Política

Claves de una primaria sorpresiva: Sichel y Boric dan un sorpasso generacional en la derecha y la izquierda

Los triunfadores, de 43 y 35 años, superaron a los favoritos de sus respectivos sectores en una elección con mayor participación que la de 2017, donde Apruebo Dignidad mostró su fuerza frente al oficialismo de Chile Vamos.

Por: Rocío Montes | Publicado: Domingo 18 de julio de 2021 a las 19:10 hrs.
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1 La izquierda cambia de generación en Chile

El triunfo del diputado Gabriel Boric en las primarias de Apruebo Dignidad representan el recambio generacional en la izquierda chilena. Con 35 años recién cumplidos en febrero, la edad mínima para postular a La Moneda, el egresado de Derecho se impuso al alcalde comunista Daniel Jadue por 20 puntos, una distancia inesperada (60,4% contra 39,6%). Representa probablemente el principal triunfo del Frente Amplio en su década de existencia, en los que ha conquistado poco a poco espacios de poder, como el Congreso y la Convención Constitucional. En esta ocasión, Boric logró imponerse al candidato Jadue que tenía la victoria en la mano cuando en mayo inscribieron la primaria, al menos de acuerdo a las encuestas. Con una buena campaña donde apostó por la gradualidad para revertir el modelo, menos radical que su contendor y con las expectativas de crecer hacia el centro, Boric dejó en evidencia las diferencias de pensamiento con Jadue en una carrera que representa, en paralelo, la irrupción de una nueva y joven dirigencia política.

2 La fuerza del independiente en la derecha

Una de las tantas tensiones de las primarias de la derecha estaba entre los candidatos militantes y el independiente (Joaquín Lavín de la UDI, Mario Desbordes de RN e Ignacio Briones de Evópoli) y Sebastián Sichel (sin partido). Dado el amplio triunfo del abogado –que alcanzó un 49,1%, con casi 20 puntos de ventaja por sobre el exalcalde de Las Condes que obtuvo un 31,3%– la disputa se resolvió a favor del único no militante de esta carrera. Con pasado DC y del partido Ciudadanos de Andrés Velasco, Sichel irrumpe con fuerza en un sector que históricamente se ha inclinado por los independientes (como sucedió con Jorge Alessandri, que nunca militó en un partido político de la derecha). De 43 años, el exministro de Desarrollo Social del actual gobierno ha empujado asuntos como un Estado accesible, el emprendimiento, la diversidad y la seguridad pública. Con su triunfo, propina un golpe fuerte a los partisanos de su bloque, aunque su candidatura necesariamente deberá contar con la orgánica de Chile Vamos. Con este triunfo, en paralelo, jubilaría a Lavín como candidato a La Moneda, que desde 1999 lo ha intentado tres veces infructuosamente.

3 Mayor participación que en 2017

En 2017 participó el 13% del padrón (1.813.000 millones de personas). En estas primarias, en tanto, acudió a las urnas cerca de un 21% (3,1 millones de los 14,6 convocados). Pese a que cuatro de cada cinco votantes prefirieron no sufragar, lo que nuevamente pone en evidencia el abstencionismo estructural de Chile y la necesidad de reponer el voto obligatorio y otras reformas electorales, la participación superó las proyecciones de los especialistas, que pensaban que estaría por debajo del 13% de hace cuatro años. Hubo una participación mayor a la esperada, pese a factores como la pandemia, el invierno, el fin de semana largo, las vacaciones y lo que expertos denominan fatiga electoral. En solo seis meses, en Chile estamos eligiendo a 3.245 autoridades (345 alcaldes, 2.252 concejales, 155 convencionales, 16 gobernadores, 155 diputados, 27 senadores, 297 cores y 1 presidente). ¿Candidatos? Cerca de 18.500.

4 La izquierda supera a la derecha en movilización

En la primaria de la derecha en 2017, Chile Vamos convocó a 1.419.705 electores. El Frente Amplio, en tanto, movilizó a 327.815, aunque hace cuatro años sin el PC. Hasta antes de la primaria de este domingo, era previsible que la izquierda se diera por ganadora si estrechaba el margen. Pero no solo acortó la distancia, sino que superó por mucho la participación de la derecha: 1.749.919 contra 1.343.344 de Chile Vamos. No resulta una buena noticia para el oficialismo, que tuvo unos 100 mil votos menos que en 2017, cuando llegó a La Moneda. Por el contrario: la izquierda este domingo mostró su fuerza en las urnas, sin considerar siquiera que la exConcertación quedó al margen de este ejercicio democrático.

5 El Frente Amplio lleva 1 millón de personas a las urna

Al margen de la participación por bloques, sorprende la alta movilización que logró el Frente Amplio: 1.057.401 personas respaldaron a Boric contra los 692.518 que apoyaron a Jadue. Podría explicarse por la fuerza territorial: Convergencia Social, Revolución Democrática y Comunes gobierna al 13% de Chile en alcaldes (Maipú, Ñuñoa, Viña del Mar, San Miguel, Valdivia, entre las grandes), mientras que el PC y el FRVS a cerca del 5% (Santiago y Recoleta, por ejemplo). El Frente Amplio, en paralelo, tiene dos gobernadores y mayor número de militantes.

6 Más jóvenes

Un segundo asunto que podría influir en el alto porcentaje de Boric está en la movilización de los jóvenes. Hasta el plebiscito de octubre de 2020, este segmento de la población venía votando a tasas cercanas al 35%, pero en el referéndum saltaron 20 puntos (a un 56% aproximadamente). De acuerdo a investigaciones, que han llevado adelante expertos como Mauricio Morales, los jóvenes tienden a votar por los candidatos de su misma generación, aunque se trata de un componente inestable. Fue lo que quedó en evidencia en las elecciones de mayo de 2021, cuando el sufragio de este segmento habría vuelto a sus cifras históricas. El amplio respaldo a Boric en estas primarias hacen prever, sin embargo, que fue el voto juvenil el que le dio el triunfo y que el ruido de las redes sociales se manifestó efectivamente en las urnas. De cualquier manera, este elemento no se podrá conocer con claridad hasta dentro de semanas, cuando el Servel libere la base de datos.

7 Los pasos de la centroizquierda

El resultado provocará movimientos inmediatos en el arco político. De partida, en la centroizquierda. Al bloque Unidad Constituyente, la exConcertación, que se quedó fuera de las primarias, le convenía que gane Lavín y Jadue, los candidatos de los extremos. Justamente lo de mayor complejidad era el triunfo de Sichel y Boric, porque son candidaturas cercanas al centro político. De cualquier forma, la DC lanzaría en breve la candidatura de la senadora Yasna Provoste. Parece imposible otro escenario y la misma parlamentaria ha comenzado su campaña informal con sus recorridos por Chile. Con el triunfo del candidato del Frente Amplio, a su vez, parece inminente la bajada de las candidaturas de la socialista Paula Narváez y el radical Carlos Maldonado en favor de Provoste, con mayores posibilidades en las encuestas. No existe la fuerza para que le sigan exigiendo primarias a la DC. Tampoco parece probable un escenario suicida, como que los tres lleguen a la papeleta de primera vuelta en noviembre.

8 Una buena noticia para los extremos

Los resultados de estas primarias representan una buena noticia para las candidaturas de las puntas, como José Antonio Kast por la derecha y Jorge Sharp por la Sorprende la alta movilización que logró el Frente Amplio: 1.057.401 personas respaldaron a Boric y 692.518 apoyaron a Jadue. Con su triunfo, Sebastián Sichel propina un golpe fuerte a los partisanos de su bloque, aunque su candidatura necesariamente deberá contar con la orgánica de Chile Vamos. Hubo una participación mayor a la esperada, pese a factores como la pandemia, el invierno, el fin de semana largo, las vacaciones y lo que expertos denominan fatiga electoral. Lista del Pueblo, de la izquierda. El triunfo de Sichel y Boric apuntan a los sectores moderados de ambos bloques, por lo que los extremos quedan descubiertos y con espacio para llenarse de la mano de otras figuras. La esperanza de la centroizquierda y la DC, con Provoste, apunta a que tanto Sichel como Boric se tengan que polarizar con miras a noviembre para no poder respaldo al interior de sus respectivas fuerzas políticas. La situación resulta especialmente delicada en Chile Vamos, donde Kast podría poner en peligro que la derecha pase a segunda vuelta, en el caso de una competencia en noviembre que incluya a Proviste y Boric. Las conversaciones de las próximas horas y días serán cruciales.

9 La irrupción de los no favoritos de las encuestas

Era un hecho sabido por los analistas: a mayor participación, mayor era probabilidad para los no favoritos de las encuestas (Sichel y Briones, respectivamente). Si el porcentaje de participación era menor al esperado (13%, de la última primaria de 2017), el control era menor para los partidos políticos como la UDI de Lavín y el PC de Jadue, lo que finalmente sucedió este domingo. La Criteria, por ejemplo, daba como ganador a Lavín entre votantes del sector (34%), seguido por Sichel (31%). En un público amplio, sin embargo, el abogado independiente sobrepasaba al ex alcalde de Las Condes, con un 29% contra 26%. Según la misma encuesta, Jadue le ganaba a Boric en el votante de izquierda y centroizquierda, por 56% a 22%. Pero en el público amplio, la diferencia se estrechaba: de 33% para el comunista a 26% al líder de Convergencia Social. Según la Cadem del 21 de junio, Lavín obtendría un 46% contra un 23% de Sichel, entre los que se manifestaron con la intención de participar en la primaria de Chile Vamos. Mientras en la izquierda, entre los encuestados que sufragarían en la primaria de Apruebo Dignidad, Jadue alcanzaba un 54% y Boric un 40%.

10 Despolarización

Aunque se trataba de las definiciones presidenciales de los dos bordes de la escena política chilena, de la derecha y la izquierda sin la centroizquierda en competencia, finalmente ganaron los candidatos que justamente se acercaron al centro y no a los polos de ambos bloques. ¿Es una posible respuesta a la pregunta vigente en Chile desde hace una década y sobre todo luego de octubre de 2019, sobre la profundidad y la velocidad de los cambios? Tanto Sichel como Boric, con proyectos políticos diferentes, apuntan justamente a las transformaciones –como existe consenso en Chile–, pero no con una implementación radical

 

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