Economía

Martin Wolf: "Con Trump, el riesgo de una guerra comercial y de una guerra real es enorme"

La administración estadounidense es irresponsable, loca e impredecible, afirma. Pese a que la economía global enfrentará un período de crecimiento sostenido, el populismo seguirá siendo una amenaza, advierte.

Por: Isabel Ramos J. | Publicado: Lunes 13 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Durante el verano (boreal) Martin Wolf, uno de los columnistas económicos más reconocidos a nivel mundial, empezó a escribir el que será su nuevo libro. Hasta ahora, el título tentativo es “La crisis del capitalismo democrático” y la pregunta que plantea es ¿qué tan fácil es combinar un sistema capitalista global con una democracia fuerte, estable y vibrante?

“El problema es que aún cuando la democracia y el capitalismo se apoyan mutuamente en algunos aspectos, son antagonistas en otros, lo que es particularmente cierto cuando hay grandes aumentos en la desigualdad y cuando una gran parte de la población cree que el sistema capitalista global no los está beneficiando”, asegura el comentarista económico jefe de Financial Times.

En estos casos, la gente siente “que está siendo manejada por élites que son indiferentes a la suerte de los demás ciudadanos. Crea tensión entre las empresas capitalistas orientadas globalmente y los partidos democráticos orientados a lo nacional”. Esto explica el alza en el apoyo a líderes populistas como el británico Jeremy Corbyn o Donald Trump, quienes defienden la democracia, pero son antiglobalización.

- ¿Eso quiere decir que el populismo seguirá siendo una amenaza para Europa?

- El populismo no se ha ido todavía. No hay dudas de que ha habido una recuperación económica y eso probablemente va a ayudar. Tuvimos una elección en Austria en la cual la extrema derecha obtuvo más de un cuarto de los votos y hay posibilidades de que la extrema derecha esté en el gobierno. En Francia Emmanuel Macron ganó bastante bien, pero Marine Le Pen obtuvo un 35% de los votos, más de lo que logró alguna vez su padre, y si Macron no tiene éxito, a ella le podría ir aún mejor. Tenemos gobiernos de extrema derecha populista en Hungría y Polonia. Este no es populismo de derecha, pero la independencia de Cataluña es una consecuencia de la gran crisis financiera en España. En Alemania, el partido de derecha nacionalista AfD logró cerca de un séptimo de los votos totales, un gran número. Y en el Reino Unido parece que la izquierda populista será la probable ganadora de la próxima elección. Diría que la combinación de estancamiento económico, estancamiento de estándares de vida, el shock de la crisis financiera y la reacción a la inmigración y la dificultad de absorber a los nuevos inmigrantes de países de los cuales históricamente no teníamos migración, además de una indignación con los cambios culturales que son de más largo plazo, han hecho que una parte significativa de la población esté dispuesta a escuchar las falsas promesas de los políticos populistas. Por supuesto, donde las corrientes populistas ya han ganado, tenemos que vivir con las consecuencias, como el Brexit, o la elección de Trump. Estamos muy lejos de poder decir que el populismo se acabó.

- Usted mencionó al Brexit: ¿cuán debilitada ha quedado la posición de la primera ministra Theresa May en la negociación con la Unión Europea?

- Siempre fue muy débil y ahora está increíblemente dañada. El problema es que tiene un partido profundamente dividido. Ella es la primera ministra más débil que he visto en toda mi vida. Eso significa, en mi visión, que el gobierno británico no puede hacer los compromisos que se necesitan para llegar a un acuerdo con la Unión Europea. Y espero, aunque ojalá esté equivocado, que no tengamos un acuerdo.

- ¿Qué pasa si no hay acuerdo?

- Hay muchas interpretaciones de esta noción de un “no acuerdo”. Si el sin acuerdo realmente es un sin acuerdo en todo, entonces esperaría que haya un período de crisis económica en el Reino Unido, porque nuestro comercio se vería seriamente afectado. Nos convertiríamos en una nación paria en Europa y las consecuencias serían muy severas. Pero predecir exactamente cómo sucederá eso es imposible para mí.

Crecimiento sostenido

Un fortalecimiento de la recuperación podría ser uno de los factores que disminuya el riesgo del surgimiento de nuevas corrientes populistas, en este sentido Wolf es optimista.

- El FMI dijo que estamos experimentado un período de crecimiento sincronizado que no hemos visto en años ¿Será una tendencia de larga duración?

- Nunca se sabe, pero hay una posibilidad razonable de que lo sea. Tuvimos tres enormes shocks globales consecutivos: la crisis financiera global en 2009, la crisis financiera de la zona euro entre 2010 y 2013 y la crisis global de los commodities -con el colapso de los precios- en 2014 y 2015. No hemos tenido una nueva crisis desde entonces. Casi todas las economías del mundo tienen un crecimiento positivo, hay muy pocas excepciones. Dado el monto del alivio monetario, con la política monetaria ajustándose muy lentamente, se necesitaría algo muy grande para detener el impulso. Veo una recuperación cíclica fuerte en todo el mundo. Obviamente hay riesgos, políticos y económicos. Pero hay una posibilidad razonable de un período de crecimiento sostenido de 3,5%-4% por algunos años.

- ¿Cuáles son las principales amenazas o riesgos al crecimiento?

- Siempre es algo que uno se imagina. Es muy fácil ver riesgos. Uno es que el proceso de normalización monetaria salga mal. Si es muy lento la inflación se saldría de control, tendrían que subir las tasas de interés bruscamente, y eso afectaría a los mercados financieros, creando problemas con el crédito y produciendo una crisis financiera. Por otro lado, si se hace muy rápido, lo que no es probable por ahora, eso mataría a la recuperación.

Eso tiene vínculos con el segundo riesgo, que es discutido en el Informe de Estabilidad Financiera del FMI, que es el exceso de deuda. Hay todavía mucha deuda dando vueltas y las personas podrían tener dificultades cuando las tasas de interés se normalicen. Por el momento, no es un riesgo porque las tasas de interés están bajas, pero si suben más rápido, eso podría crear mucha deuda mala.

Hay amenazas de más largo plazo, no riesgos, en Occidente: un bajo crecimiento, un bajo aumento de los sueldos reales y un mayor populismo político. En este sentido, la elección de Trump y el Brexit son síntomas, pero si Italia elige a un gobierno que no siga políticas ortodoxas, se puede producir una crisis financiera. La zona euro no sería capaz de enfrentarla, porque el nuevo gobierno en Alemania va a ser más duro que el anterior. Hay muchas amenazas que son muy reales: guerras comerciales, guerras reales, principalmente centradas en torno a EEUU.

Trump: un riesgo diario

- ¿Sigue siendo Trump un riesgo para la economía global?

- Es un riesgo diario. Es errático, desinformado, inconsistente y mantengo mi visión de que no está para nada calificado para hacer este trabajo, intelectualmente y en carácter. Nada de eso ha cambiado. Lo que hemos descubierto es que no es tan consistente como uno esperaba, es más errático. Hemos descubierto que es menos efectivo de lo que pensábamos, lo que de cierta forma es algo bueno, y hemos descubierto que su equipo es capaz de contenerlo.

Pero el riesgo sigue siendo enorme, de una guerra comercial y de una guerra real. No sabemos qué pasará con Corea del Norte, o con Irán, y las relaciones con China son muy inciertas. Al parecer va a salir del Nafta, como hizo con el TPP. Todo esto es extremadamente dañino y aterrador.

Mi visión sobre los riesgos asociados con la presidencia de Donald Trump no han cambiado. En el lado doméstico va a tener una gran expansión fiscal, un empleo pleno que podría darle un impulso temporal a la economía, pero no está justificado por la situación económica. (Trump) parece estar inclinado a hacer sus cálculos del presupuesto sobre la base de cifras de crecimiento completamente ficticias. Esta administración se mantiene irresponsable, loca e impredecible. Aun cuando ahora está rodeado de personas más sobrias que antes. Tener al general John Kelly como jefe de gabinete es algo bueno, que haya despedido a Steve Bannon también es bueno. Algunas de las mayores oficinas del gobierno, como el Departamento de Defensa, está a cargo de personas razonables, pero sigue siendo una gran preocupación que se va a mantener por otros tres años, y posiblemente más de siete años.

- ¿Qué opina de la reforma tributaria? En una columna aseguró que era totalmente regresiva.

- No tengo dudas de que es extremadamente regresiva. Abrirá un déficit fiscal significativo, al menos 1 punto porcentual mayor cada año. Y ya que la economía está cercana al pleno empleo, probablemente acelere el aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal, lo que podría fortalecer al dólar. La idea de que esto llevará a un gran alza en el crecimiento me parece muy poco convincente.

No hay duda de que EEUU necesita una reforma apropiada. El sistema tributario corporativo es muy ineficiente, pero esta no es una verdadera reforma, es un ofertón tributario. La gente argumenta que causará un gran aumento de la inversión, no lo creo. Es una mala política.

- La bolsa de EEUU está experimentando un rally ¿Qué razones lo explican y cuánto podría durar?

- Una de mis reglas en la vida es nunca hacer pronósticos sobre el mercado bursátil. Es imposible. Hemos tenido un mercado alcista desde la primavera (boreal) de 2009. Las acciones han subido mucho en este período. No estoy persuadido de que haya un quiebre en la tendencia. Hemos tenido un escenario con tasas interés nominales y reales muy bajas, un crecimiento firme, un aumento muy rápido de las ganancias y, ya que los ingresos se han volcado a las utilidades, especialmente en EEUU, estas son condiciones maravillosas para la bolsa. No es improbable que la creencia de que habrá grandes reducciones a los impuestos corporativos, además de una desregulación, haya ayudado a que la bolsa suba aún más. Estos movimientos regresivos son beneficiosos para los accionistas. Pero el mercado es un indicador muy pobre del bienestar general de la gente, porque muy pocos tienen acciones, directa o indirectamente.

China más autocrática

- Hay personas que se han referido al gobierno de Xi como una dictadura ¿está de acuerdo?

- Depende de cómo se defina. Para mí una dictadura es un sistema en el cual el gobierno tiene poder absoluto sobre el Estado y la gente. China siempre lo ha sido. Podríamos llamarlo la dictadura del proletariado, si estuviéramos usando la terminología leninista. Es un Estado leninista pero cuánto interfiere el partido en la vida de los chinos y la forma en que interviene cambia con el tiempo. Cuán concentrado está el poder en la cumbre del partido, también cambia. Xi está asegurándose poder sobre el partido y por lo tanto sobre el país, lo que nadie ha tenido desde Deng Xiaoping. Por lo tanto no es una dictadura más de lo que fue hace 25 años y menos de lo que fue con Mao Zedong. En términos del control del partido sobre el gobierno y la gente, es justo decir que China se ha vuelto más autocrática de lo que ha sido desde el incidente de la Plaza de Tiananmen a principios de los ’90. El movimiento de liberalización, que es sólo un permiso, no un derecho, ha sido revertido.

- El crecimiento no se ha desacelerado como se esperaba ¿Cómo lo explica, por buen desempeño o por intervención de las cifras?

- No lo sé. Soy muy desconfiado de las cifras chinas. No sé si corresponde a crecimiento real y ni siquiera sé qué significa crecimiento real para China dado el rol de la expansión del crédito para sostener niveles extremadamente altos de inversión. Mirar el PIB de China no dice mucho en términos del bienestar de la gente o de la estabilidad fundamental del proceso económico, así es que no le pongo mucha atención. Lo que ha quedado claro es que el gobierno tiene una palanca que le permite expandir la actividad económica fácilmente si es necesario para sostener el crecimiento. La pregunta fundamental para mí es cuál es la calidad del crecimiento, en términos del impacto que tenga en el bienestar de la gente, en el consumo y la sustentabilidad en el largo plazo.

Oportunidad para Brasil

- Usted estuvo recientemente en la región, específicamente en Brasil. ¿Cuán sostenible es la recuperación en Brasil?

- En el caso de Brasil me parece que si la política no explota, es decir, si el próximo presidente es un individuo razonable y nombra a un gobierno competente que tenga el apoyo del Congreso cuando sea necesario -lo que pasa ahora, a pesar de todos los escándalos de corrupción- hay una posibilidad razonable de que se apliquen las reformas necesarias para controlar la posición fiscal a mediano plazo. Y dada el alza cíclica normal que se esperaría después de una enorme recesión, esperaría que Brasil mantenga un alza razonable por varios años. Es normal que una gran economía que está experimentando una estabilización fiscal, con las tasas de interés cayendo, se reponga.

Para mí la pregunta más grande es: ¿pueden usar la crisis que enfrentaron para aplicar reformas fundamentales en el sistema político, remover la maldición de la corrupción y aplicar reformas estructurales que mejoren la posición fiscal en el largo plazo, elevar los ahorros nacionales, aumentar la inversión y mejorar la tasa de crecimiento tendencial?

- ¿Y en Argentina?

- De Argentina no sé nada. Nunca he entendido en realidad a la economía argentina. Es un gran acertijo para mí. Y la política, para un outsider como yo, es tan peculiar, que no puedo juzgar qué está pasando. La única vez que me enfoqué en Argentina fue a fines de los ’90 y principios de los 2000 cuando estaba convencido de que romperían el tipo de cambio fijo y tendrían una enorme crisis, y estaba en lo correcto. Desde entonces me ha asombrado lo mal que han estado. Espero que (Mauricio) Macri ponga al país de vuelta sobre una base sólida para el crecimiento de largo plazo. Argentina tiene mucho potencial, todos lo saben, pero necesita políticas estables y decentes con el consenso de la gente detrás de ellas por un largo tiempo y nunca han sido capaces de lograr eso.

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