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Fiat Chrysler se une a Renault para afrontar los enormes desafíos de la industria automotriz

Entre los retos están las caídas en las ventas en los principales mercados, la guerra comercial entre EEUU y China y la necesidad de invertir en una nueva tecnología aún costosa: los autos eléctricos.

Por: Peter Campbell | Publicado: Martes 28 de mayo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Mientras FCA mantenía conversaciones con otros actores de la industria, las que llevaba a cabo con Renault avanzaron rápidamente.
Mientras FCA mantenía conversaciones con otros actores de la industria, las que llevaba a cabo con Renault avanzaron rápidamente.

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Londres

La asociación automotriz global que por largo tiempo ha buscado Fiat Chrysler Automobiles podría finalmente dar frutos con la francesa Renault. Las negociaciones que comenzaron hace meses sobre compartir plataformas de manufactura dieron paso a una franca discusión de fusión, anunciaron las dos compañías ayer.

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Mientras FCA mantenía conversaciones con varios otros fabricantes de automóviles, incluido PSA, el rival francés de Renault, las negociaciones con Renault avanzaron rápidamente.

Su potencial unión es la más reciente en una industria que lentamente se está consolidando, en la cual rivales se están uniendo para enfrentar los enormes desafíos de los fabricantes de automóviles a nivel mundial.

Estos van desde preocupaciones inmediatas como caídas en las ventas en los principales mercados, y la guerra comercial entre EEUU y China, hasta la necesidad de invertir en una nueva tecnología, que es cara y que actualmente genera pérdidas: los autos eléctricos.

Legado de Marchionne

El exlíder de FCA, Sergio Marchionne, quien fusionó exitosamente a Fiat con la entonces quebrada Chrysler, argumentó por años que las automotrices necesitaban dejar de duplicar inversiones y trabajar en conjunto. Sus esfuerzos para encontrar un socio incluyeron un fracasado acercamiento a General Motors, e incluso conversaciones con Renault-Nissan bajo el mandato de su exlíder Carlos Ghosn.

Luego de la muerte de Marchionne el año pasado, el presidente de FCA, John Elkann, quien dirige Exor, el accionista mayoritario de la firma con un 29%, continuó buscando un socio adecuado. El director ejecutivo de FCA, Mike Manley, dijo a FT a principio de este año que sería una “locura” del grupo, no buscar alguna unión que los hiciera más fuertes.

La compañía se mantuvo en conversaciones con Renault como también con otros, pero encontró en el fabricante francés una mayor apertura de la que esperaba, y una mirada más emprendedora.

Si bien una fusión entre FCA y Renault no impediría una eventual unión entre Renault y Nissan, daría un respiro a los socios para enfocarse en los desafíos que enfrentan en sus empresas individuales.

Renault está expuesto a la desaceleración del mercado europeo, mientras que Nissan ha evidenciado un rápido deterioro en sus operaciones en Estados Unidos, China y Japón.

Cultura empresarial

En el papel, FCA y Renault son una buena combinación, con pocas operaciones o segmentos superpuestos. Ambos son “altamente compatibles”, escribió a sus clientes el analista de Jefferies, Philippe Houchois.

Si bien Renault es fuerte en Europa, Rusia y algunos mercados emergentes como India, están ausentes de la región de Norteamérica, que equivale a más de un 80% de las ganancias de FCA.

La línea de vehículos utilitarios deportivos (SUV) y las camionetas pick-up de FCA, a través de las marcas Jeep y Ram, contrastan con la selección de vehículos más grandes de Renault. El grupo italoamericano también suma placas premium con Alfa Romeo y Maserati, una porción altamente rentable del mercado, en la que Renault no figura actualmente.

Si bien FCA ha quedado rezagado en la industria en sumar tecnología de vehículos eléctricos a su línea, Renault es el líder europeo, con ventas de su automóvil Zoe que superan las de cualquier otro modelo eléctrico.

Aun cuando FCA se comprometió a gastar 9.000 millones de euros en su próximo plan a cinco años, la empresa podría ahorrar en inversión, mediante la transferencia de la tecnología propia de Renault. Pero la historia de la industria automovilística está plagada de fusiones fallidas, como Daimler-Chrysler, e incluso la anterior de Renault con Jeep, sin éxito.

“Las fusiones siempre son un negocio realmente complicado, y habitualmente se trata de culturas”, dijo el analista senior de la estadounidense Autotrader, Michelle Krebs. “Fue sorprendente que Renault y Nissan se mantengan juntas a pesar de sus diferencias culturales, mientras que las culturas de Daimler-Chrysler nunca combinaron bien, por lo que fracasó”.

Houchois dijo que es necesario decidir una gran cantidad de detalles, lo que afectará en las operaciones de la compañía resultante. “Un control claro, una gobernabilidad adecuada, y una buena definición de las responsabilidades administrativas son los principales aspectos a considerar, especialmente dado por las múltiples fallas de gobernabilidad de los últimos años en la industria y los claros límites en las participaciones”.

La cultura de FCA, que fue formada en parte por Marchionne, tiene más influencia estadounidense que italiana, según los expertos. Trabajar con Renault -y con el tiempo con su socio de alianza Nissan- significaría que la firma resultante sería una gran mezcla de culturas. “Se necesitará un líder muy diplomático para juntar todas las piezas”, dijo Krebs.

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