Economía

Con ahorros prestados y desde un garaje: así se forjó la mayor fortuna del mundo

El CEO de Amazon, también fundador de la firma aerospacial Blue Origin y dueño de The Washington Post, tiene recursos suficientes para comprar Mercado Libre o eBay.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 23 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Jeff Bezos, CEO y fundador de Amazon
Jeff Bezos, CEO y fundador de Amazon

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Historias de éxito hay muchas y emprendimientos cuyo valor sube como la espuma también. Pero pocas personas pueden contar con una fortuna que se clasifique como “milmultimillonaria”.

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Ese es Jeff Bezos quien, a sus 54 años, es el hombre más rico del mundo superando al otrora líder, Bill Gates.

Su fortuna supera los US$ 150 mil millones, convirtiéndolo en el icónico emprendedor que cambió para siempre el comercio con su nueva forma de hacer retail.

Visión y suerte

El camino no ha sido fácil, pero como él mismo ha asegurado, lo ha logrado gracias a su carácter de visionario y un poco por suerte.

Brillante desde pequeño, Bezos apostó por ser inteligente y gentil a la vez. A su juicio, “lo primero es un don y lo segundo una elección”. “Lo primero es fácil después de todo, porque se nace con ello. Lo segundo es difícil, porque es fácil creer que con lo primero basta”, explicó en una conferencia frente a los graduandos de su alma mater, la Universidad de Princeton.

Como sea, el éxito que hoy disfruta se atribuye a su capacidad de notar, hace muchos años, que la tasa de crecimiento del uso de internet se ubicaba en 2.000% cada año. Algo grande estaba ahí y él debía tomar ventaja.

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Hijo de una madre adolescente, que en menos de un año se divorció de su padre biológico, terminó por llevar el apellido de su padrastro (el inmigrante cubano Mike Bezos) a quien le debe el primer impulso financiero para lograr su ambicioso proyecto.

Un oscuro garaje

Desde temprana edad, profesó un profundo amor por los computadores y por cómo funcionan las cosas, por lo que transformó el oscuro garaje de sus padres en un laboratorio de aparatos eléctricos.

Esa pasión lo llevó a estudiar Ciencias de la Computación e Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Princeton y graduarse con honores. Trabajó en varias empresas de Wall Street y, en 1990, se convirtió en el vicepresidente senior más joven de la firma de inversiones D.E. Shaw.

Cuatro años más tarde, a pesar de una muy buena remuneración, decidió renunciar para embarcarse en una aventura empresarial que llegaría para revolucionar el comercio electrónico.

Se mudó a Seattle y, de nuevo desde el garaje del hogar que formó con su esposa Mackenzie, empezó a crear lo que sería Amazon, cuyo nombre está inspirado en el gigantesco río de Sudamérica.

Contando con los US$ 300 mil que su padrastro ahorró en 30 años trabajando en ExxonMobil, y junto a tres empleados más, Bezos comenzó a desarrollar un nuevo software. Luego amplió las operaciones a una casa de dos dormitorios y finalmente desarrolló un sitio de prueba. Invitó a 300 amigos al experimento beta y así abrió oficialmente Amazon.com el 16 de julio de 1995.

Rumbo al éxito

El éxito inicial de la empresa fue meteórico. Sin promoción en prensa, Amazon.com vendió libros en EEUU y otros 45 países dentro de los primeros 30 días. En dos meses, las ventas alcanzaron los US$ 20 mil por semana, desarrollando un crecimiento más rápido de lo que el joven empresario había soñado.

Dos años más tarde, la firma salió a bolsa y analistas dudaban si podría mantener su posición cuando los minoristas tradicionales lanzaran sus propios portales de comercio electrónico. Pero la puesta en marcha no sólo se mantuvo, sino que también superó a sus rivales.

Bezos siempre estuvo un paso más adelante. Empezó a diversificar las ofertas en la plataforma, incorporando CDs y videos en 1998, y más tarde la ropa, artículos electrónicos, juguetes y más. Hoy todo se consigue en el portal y además hay productos propios.

No sólo ha incursionado en el negocio de la “nube”, la inteligencia artificial y el streaming de video, sino que vende alimentos y bebidas. Tiene servicio de delivery especial para clientes premium, su propia tablet, Kindle, y cuenta con un terminal de aeropuerto para los 40 aviones que estima tener.

Por si fuera poco, el magnate decidió fundar su propia empresa aeroespacial -Blue Origin- que está en período de prueba y que podría competir con SpaceX de Elon Musk, y además es dueño de The Washington Post.

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