía en cualquier lugar donde pudiera poner recursos, mientras que el Estado delegaba y dejaba hacer a los privados las inversiones y el desarrollo. Dentro de ese mundo está la educación, la salud, la infraestructura, energía, servicios básicos, etc. En esas áreas, hace mucho tiempo se estableció que el Estado regulaba y los privados hacían las inversiones.

Entonces, cuando se buscan razones que explican un poco la desaceleración, te encuentras con sectores de actividad completos, como en la educación, donde la inversión se detiene ya que no se permitirá nuevas inversiones para obtener rentabilidades en ese sector. El Estado deberá analizar cómo suplir esa inversión que venía haciendo de manera importante el sector privado.

- ¿Es eso extensivo a otros sectores de la economía?


- En el fondo, ya se transmitió el mensaje en el mundo de la educación y, por lo tanto, en otros sectores se ha abierto la discusión, como salud, aguas, y energía. En el fondo, que se haya abierto este debate genera incertidumbre y dudas de cuál será el desenlace final de toda esta discusión. Eso afecta la actividad y el emprendimiento en lo inmediato.

- ¿Qué tan quebradas están las confianzas en el sector privado?


- Efectivamente, detectamos que había un problema de confianza importante en especial entre el mundo empresarial y las comunidades -algo que viene desde hace mucho tiempo y que no sólo se da en Chile-, y sobre el rumbo de la economía, lo que comenzó a manifestarse hacia fines del año pasado. En definitiva, para construir una sociedad que progresa y se desarrolla, debe haber una relación de confianza entre quiénes invierten y quienes regulan y las comunidades. Esa confianza se ha venido deteriorando y ha hecho más difícil emprender e invertir.

- ¿Cómo ve el escenario macro actual?


- Aún no se ve un efecto importante de la desaceleración de la inversión en el mercado laboral. Pero cuando comienzan a darse señales de que la población empieza a reducir su consumo, a ser más austera, se entra en un proceso de desaceleración que puede desembocar en una recesión.

- ¿Es probable ese escenario de recesión?


- La tendencia indica que nos vamos acercando a eso. Y por eso se han encendido una serie de alarmas y se han planteado planes reactivadores en el gobierno.

- ¿Falta decisión política, como lo planteó Lagos la semana pasada?


- Como lo planteó el ex presidente Lagos, tenemos que volver a soñar en grande, en un país que quiere ser moderno, que quiere ser líder en el progreso y quiere construir un mejor país. Para eso, hay que ponerse a trabajar juntos y tener la voluntad y la fuerza para sacar adelante un montón de temas que en los últimos años se han ido quedando atrás. En los `90 había una convicción de que estábamos construyendo un país que era mejor para las próximas generaciones. Había una voluntad de ir adelante y resolver todos los problemas. En los últimos años nos hemos ido quedando pegados. Con un buen liderazgo político, se logran sacar adelante mucho de esos temas.

- ¿Hay liderazgo político en este gobierno para cambiar las expectativas?


- El gobierno empezó a ver que muchas personas vulnerables podrían perder su empleo. ¿Si hay liderazgo y convicción? La parte compleja es que los plazos son muy cortos, entonces no es fácil dar vuelta el timón. Cambiarle el rumbo a un transatlántico no se logra en unas pocas semanas. Llevamos bastantes meses en un plan de cambiarle el rumbo a la forma como se gestiona la economía chilena. Se puede manifestar voluntad y anunciar una serie de proyectos, pero al final el liderazgo político de este gobierno es incuestionable, básicamente por el porcentaje de aprobación con el que fue elegido.

-¿Debiera haber una señal política expresada en un cambio de gabinete?


-Lo que tiene que lograr transmitirse a la comunidad empresarial es si acaso se están tomando medidas temporales para evitar una recesión, o en realidad hay una convicción de hacia dónde queremos ir en el futuro. 


-¿Un cambio de gabinete no generaría ese efecto?


- No veo en el horizonte un cambio de gabinete de las figuras claves del equipo económico. Sería raro que a tan poco andar ocurrieran cambios de ese tipo. Entonces, creo que más bien pasa por el liderazgo de la presidenta y lo que como equipo económico proponga. Que se transmitan señales de confianza de que vamos a preocuparnos porque Chile sea un país que crezca y sea mejor para el futuro.

- ¿Sería una señal errónea sacar al ministro de Hacienda en las actuales circunstancias?


- Es prematuro entrar en ese análisis. Efectivamente, una de las señales de estabilidad que ha tenido Chile en los últimos años ha sido una conducción económica muy constante. Sería un cambio complejo y raro en las actuales circunstancias. Se necesita transmitir confianza al mundo empresarial de que se puede invertir con tranquilidad y que para disminuir la desaceleración no sólo van a ser planes de mayor inversión pública. Se necesita dar una señal de confianza importante y que logre balancear la prioridad entre crecimiento y equidad. Eso daría mejor pie al Ejecutivo para negociar las reformas que se vienen, como la laboral y la constitucional.

"Lo que más genera incertidumbre es el debate sobre las reglas del juego"


- ¿Se llegó a un buen acuerdo por la reforma tributaria?
- La reforma tributaria es un hito significativo y transmite una señal de que el sector empresarial hará una contribución más importante al financiamiento de las actividades públicas. Lo que destaco es el enfoque de la discusión de partir con una reforma tributaria para financiar gastos permanentes en educación. Esta es la responsabilidad con la que Chile siempre ha abordado estos temas de financiamiento fiscal.
- ¿Cuál es el factor que más está impactando la inversión?
- Yo creo que lo que más genera incertidumbre es el debate sobre las reglas del juego con las cuales se va a permitir el desarrollo de la actividad empresarial a futuro. Efectivamente, la definición de las fronteras entre qué es público y qué privado es un factor importante de incertidumbre. Otro tema que se podría mencionar y que se ha ido subsanando es que el gobierno realizó planteamientos muy categóricos respecto de los cambios que se iban a hacer y cómo se iban a hacer, básicamente sin mayor consulta aprovechando una mayoría en el Congreso.
- Bajo la lógica de la aplanadora y la retroexcavadora
- Ha habido una evolución positiva en comparación a los conceptos iniciales con que se plantearon las reformas. Pero, sin duda, en un primer momento, se generó una sensación de preocupación mayor y de debilitamiento de la confianza en la colaboración público-privada que fue compleja. La reforma tributaria marcó un hito en el cambio de temperatura, porque se pasó desde un planteamiento inicial donde se iba con todo, a una situación donde se reconocieron ciertas dificultades y se abrió la posibilidad de alcanzar un acuerdo. Desde mi punto de vista, que los actores se hayan sentado a la mesa y que discutieran un protocolo de acuerdo, es una de las cosas que mejoraron un poco el clima desde una situación inicial muy dura y que generó gran parte de la desaceleración.
- ¿Influyó el ciclo electoral en la desaceleración?
- La caída de la inversión y el inicio de la desaceleración comenzó a fines del año pasado, cuando era bastante claro cuál iba a ser el desenlace del proceso eleccionario. Se empezaron a conocer cuáles eran las posturas y qué iba a ocurrir, después se materializan con una alta votación en las urnas en el gobierno y en el Parlamento. Después, se hicieron planteamientos muy fuertes sobre los cambios que se iban a venir. Entonces, comienza a producirse una desaceleración de la inversión importante, que se termina traduciendo en una reducción de la actividad económica.
- ¿Se puede atribuir solo a factores locales la desaceleración?
- Tiene factores tanto locales como externos. Uno no puede negar que en el mundo emergente en general ha habido una desaceleración de la actividad. Chile no es el único país que ha tenido una desaceleración económica. Ha pasado en Perú, Brasil, México. Quizá alguna parte relevante de la desaceleración es producto de un contexto internacional adverso para los emergentes.

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