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Valdés y NM acotan el debate presupuestario sólo a las reasignaciones

La responsabilidad fiscal será el factor preponderante. Al final, el jefe del equipo económico del gobierno impuso su mirada.

Por: Narayan V. Caviedes | Publicado: Martes 6 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Por motivos ya conocidos, como la caída en el precio del cobre y el menor crecimiento económico, los ingresos fiscales en 2017 serán inferiores a los de este año. Eso expuso el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a los diputados y senadores de la Nueva Mayoría que lideran el debate presupuestario.

Con ese dato, el jefe del equipo económico del gobierno buscaba “ordenar” la discusión y reiterar que el espacio para “nuevas demandas o peticiones que se alejen del programa de gobierno” es casi nulo. La única ventana que existe son las reasignaciones y su espacio también es limitado: no más allá del 9,5% del gasto público se destina a programas.

Y aunque el porcentaje se traduce en “cerca de US$ 5.600 millones”, según uno de los asistentes al encuentro, la cifra se reduce cuando se aplican los criterios establecidos por la Segpres y Hacienda: no existe presupuesto para programas nuevos, no iniciados o antiguos con poco avance. A eso se podría sumar un cuarto elemento, que es reasignar los montos de programas con poco impacto social. Así, “no serían más de US$ 600 millones los que están disponibles para el debate”, según afirmó un integrante de la comisión de Hacienda de la Cámara. “El resto está todo cerrado, sin espacio”, agregó el diputado de la DC, Pablo Lorenzini, quien advirtió que “la discusión presupuestaria de este año será una de las más complicadas de las últimas décadas”.

La regla fiscal no se toca

Una de las razones para vaticinar un debate tan complejo es que los ingresos fiscales no logran cubrir un programa de gobierno ambicioso, con la gratuidad universal en la educación superior, por ejemplo; y que suma nuevas exigencias, como el debate previsional. Endeudarse para tener mayor gasto no es una opción y recurrir a los fondos soberanos sólo si es extremadamente necesario. Así lo habría planteado Valdés, quien aseguró, al término del comité político en La Moneda, que el presupuesto estará “alineado con la regla fiscal” y que “el gobierno está completamente convencido que apartarse de ella sería un error fundamental”. Esto lo reiteró en el almuerzo con los jefes de las bancadas de la NM y los integrantes oficialistas de las comisiones de Hacienda de ambas cámaras, donde, según concordaron legisladores, repitió señales de un Presupuesto que no crecerá más allá del 3%.

“Hay que darle un respaldo a la política fiscal, evitando cualquier cosa que nos lleve más allá de lo programado”, señaló el senador de la DC, Andrés Zaldívar, aludiendo al compromiso de este gobierno, de reducir en 25 puntos base por año el déficit estructural. El presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara, Manuel Monsalve (PS), coincidió: “Cualquier señal por romper el compromiso del balance estructural nos va a llevar a aumentar el riesgo país y las tasas de interés”.

Sin embargo, un sector de la NM insiste en que el gasto público no se puede reducir tanto, para ayudar a reactivar la economía. Así lo proponen los diputados comunistas, que hoy se podrían reunir con Valdés en el Congreso, y los senadores socialistas, que sostienen que “la política contracíclica debe estar asociada a la regla de balance estructural, pero proponerse recuperarla en plazos excesivamente breves puede generar efectos contractivos, con consecuencias adversas para los ingresos fiscales y el crecimiento”.

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