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El futuro del cobre se puede leer en una copa de vino en China

China es el mayor consumidor de cobre; también está entre los 5 principales importadores de vino, es el mayor consumidor de tinto del mundo, y es el mayor comprador de tintos de Burdeos.

Por: Emiko Terazono | Publicado: Viernes 24 de marzo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Cuando los conocedores acudan a Burdeos el próximo mes para la primera cata de vino de la última cosecha podría no ser mala idea consultar el panorama del cobre para determinar las perspectivas del mercado de vinos finos. Ambos productos comparten una característica clave: la liquidez de la economía china los afecta por igual.

China es el mayor consumidor de cobre, lo que le ha dado al metal el apodo de “Dr. Cobre” por su capacidad para inferir el estado de la economía del país. Pero China también está entre los cinco principales importadores de vino, es el mayor consumidor de vino tinto del mundo, y es el mayor comprador de tintos de Burdeos.

“La oferta de dinero chino y el vino fino están estrechamente correlacionados”, comentó James Miles, cofundador y director de la Bolsa Internacional Viñatera de Londres, la bolsa de vinos finos conocida como Liv-ex.

Tanto el precio del cobre como el índice Liv-ex 100 Fine Wine –que refleja los movimientos de 100 de los vinos finos más codiciados, la mayor parte de los cuales provienen de Burdeos– se han estado moviendo a la par durante más de una década y, en 2016, se recuperaron de bajas de múltiples años.

Los dos mercados se vieron afectados por la crisis financiera mundial, pero tocaron fondo en 2008 después de que el gobierno chino anunciara su paquete de estímulo de 4 billones (millones de millones) de yuanes diseñado para evitar los efectos de la turbulencia del mercado global y para aliviar la preocupación por el debilitamiento del crecimiento doméstico.

Los vinos finos se beneficiaron tanto como el sector de la construcción, una de las principales fuentes de demanda de cobre. La mayor parte del dinero chino que se destinó a vino estaba dirigido por el gobierno, declaró Miles.

“A los bancos chinos se les ordenó dar préstamos a las empresas estatales, y los funcionarios no sólo invirtieron su dinero, sino que también se fueron a festejar y bebieron Château Lafite”, agregó.

Un impulso adicional se produjo cuando los impuestos de importación al vino se redujeron en Hong Kong –el principal puerto de entrada al mercado chino– de 80% en 2006 a 40% en 2007, y luego a cero en 2008.

Según Philip Staveley, jefe de investigación de Amphora Portfolio Management, el mercado viñatero estaba impulsado por especuladores en Hong Kong. “Los especuladores compraron y compraron y compraron”, comentó.

Los precios de los vinos finos y del cobre tocaron techo en 2011, con las preocupaciones sobre una desaceleración en China debilitando al “metal rojo”, mientras que la campaña de austeridad de Beijing y la represión de la corrupción condujeron a una pronunciada caída en los precios del vino.

El precio de los vinos de Burdeos, preferidos por los clientes chinos, se desplomó. La cosecha 2008 de Château Lafite Rothschild, cuyo precio era de 1.850 libras por una caja de doce botellas en Londres cuando salió a la venta, llegó a alcanzar las 13.900 libras en su peak de 2011. Este precio cayó a cerca de 5.000 libras en 2015 y actualmente se negocia a alrededor de 6.800, según Liv-ex.

El año pasado, tanto el cobre como el vino se recuperaron gracias a los fundamentos, a pesar de ser diferentes. Un crecimiento económico chino más firme de lo esperado, la ausencia de la oferta esperada de nuevos proyectos, y las esperanzas de una nueva demanda proveniente de EEUU elevaron el precio del cobre, que aumentó 18%. El vino ganó 25%, ayudado por la opinión de que el mercado estaba sobrevendido después de cinco años de declive. El voto del Brexit ayudó haciendo los vinos vendidos a través de comerciantes británicos más asequibles para los inversionistas en el extranjero al caer el valor de la libra.

El retorno de los fondos de inversión chinos y del dinero especulativo a las materias primas también ha ayudado al cobre, a la vez que los inversionistas minoristas del país también están recurriendo al metal, declaró Nicholas Snowdon, analista de Standard Chartered.

Según lo expresado por los comerciantes de vino, el dinero chino también ha regresado al mercado viñatero, pero los inversionistas y los compradores privados han reemplazado las compras respaldadas por el Estado que anteriormente apoyaban los precios.

Los gustos de los compradores chinos también están madurando y diversificándose de los vinos de Burdeos hacia otras áreas en Francia, como Borgoña, los vinos californianos y los “supertoscanos” de Italia. Gary Owen, de Berry Bros & Rudd, comentó: “sus gustos se están volviendo más complejos. Los clientes están comprando una mayor variedad”.

Staveley indicó que los compradores chinos continúan siendo tan sólo un factor a considerar al evaluar las perspectivas para los vinos finos.

China tampoco es el único impulsor del precio del cobre, aunque tiene más influencia sobre el metal rojo que sobre cualquier otra cosa.

Sin embargo, ambos mercados están enviando señales positivas sobre China. El cobre subió 6% este año y el consenso es que ascenderá todavía más. “Estoy esperando que el cobre esté a alrededor de US$ 6.500 para fines de 2017”, comentó Snowdon, desde su precio actual en la Bolsa de Metales de Londres de poco menos de US$ 6.000 por tonelada.

Del mismo modo, una encuesta reciente a miembros de Liv-ex demuestra que esperan que el mercado de vinos finos aumente 8% en 2017.

Los inversionistas en ambos mercados estarán tentados de monitorear la acción en el otro. Cualquier persona interesada en China estará pendiente de ambos.

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