Sector automotor de EEUU teme que Trump perjudique producción en México con aranceles más altos

Hace unos días el electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticaba con dureza la decisión de Ford de producir autos en México. En concreto, llegó a decir que implantaría un arancel de hasta 35% a los vehículos procedentes del país vecino.

La compañía anunció el pasado septiembre su intención de trasladar y concentrar la producción de sus máquinas más pequeñas en México, en la planta que está construyendo en San Luis de Potosí en la que va a invertir US$ 1.600 millones. Sin olvidar que General Motors también tiene intención de ensamblar más vehículos en ese país, con una ampliación de su planta en la misma ciudad.

Esta afirmación hizo saltar todas las alarmas en el sector automotriz norteamericano primero, y luego mundial. Sin embargo, las afirmaciones de Trump basadas en devolver la fabricación a EEUU han surtido efecto en su electorado. Los republicanos ganaron en Michigan, Estado del automóvil por excelencia, ya que en Detroit están los cuarteles generales de Ford, General Motors y de Chrysler (ahora integrada en FCA).

Séptimo productor de automóviles

México produjo más de 3,56 millones de vehículos en 2015 y se espera que su producción pueda superar los 5 millones a finales de la década y es el séptimo fabricante mundial de automóviles.

Todos los grandes grupos automovilísticos están o estarán presentes en México. La última gran marca en abrir fábrica ha sido Audi que acaba de inaugurar en Puebla unas instalaciones en las que ensamblará su todocamino Q5 para todo el mundo. Mercedes-Benz también construirá sus vehículos pequeños en el país azteca junto con los Infiniti. También están presentes Renault, Nissan, Volkswagen, Toyota, Mazda u Honda y más adelante, llegará BMW, también a San Luis de Potosí con una inversión de US$ 2.200 millones.

Volkswagen y las emisiones

Incluso el CEO del grupo Volkswagen, Matthïas Müller, expresó su deseo de que la elección de Donald Trump no sea "más perjudicial" para su compañía, que todavía tiene que cerrar cómo arreglar 85.000 vehículos con motor diésel de seis cilindros, cuyas emisiones exceden los límites legales.