Aún no asume y AMLO ya asusta a inversionistas con controvertida cancelación de aeropuerto

A poco más de un mes de iniciar oficialmente su mandato, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ya puso fin a su incipiente acercamiento con el mercado. Su decisión de frenar la construcción de un aeropuerto internacional en Texcoco, un proyecto de US$ 13.300 millones con casi 32% de avance, derrumbó esta semana el valor de los activos del país.

AMLO, quien se impuso cómodamente en las elecciones de julio, dijo que cancelará las obras iniciadas por su antecesor Enrique Peña Nieto una vez que asuma la presidencia el 1 de diciembre, tras un referendo en el que participó 1 millón de los más de 89 millones habilitados para votar. En la consulta, organizada por su propio partido Morena, 70% se opuso a la construcción.

Su anuncio puso en alerta a inversionistas que habían visto con buenos ojos la moderación de su discurso hacia el final de la campaña presidencial, así como su acercamiento con líderes empresariales. La caída del peso y la bolsa locales fue la mayor desde la elección de Donald Trump en 2016.

Por su parte, Peña Nieto aseguró que mantendrá la construcción hasta el último día de su gestión. “Hemos sido claros acerca de la relevancia de esta obra para el país”. Agregó que “el próximo gobierno tendrá que hacer frente al pago de compromisos los cuales probablemente requerirán el uso de recursos fiscales adicionales”, sentenció.

Promesa y decepción

Durante su campaña, AMLO defendió un proyecto alternativo, que apuntaba a reacondicionar una base aérea militar en Santa Lucía para recibir vuelos internacionales. Según él, ello permitiría ahorrar 100 mil millones de pesos mexicanos, unos US$ 5 mil millones. Fue sólo tras ganar las elecciones que anunció una consulta pública sobre el tema. Y el domingo, pese a la baja participación, aseguró que respetaría “la voluntad del pueblo”.

Su decisión pone en riesgo millonarias inversiones. Carlos Slim, el hombre más rico del país, es dueño de Grupo Carso, parte del consorcio de firmas que participa en la construcción, y también adquirió gran parte de los US$ 1.600 millones en acciones emitidas por el grupo.

En una conferencia de prensa, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial Juan Pablo Castañón -quien, tras la elección, estrechó la mano del futuro presidente- dijo que el referendo “envía un mensaje grave de incertidumbre a los mercados internacionales, a los inversionistas y a todos los ciudadanos”. Agregó: “Es una ruptura de los compromisos del Estado mexicano y del marco normativo”.

Por su parte, el director del Instituto de México en el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson en Washington, Duncan Wood, manifestó que la decisión “establece un terrible precedente sobre cómo va a gobernar. Si realmente se quiere poner a prueba la voluntad de la gente, debe hacerse de una manera totalmente legítima”.

Gobernar por referendo

Más allá del aeropuerto, la preocupación también gira en torno a otros proyectos, incluyendo los contratos petroleros o mineros. El temor es que AMLO use las consultas públicas para evaluar un tren turístico en la Península Yucatán o para frenar las ventas de petróleo de la estatal Pemex al extranjero, a fin de priorizar el mercado interno.

“El tono amistoso hacia los mercados y los privados ahora se cuestiona”, dijo a Bloomberg el jefe de inversión en mercados emergentes de UBS, Jorge Mariscal. “Esto inyecta mucha incertidumbre a México”.

Por su parte, el analista Greg Lesko, de Deltec Asset Management en Nueva York, manifestó que “no hay una lectura positiva. AMLO usó un referendo falso para obtener lo que quería”.

AMLO prometió respetar "la voluntad del pueblo", pese a la baja participación en la consulta.

Economía crece 2,6% en el tercer trimestre

El Producto Interno Bruto de México anotó en el tercer trimestre un crecimiento de 2,6% en comparación con el mismo período del año anterior, reportó ayer el instituto estadístico del gobierno, Inegi. La lectura estuvo marcada por el crecimiento de 3,4% del comercio y los servicios, un alza de 2,1% en las actividades agrícolas y de 1,1% de la actividad industrial. El buen desempeño de la economía de Estados Unidos también impulsó la cifra.
En términos trimestrales, la expansión fue de 0,9%, lo que contrasta con una contracción de 0,2% registrada entre abril y julio.
El gobierno redujo en agosto su estimación de crecimiento del PIB para este año a un máximo de 2,6%, desde el 3% previo. Por su parte, JPMorgan redujo esta semana su proyección de crecimiento a 1,9%, cinco décimas menos de lo estimado anteriormente.