Espert, el economista argentino que es éxito en Youtube ironizando sobre la crisis

“Como dijo Keynes, a largo plazo, ya estamos todos muertos, así que no tengo la menor idea de cómo va a seguir este experimento”. Así, con ironía, el economista argentino José Luis Espert comenta su salto al estrellato digital, luego de que ayer lanzara el primer video de su canal de Youtube, Tiernópolis.

Con este mismo sentido del humor, Espert pretende ayudar a sus compatriotas a entender las intrincadas vueltas de la economía trasandina tras décadas de un manejo muy particular que se presta bien a su mirada sarcástica.

El capítulo aborda el alza de las tarifas y quién paga verdaderamente las cuentas cuando las subsidia el Estado. Personificando a un sicólogo, escudriña los temores del argentino promedio que mira con horror el aumento en la cuenta del gas. Un episodio anterior, más experimental, ya tiene más de 20 mil visualizaciones.

- ¿Por qué el nombre Tiernópolis?

- Muchas veces cuando quiero ironizar sobre algo, digo “tierno”. Si alguien piensa que el gas es gratis, yo le digo, “qué tierno”. Es como decir, qué inocente. Por ejemplo: “al fiscal Nisman se lo llevaron al cielo los angelitos de Dios”. Tierno, porque sin duda fue asesinado.

Pero también es una parodia a Tecnópolis, ese engendro kirchnerista sobre la tecnología argentina. Tiernópolis es la tierra de la ironía.

- ¿Qué ideas tiene para el próximo capítulo?

- Todavía no estamos trabajando en nada, pero si hiciera un capítulo nuevo hoy lo haría sobre lo que piensan los argentinos de las importaciones y los sectores más radicales que denuncian una falsa inundación de productos extranjeros. Haría un video sobre lo bueno que es el comercio y las ventajas de importar.

- ¿Esta cumbre de inversión que bautizaron como “mini Davos”, da también para ironizar?

- Sí, en Argentina en general, hay demasiadas expectativas. El argentino es un pueblo tribal, una tribu que se ilusiona con que si uno canta, hace llover. Pretendemos sustituir una política fiscal sana, leyes laborales flexibles y apertura comercial, con contactos, “mini Davos” y misiones. Para que llegue la lluvia de dólares hay que hacer más que eso.