Economía

El aumento de la inflación en el mundo le agrega otra dosis de incertidumbre a 2022

Las nuevas restricciones en Asia -sobre todo en China- han influido sobre la escasez de microchips, y en algunas economías emergentes los mayores precios de alimentos se miran con atención.

Por: Montserrat Toledo | Publicado: Viernes 10 de septiembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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El costo de la vida está subiendo y no solo en Chile. Desde Europa hasta los vecinos latinoamericanos, pasando por las mayores economías, cada mes se está dando cuenta de mayores presiones sobre los precios.

En agosto la inflación en Brasil subió a 9,7% interanual desde el 9% de julio, llegando a su nivel más alto desde 2016. En la eurozona el Índice de Precios al Consumidor (IPC) saltó a 3% el mes pasado, su máximo en una década, que se vería superado en los próximos meses. En China el IPC bajó levemente en agosto, pero la inflación de los precios al productor alcanzó su máximo en 13 años para llegar a 9,5%.

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Así como estos, hay ejemplos de decenas de países. Aída Caldera, jefa de división del Departamento de Economía de la OCDE, explica que los rebrotes globales de precios “reflejan en su mayor parte alzas de precios relacionados con la pandemia y desajustes transitorios entre la oferta y la demanda”.

Hay escasez -a su juicio transitoria- derivada de cambios en los patrones de gasto que ha afectado a los microchips. También dice que la reimposición de restricciones en algunas economías de Asia, principalmente en China, han jugado un rol importante sobre la persistencia de estas carencias, a lo que se suman los costos del transporte marítimo en niveles históricamente altos.

Los precios de la energía también van al alza y, en algunas economías emergentes y en desarrollo, el valor de los alimentos ha aumentado con fuerza, de la mano del salto global.

Pero al mirar de cerca, el panorama no es igual en todo el mundo. La economista de la OCDE relata que los estímulos monetarios y fiscales sumados a la reapertura y al mayor gasto de los hogares han presionado los precios en EEUU, mientras en China factores de oferta y demanda han impulsado los precios al productor. En Europa la escasez de materiales y los cuellos de botella en el transporte de contenedores la han pasado la cuenta a la industria manufacturera, y en América Latina las presiones vienen de los precios más altos de la energía, interrupciones por el lado de la oferta y el traspaso de un tipo de cambio más débil, entre otros factores, pero el panorama es distinto en cada país.

Alta volatilidad

Hacia adelante el panorama es incierto. En agosto el índice de precios de alimentos de la FAO -que analiza la variación mensual de los precios internacionales- llegó a 127,4 puntos, 4,3 unidades sobre el mes previo y 30,8 más arriba que el mismo mes de 2020.

Abdolreza Abbassian, economista senior de la FAO, explica que el Covid-19 hace que “la predicción del futuro sea cada vez más difícil”. Dice que pese a ciertos movimientos la tendencia general de los precios es permanecer alta, pero asegura que desde el organismo no esperan que estos se mantengan estables.

A su juicio, esa es la gran preocupación: la volatilidad que enfrentarán los precios -en los mercados internacionales- hacia adelante, ya que esto altera el comercio y la toma de decisiones.

JP Morgan analizó en un informe el panorama de los alimentos, y calificó su inflación como “una señal, no un ruido”. Para el banco de inversión hay tres factores clave detrás de estas subidas globales: las presiones sobre los precios pandémicos se están ampliando, la reducción del poder adquisitivo y que “esta vez es diferente para los bancos centrales”, los que seguirían “siendo pacientes”.

Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, advierte que “la inflación es el impuesto más regresivo que existe”, ya que “pulveriza el poder de compra de los consumidores” que menos tienen. Dice que este es uno de los mayores problemas para los países de la región con alta pobreza.

Caldera, de la OCDE, estima que la inflación global regresará a los rangos previos a la crisis en la mayoría de los países en 2022. Plantea que la holgura del mercado laboral sigue siendo sustancial, las expectativas de inflación continúan ancladas y “todavía se espera que los factores estructurales que habían mantenido los precios en general bajos antes de la pandemia sigan ahí”.

Eso sí, advierte que la inflación se mantendrá elevada en 2022 en ciertos mercados emergentes y en desarrollo, debido a las presiones sobre los precios de los alimentos y la “transmisión rezagada” de los precios del petróleo más elevados.

Neil Shearing , economista jefe de Capital Economics, escribió que la pregunta más importante para los mercados sobre la pospandemia es si esta marcará el comienzo de una era de mayor inflación. Argumenta que lo que pase estará determinado por un “conjunto complejo de fuerzas y opciones de políticas, algunas de las cuales serán intencionales y otras no”, pero aclara que probablemente todo esto se desarrolle de diferentes maneras en cada país.

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