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Urzúa: “Hasta ahora, los técnicos hemos estado perdiendo por goleada en muchas dimensiones”

Crítico, el economista afirma que “las nuevas generaciones de políticos están dispuestas a comprarse mitos que tienen muy poco sustento económico y no hemos sido capaces de contrarrestárselo. Ahí hay un gran desafío”.

Por: Pamela Fierro E. | Publicado: Lunes 7 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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“A Chile le falta hambre de gol”, afirma tajante el economista e investigador de Clapes UC, Sergio Urzúa. No puede entender que ningún juvenil de Colo-Colo quiera disputarle el 9 a Esteban Paredes, próximo a cumplir 40 años.

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“Tenemos más arqueros que goleadores y eso pasa porque a los delanteros los miden por sus goles, y a esta generación no le gusta ser medida; entonces, tiran la pelota para el lado”, comenta al observar la cancha y hacer un símil entre el fútbol y la coyuntura.

- Estamos a tres meses de que termine el año, y el escenario económico dista del de 2018 ¿qué falló?

- Chile tuvo un año difícil, las cosas no se han dado, el escenario externo ha sido complejo e imposible de anticipar, con un presidente en Estados Unidos a quien los mercados no han entendido aún y Chile ha sido afectado por la guerra comercial. A estas alturas, pensar en un 3% de crecimiento es demasiado ambicioso en función de la evidencia que estamos observando.

- El consenso hoy apunta a 2,5%. Más allá del factor externo, ¿hay responsabilidad del gobierno en este bajo crecimiento?

- El gobierno ha tenido dificultad en enfrentar un panorama político que es bastante más complejo de lo que uno anticipaba, con un Congreso que escucha menos a los técnicos que antes; con una nueva generación de políticos que no se ha visto obligada a experimentar lo que significa una tasa de desempleo de dos dígitos, que no ha visto lo que significa cuando el PIB cae de forma significativa, o lo que implica una alta inflación. Es gente que tiene poca experiencia con escenarios complejos que caracterizan a la historia económica de Chile.

En muchos parlamentarios jóvenes existe la visión de que esto está asegurado, que podemos crecer para siempre al 2,5%, que Chile no necesita crecer al 4%.

En ese contexto, desde la estrategia legislativa hasta el planteamiento de los proyectos se hubiese necesitado algo distinto, y en ese sentido por cierto hay responsabilidades.

- ¿Por qué es preocupante que el país crezca al 2,5%?

- Es preocupante, porque un país como Chile no se puede dar el lujo de no acortar las brechas con sus competidores, con los países con los cuales uno se quiere parecer. Hemos tenido una historia de éxito reconocida mundialmente, fundada en el crecimiento económico y, por otra parte, tenemos las necesidades de un país que todavía tiene un porcentaje importante de la población viviendo en pobreza, en vulnerabilidad, tenemos que crecer de manera importante para aliviar esas deficiencias. Hasta el momento, hemos tenido mucha suerte.

- Pero dice que no todos creen que se debe crecer a una mayor velocidad.

- Frente a este desdén por el pasado, movido por la ingenuidad y comodidad que ha significado el mismo éxito económico de Chile, es válido preguntarse cuál es el país que queremos ser. Y cuando vemos a Bea Sánchez hablar de Bolivia como un ejemplo a seguir es parte de su ingenuidad. Después otra gente quiere parecerse a Noruega o Suecia, hay un problema de sintonía importante entre las nuevas generaciones políticas que aspiran a que en Chile se trabaje menos, cuando lo que se necesita es un cambio estructural, querer más.

- ¿Es un problema generacional o hay algo más profundo?

- Hago clases en EEUU (Maryland) y los chicos tienen hambre, quieren distinguirse y las últimas veces que he estado en Chile no veo esa hambre en las nuevas generaciones. Puedo entender que la gente de La Dehesa crea que vive en un país desarrollado, pero dónde está el hambre por querer más de los que viven en Conchalí, en Quinta Normal o La Florida. Eso debe ser lo que mueve la economía y no un discurso populista de un movimiento que ofrece respuestas sencillas a problemas extremadamente complejos y sin restricciones presupuestarias, pues creen que la plata alcanza. ¿Dónde están las grandes reservas de cobre? El cobre contribuye cada vez menos ¿Dónde va a estar la nueva idea, el emprendimiento potente?

- En este escenario ¿cómo evalúa la propuesta de Hacienda para el Presupuesto de 2020?

- Es parte de nuestro aterrizaje a la nueva realidad. El crecimiento del 3% del gasto público es lo técnicamente recomendable. Un país que enfrentará dificultades para crecer por sobre los niveles promedio del planeta debe ser prudente en sus obligaciones. La historia reciente nos alertó de las consecuencias de no hacerlo. Los inversionistas son sensibles a las improvisaciones. Chile debe hacer todos los esfuerzos para retomar su regla de balance estructural.

El momento más difícil desde la democracia

- ¿Se erró con los proyectos emblemáticos?

- La política hoy en Chile ha sido más difícil de llevar de lo que ha sido desde el retorno a la democracia, y eso significa un problema, porque para hacer frente a las dificultades externas, necesitamos buenas ideas. Algunas iniciativas que estaban en la mesa y que eran necesarias de implementar, el gobierno decidió no discutirlas, como la reducción de la tasa de impuestos corporativos; y en otros casos, la discusión política ha llevado a ideas interesantes a desdibujarse.

- Hasta ahora, todo indica que esta dicotomía entre política y economía seguirá…

- Para efecto de los años venideros se abre una discusión muy importante respecto a cuáles son los elementos que transformarán a Chile en un país desarrollado en el mediano plazo, porque Chile no va a ser desarrollado en el corto plazo. Cuáles van a ser las oportunidades que vamos a poder aprovechar en materia de tecnología, energía. Viene un debate interesante que va a chocar con la lectura equivocada de cómo enfrentar el cambio climático que se está moviendo cada vez más hacia la idea de sacrificar el crecimiento económico en función de medidas paliativas para contrarrestarlo. Yo creo que hay que enfrentarlo de otra forma, con innovación y eso requiere mayores recursos que vienen del crecimiento. Es una discusión técnica y hasta ahora los técnicos hemos estado perdiendo por goleada en muchas dimensiones.

- ¿Por qué dice que los técnicos están perdiendo por goleada?

- Llevamos bastante rato de fracasos en influir en políticas públicas, que claramente tienen deficiencias técnicas, un ejemplo es el proyecto de las 40 horas. Históricamente, desde el retorno a la Democracia, Chile se caracterizó por un sistema político que no solamente les abría los brazos a los técnicos, sino que -aunque a veces podía ser molesto-, se les escuchaba y se avanzaba.

Las nuevas generaciones de políticos están dispuestas a comprarse mitos que tienen muy poco sustento económico y no hemos sido capaces de contrarrestárselo. Ahí hay un gran desafío. Dado que esa es la realidad cómo ajustamos la estrategia es un ámbito en el cual esta administración podría haber hecho las cosas distintas para tener un resultado distinto y el resultado que hemos tenido hasta ahora es que no hay mucho avance en distintas materias.

- ¿Cómo recibe la petición del presidente Piñera a la Comisión Nacional de Productividad, donde es consejero, para evaluar los proyectos de reducción de jornada?

- No puedo decir mucho, es parte de lo que estamos mirando, es un interesante desafío. Mis columnas han mostrado mi opinión personal, en mi rol de comisionado trataremos de revisar más evidencia y hacer el mejor trabajo posible.

- Joseph Ramos decía que primero había que aumentar la productividad y luego se podía analizar reducir la jornada.

- Hay muchas dimensiones en las cuales hemos puesto la carreta antes de los bueyes, la gratuidad en la educación es un ejemplo de eso y ya vemos. El mandato nos pide información objetiva y técnica y eso haremos, trabajando en nuestras horas libres. Nos van a obligar a trabajar más de 40 horas, eso es seguro (ríe).

Chile país desarrollado: No antes de 15 años

- Pese a este menor crecimiento ¿aún cree que podremos completar una década de crecimiento sin crisis o hay riesgo?
- Esa es una muy buena noticia para efectos de la historia económica chilena, el país ha continuado sus avances, pero no nos podemos quedar tranquilos, sería más ambicioso, el país necesita más y se pueden hacer mejor las cosas.
- A este ritmo, ¿cuándo podríamos alcanzar el desarrollo? El presidente Lagos lo vislumbró para 2010...
- En no menos de 15 años para ser desarrollados, mirando nuestro escenario base, desde el control de la violencia, igualdad de oportunidades. Esta calma que ha significado una década de crecimiento económico nos puede llevar a ser un poco ingenuos respecto de dónde estamos.
- Y ahora además enfrentamos bajas expectativas...
- Así es, y es natural. Chile hoy es un país en que hay sequía goleadora. Ese Chile ambicioso que apostaba a ser el jaguar contrasta con quienes levantan la ceja y dicen 'no queríamos ser eso', queremos ser un país como ahora y navegar ad eternum manteniéndonos a flote. Obviamente, las expectativas hay que estarlas ajustando. La bolsa es un ejemplo de lo que estamos viviendo, ¿por qué debería repuntar? ¿Cuál es el cambio que te haría pensar que Chile va a andar como avión? No me queda claro.
- También hoy se observa un cierto divorcio entre gobierno y empresarios, una de sus bases de apoyo.
- Esa tensión me parece súper sana, no la encuentro dramática. Cuando Chile se abre al mundo, los empresarios se opusieron y Chile lo hizo y los resultados están a la vista. Las expectativas de un mayor crecimiento, de haber tenido funcionando algunos proyectos a estas alturas, obviamente, puede generar frustración en algunos grupos. Pero más que por temas puntuales, nos estamos moviendo hacia un estado de aceptación de la condición actual, en que más que una caída de expectativas, de que la gente esté deprimida, es reconocer que esta nueva generación tiene menos hambre de crecimiento y, en ese contexto, hay que empezar a decir perfecto, ajustemos qué es lo que va ser Chile de aquí a los próximos 15 años. Esa es la discusión que estamos teniendo hoy.

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