Industria

BYD ante demora en licitación del exTransantiago: "El gobierno demostró que se puede cambiar a una mejor tecnología sin que el usuario pague más"

La country manager de la firma china, Tamara Berríos, dice que "no hay que cerrarse" a solo hacer la licitación, dado que existen medidas alternativas que se pueden aplicar.

Por: Magdalena Espinosa | Publicado: Martes 14 de abril de 2020 a las 16:02 hrs.
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La tramitada licitación del exTransantiago, actual RED, se espera sea uno de los hitos más relevantes que ocurran este año en el marco de plan de renovación del transporte público que ha impulsado el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), encabezado por Gloria Hutt.

Después de haber tomado la opción de dividir el negocio en dos áreas -provisión de flota y operación-, el proceso ha sufrido algunas demoras adicionales a las contempladas. La última fue producto del avance del covid-19, donde se interrumpió la revisión de las bases para la compra de buses por parte de la Controlaría para introducir ajustes, permitiendo la posibilidad de entregar las ofertas en formato digital o transmitir por streaming el acto de apertura de los sobres.

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La marca china Build Your Dreams (BYD) ha seguido de cerca este proceso, interesada en aumentar su presencia con equipos eléctricos, como los que ya se ven por las calles de la capital. Según la country manager, Tamara Berríos, buscan adjudicarse al menos el 60% de los vehículos que se comercialicen durante esta instancia.

Ante las demoras y consultada por la posibilidad de que la licitación se siga posponiendo, la ejecutiva dice que "si no hay procesos licitatorios seguramente se tendrá que armar una alternativa que permita que la flota se vaya renovando, hay varias herramientas para eso. Nosotros esperamos una licitación, pero sabemos que los buses se tienen que renovar".

Una de las "herramientas" que menciona Berríos son las negociaciones que sostuvo la ministra Gloria Hutt el año pasado con Alsacia, Express, Metbus, STP y otros operadores para renovar las flotas de manera directa tras la caducación de sus contratos y que permitió la entrada de nuevas unidades, sin la necesidad de un concurso abierto.

La fórmula -que ha implicado que centenas de buses rojos con blanco circulen por la capital- dice le permitió al gobierno demostrar "que se puede cambiar a una mejor tecnología sin que el usuario pague más".

"Las herramientas son múltiples, yo creo que pensar que la licitación es la única salida no es correcto, es una mala interpretación. Lo que viene es que el transporte público, un servicio de primera necesidad y debería seguir la línea de estas mejoras que impactan a la ciudadanía", remarcó Berríos.

Consultada a la ejecutiva si es que teme a que los operadores del exTransantiago no cuenten con espalda financiera para permitir una renovación de la flota, Berríos dice que: "Ellos están enfrentándose a una posible licitación desde 2017. Entonces obviamente el sistema sabe que los cambios se vienen. Cuando entramos al mercado con fuerza fue producto de lo anterior, porque hay un timing que se está siguiendo que te indica que hay que renovarse".

En esa ruta de recambio está la licitación, señala Berrios, donde si el gobierno abre el proceso "nosotros nos vamos a presentar, pero no hay que cerrarse a las alternativas. Queremos que la electromovilidad siga teniendo un apoyo en las políticas públicas".

Con este telón de fondo Berríos dice ser optimista. Su apuesta es que sólo durante seis meses habrá un stand by del negocio, ya que lo que trajo el avance del covid-19 fue una incertidumbre en el mercado, dada la baja demanda de usuarios. A su juicio, nadie ha podido calcular cuanto serán las cifras de ventas para este año.

"Mi apuesta es que el impacto será controlado, pero en esa medida de control en uno o dos meses más tendremos una noción clara sobre si los planes se aplazarán seis meses o más. Esto irá en ritmo de las decisiones que está tomando el gobierno también", sostiene Berríos.

El negocio de las mascarillas

En febrero, la sede de la marca china BYD en Chile comenzó a tomar medidas para prevenir el avance del Covid-19, alertados por su casa matriz en el país asiático.

Antes de que el ministro de Salud, Jaime Mañalich, encendiera las alarmas en el territorio nacional, los colaboradores encabezados con su country manager ya tenían protocolos estrictos de higiene, uso de mascarillas y alcohol gel para todas sus unidades de negocios, personal de planta y posventa. Esto, porque ya existía claridad de que el virus se diseminaría rápidamente en Chile.

En China, las acciones fueron más rápidas aún. Desde la alta cúpula de BYD -empresa que concentra 220 mil empleados mundial y un 90% están en el país asiático- se visualizó que habría un déficit en la producción de mascarillas nacional y, para mantener el cuidado de sus colaboradores, se encomendó la misión de transformar una fábrica entera para la elaboración de este implemento sanitario.

A dos meses de esta decisión, la iniciativa se transformó en una línea de negocios para abastecer a otras empresas, donde diariamente se hacen 10 millones mascarillas. Ahora, la country manager está comercializando este producto en Chile, cuyo perfil son las grandes compañías y entidades gubernamentales para transformarse en su proveedor oficial.

"Este es un negocio que nació como un apoyo a China, pero que después se transfirió a mundo. Pensamos que después del covid-19 habrá un cambio de comportamiento respecto al cuidado propio, y en ese ámbito la mascarilla cumple un rol bastante fundamental", dice Berríos.

 

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