Construcción

La carrera contra el tiempo que lleva Astaldi en Italia y que ha impactado en Chile

Empresa está renegociando pasivos por unos US$ 2.300 millones, lo que le ha ocasionado problemas no solo en Chile, sino que en otros países.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Jueves 25 de octubre de 2018 a las 13:52 hrs.
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A menos de que algo cambie a última hora, esta semana unos 800 trabajadores serán despedidos por Astaldi Canadá. La constructora acusa que este será el resultado de una acción injusta de parte de Nalcor Energy, que canceló su participación como constructora en el megaproyecto hidroeléctrico Muskrat Falls.

A diferencia del Ministerio de Obras Públicas en Chile o Codelco, Nalcor Energy no ha buscado renegociar sus contratos con Astaldi, después de que la matriz italiana de la constructora se acogiera a un acuerdo de protección de sus acreedores ante una corte de Roma.

La solicitud de Astaldi fue aceptada la semana pasada y este "concordato preventivo" le da a la empresa hasta el 16 de diciembre para presentar un plan de reestructuración financiera. Mientras tanto, queda protegida de acciones de sus acreedores y continuar sus operaciones. Para Standard & Poor's, dado que durante este período la empresa queda exenta de cumplir con sus obligaciones, la italiana está bajo sus criterios en una "formal cesación de pagos". Así lo han entendido sus contrapartes dentro y fuera de Italia, que han aumentado la presión sobre la empresa.

"Sin duda, es del interés de la empresa el presentar su plan de reestructuración a los acreedores y accionistas lo antes posible", afirma desde Milán Renato Panichi, analista de rating de S&P, que a inicios de mes recortó la calificación de Astaldi de CCC- a D.

Astaldi, una de las constructoras más grandes de Italia, busca reestructurar obligaciones por unos 1.890 millones de euros (unos US$ 2.300 millones). El precio de su acción ha caído un 90% en el último año hasta apenas 0,53 centavos de euro, y su futuro parece inviable sin una pronta inyección de liquidez.

Su exposición a Venezuela puso en aprietos la salud financiera de Astaldi, y esta se agravó después de que la crisis en Turquía frustrara la venta de su 33% en el tercer puente sobre el río Bósforo, valorado por la empresa en 350 millones de euro.

La constructora asegura que las negociaciones para la venta de este activo continúan. Sin embargo, Panichi advierte que la inyección de liquidez no resolvería por completo los problemas de la constructora. "Cuando estás en una situación como esta... cuando has iniciado un procedimiento (de protección) como este... es una situación bastante difícil", comenta.

Otro analista, que mantiene una recomendación de "vender" sobre la acción de Astaldi, destaca que la situación es crítica. "Se están quedando sin caja", afirma.

Nadie se aventura a especular sobre cuál será el futuro de las subsidiarias y joint ventures que Astaldi tiene a nivel internacional, hasta no conocer los detalles del plan de reestructuración, que podría presentarse antes del fin de noviembre a decir de algunos operadores del mercado italiano.

"Para poder dar viabilidad al negocio sería necesaria una reestructuración de deuda, incluyendo un canje parcial de bonos por acciones y un aumento de capital", explica Marco Opipari, analista de equity, que sigue la acción de Astaldi en Fidentiis.

Las dos almas de Astaldi

En su solicitud ante la corte romana, Astaldi planteó la necesidad de crear dos nuevas empresas, que controlaría por completo. En una se concentrarían todos los negocios con joint ventures y en otra las operaciones de sus subsidiarias. Esto llevó a la especulación de que la estructura facilitaría la venta de las operaciones internacionales.

"No tengo claro cómo los bancos pueden salvar la situación de Astaldi, pero no veo posible la quiebra de la división de construcción, tomando en cuenta el enorme impacto que podría tener en término del pago de daños en diversos países", sostiene desde Milán, otro analista que sigue la acción desde hace varios años.

Sin embargo, los analistas favorecen la apuesta de una adquisición de parte de su rival Salini Impregilo, pero solo de los activos de construcción en Italia. Esta es una de las principales hipótesis que se manejan en el mercado italiano: la creación de un "campeón nacional" de la construcción, que tenga más fuerza para competir a nivel europeo e internacional.

Fuentes de Salini Impregilo han revelado a la prensa especializada en Italia que la constructora está interesada en un acuerdo rápido con Astaldi. Por su parte, el CEO de la gigante japonesa IHI confirmó en Nápoles la semana pasada su interés por la debilitada constructora.

Para los analistas de Equita, el rescate de Astaldi requiere, además de la reestructuración de deuda, la intervención de un operador de la industria.

El diario financiero Il Ore 24 ha reportado que Astaldi estaría negociando con sus principales acreedores bancarios (Intesa Sanpaolo, Unicredit, BPM y BNP Paribas) en vista de aliviar la carga de deuda y hacer más atractivas las condiciones para el ingreso de Salini en la propiedad. Una operación que sería bien vista por los bancos.

Según S&P's, los acreedores de Astaldi podrían recuperar entre un 30% y 50% del capital entregado a la constructora, en caso de que se declare un default. Ante este panorama, y las supuestas negociaciones con los bancos, los tenedores de bonos están organizándose para enfrentar las negociaciones con la constructora, y han anunciado desde ya su rechazo a la idea de un canje por acciones.

Consultada por Diario Financiero, la empresa aseguró que la figura aprobada por la corte romana sirve para garantizar la continuidad de "todas las operaciones" del Grupo, así como sus acreedores y activos. "Por lo tanto, cualquier acción de terceros, como gobiernos o clientes, en Italia o en otros países, y cualquier decisión sobre la actividad de la empresa -por ejemplo, la venta de activos- debe considerar dentro de este procedimiento general y Astaldi está en proceso de análisis de la situación", respondió la empresa por escrito.

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