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Un gigantesco salto para las ambiciones multiplanetarias de Elon Musk

Los increíbles logros de SpaceX han servido como una inspiradora distracción de las mundanas noticias de la Tierra.

Por: Financial Times, John Thornhill | Publicado: Viernes 5 de junio de 2020 a las 12:04 hrs.
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"¡Encendamos ya esta vela!" Con esas palabras, Doug Hurley y su compañero astronauta Bob Behnken despegaron de Cabo Cañaveral en Florida a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX.

En cierto sentido, el lanzamiento del pasado sábado fue de rutina, uno más de los que han transportado a más de 230 astronautas a la Estación Espacial Internacional que ha estado orbitando a 250 millas sobre nuestras cabezas durante casi 20 años.

Pero en otro, fue un logro asombroso que marcó el comienzo de una nueva era espacial. Solo tres entidades, todas ellas países, han lanzado previamente humanos al espacio: Rusia, Estados Unidos y China. Esta fue la primera vez que una empresa comercial lo hizo, y por una fracción del costo.

Las palabras de Hurley en la plataforma de lanzamiento también resonaron con un significado histórico, haciéndose eco de las utilizadas por Alan Shepard en 1961 cuando se convirtió en el primer estadounidense en ir al espacio, desencadenando una carrera con la Unión Soviética para llegar a la Luna.

"Creo que la humanidad debería estar entusiasmada con esto", dijo Elon Musk, el multimillonario del sector tecnológico y fundador de SpaceX, en la conferencia de prensa posterior al lanzamiento, con la voz quebrada por la emoción. "Esperemos que sea el primer paso en el viaje hacia la civilización en Marte".

Podría decirse que el misterioso Musk, nacido en Sudáfrica, es conocido tanto por sus escandalosas acrobacias publicitarias, su estilo de gestión implacable y sus excentricidades personales, como por su destreza en el desarrollo de los automóviles Tesla, fábricas de baterías y cohetes. Pero no hay duda sobre sus logros en ingeniería.

Martin Rees, el astrónomo real de Gran Bretaña, llamó a Musk el " Isambard Kingdom Brunel del siglo XXI", en referencia al legendario ingeniero cuyos ingeniosos diseños de ferrocarriles y barcos a vapor revolucionaron el transporte en el siglo XIX. "A pesar de algunas de las estupideces que ha hecho, tienes que admirar al tipo", dijo Rees.

Poderosa combinación

Fundada en 2002, SpaceX ha transformado la industria con una dosis de radical innovación y rápida experimentación. Su misión corporativa, seguramente la más ambiciosa de todas las compañías de la historia, es convertir a la humanidad en una especie que habite múltiples planetas.

Sin embargo, su salvaje visión siempre ha estado equilibrada con una resistencia y paciencia de acero. A pesar de las dudas iniciales de ambas partes, SpaceX también ha forjado una efectiva alianza con la NASA, que patrocinó su última misión. Al combinar el conocimiento y disciplina del sector privado con la experiencia y la infraestructura del sector público, las dos organizaciones han creado algo que ninguna de las dos podría haber logrado por sí sola.

Hace dos años, Gwynne Shotwell, la presidenta y directora de operaciones de SpaceX, presentó en una conferencia un espectacular video de múltiples explosiones, señalando que le había llevado a la compañía trece años y muchos millones de dólares para perfeccionar el arte de lanzar cohetes reutilizables.

Sin embargo, esa tecnología ha permitido a SpaceX emerger como uno de los lanzadores de satélites comerciales más confiables, competitivos y rentables en el negocio espacial. "Hacemos cosas geniales, pero también tenemos un negocio y ese negocio es excelente", dijo Shotwell.

Todavía pasarán muchos años antes de que SpaceX pueda aspirar a despegar hacia Marte. Y los chinos, ansiosos por afirmar su supremacía tecnológica, están emergiendo rápidamente como competidores formidables en la carrera espacial del siglo XXI.

Pero Rees aplaude las ambiciones de Musk de apuntar a Marte, incluso si cuestiona su visión de bases habitadas permanentemente que sirvan como respaldo para la Tierra. Argumenta que la nueva generación de compañías espaciales privadas ahora puede ser más apta que la NASA para asumir desafíos altamente riesgosos.

Tras el catastrófico fracaso de dos de sus 135 lanzamientos del Transbordador espacial, la NASA, comprensiblemente, ha desarrollado una cultura mucho más reacia al riesgo. "Una tasa de fracaso de menos de 2% es aceptable para los pilotos de prueba o parapentes en Yosemite, pero no para los contribuyentes estadounidenses", dice Rees.

Un horizonte más amplio

En cualquier caso, el lanzamiento de cohetes de SpaceX ha servido como una distracción en los últimos días de las noticias más preocupantes de la Tierra, con Estados Unidos sacudido por las protestas tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis.

Sin embargo, la misión de la compañía también puede servir de inspiración. En un correo electrónico a su personal, Shotwell reveló que un prendedor que usó durante el lanzamiento llevaba una cita de Harriet Tubman, la política y activista abolicionista que nació siendo esclava en el Estados Unidos del siglo XIX. "Cada gran sueño comienza con un soñador. Recuerda siempre que tienes dentro de ti la fuerza, la paciencia y la pasión para alcanzar las estrellas y cambiar el mundo".

SpaceX es una prueba de que los sueños "absurdamente imposibles", como le gusta llamarlos, a veces pueden hacerse realidad.

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