El inalcanzable sueño argentino por controlar la inflación

El presidente de Argentina está cambiando su discurso de optimistas expectativas económicas por uno de realidad aleccionadora.

Al inicio del año el presidente Mauricio Macri tenía una meta de inflación del 15 % para 2018. Habría sido un progreso significativo después de que los precios al consumidor subieron 25% el año pasado y 40 % en 2016.

Pero hace tiempo que ese objetivo quedó atrás tras el desplome del peso y el aumento de los servicios básicos que han reactivado la inflación.

"Este año terminaremos en una inflación de alrededor del 30 %", dijo el martes Macri a la estación de radio argentina Cadena 3 en una entrevista.

Es la primera vez que Macri reconoce que los precios podrían subir tanto y es otro golpe de realidad para una economía que se estimaba estaba repuntando y que probablemente volverá a caer en recesión. Argentina no ha tenido una inflación de un dígito en una década, y abordar eso, junto con un sólido crecimiento económico, fue una parte clave de su plataforma de campaña en 2015.

El Ministerio de Hacienda de Argentina redujo la semana pasada sus proyecciones de crecimiento económico para 2018 a un débil 0,5 %, desde una estimación previa del 1 %. Los analistas en una encuesta de Bloomberg elevaron este mes sus expectativas de recesión para los próximos 12 meses al 30 %, mientras que el economista de Goldman Sachs Alberto Ramos advirtió que hay un "riesgo muy significativo" de una recesión.