Política

William Singer: "La Llave" para entrar a universidades de élite

En una audición para tener su propio reality show se jactó de ser un “coach de vida” para sus millonarios clientes. Su abogado lo describió como “un hombre muy estoico”.

Por: Isabel Ramos Jeldres | Publicado: Viernes 15 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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William Rick Singer ha estado cooperando con los investigadores federales de Estados Unidos desde septiembre de 2018. El hombre, de 58 años, es la pieza central del escándalo de admisión a universidades de élite que explotó esta semana.

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Con su cooperación, ayudó a la policía a juntar todas las piezas del puzzle y quebrar el esquema que facilitaba que padres millonarios aseguraran el ingreso de sus hijos a las universidades más reconocidas de Estados Unidos, entre ellos actrices, figuras de Wall Street y el viñatero chileno Agustín F. Huneeus.

El martes Singer se declaró culpable de cuatro cargos en una corte federal de Boston, incluyendo conspiración y obstrucción a la justicia. En los siete años en que ejerció esta práctica logró recaudar la no despreciable cifra de US$ 25 millones en sobornos.

"Puedo hacer cualquier cosa"

Singer le explicó a un cliente potencial que hay distintas formas de ingresar a las universidades de élite de EEUU: la "puerta principal", que se basa en el esfuerzo y méritos de los estudiantes; y la "puerta trasera", una práctica a la que recurren padres ricos que realizan donaciones millonarias, aunque esto no garantiza la admisión de sus hijos.

En The Edge College & Career Network, conocida como "The Key" (La Llave) ofrecía una "puerta lateral", que sí entregaba garantías. Para esto proponía dos opciones a los padres. La primera era que sus hijos dijeran que tenían discapacidades médicas y que realizaran los exámenes de admisión en instalaciones con personal que había sido sobornado por él.

La segunda alternativa era el pago a entrenadores para que ayudaran a sus hijos a ingresar a las universidades como si fueran estrellas deportivas.

Las universidades involucradas era Georgetown, Stanford, Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Universidad de San Diego, Universidad del Sur de California, Universidad de Texas, Wake Forest y Yale. A los clientes se les cobraba entre US$ 15 mil y US$ 75 mil por el servicio, un desembolso que era disfrazado como donación para obras de beneficencia a través de una segunda institución, la Key Worldwide Foundation, también propiedad de Singer.

"OK, entonces, quienes somos, lo que hacemos es ayudar a las familias más ricas de Estados Unidos a que sus hijos entren a la universidad", aseguró Singer a Gordon Caplan, copresidente de la prominente firma legal Willkie Farr & Gallagher, y potencial cliente, revela el expediente investigativo.

El esquema funcionaba sin que los postulantes supieran que sus padres habían comprado su acceso a la educación superior. "Puedo hacer que los puntajes (de las pruebas) sucedan, y nadie en el planeta puede hacer que los puntajes sucedan", le dijo a otro cliente.

"Ella ni siquiera sabrá que pasó. Creerá que es súper inteligente, y que tuvo suerte en la prueba, y tendrá un puntaje. Hay varias maneras de hacer esto. Puedo hacer cualquier cosa y puedo hacerlo todo, si ustedes están dispuestos a hacerlo", le aseguró.

Coach de vida

Singer sabía cómo funcionaba el exigente mundo deportivo escolar. En 1988 fue despedido de la escuela secundaria de Sacramento en la que trabajaba como entrenador de básquetbol por su comportamiento abusivo hacia los árbitros.

Luego se reinventó a sí mismo, se mudó a Newport Beach, al sur de California, y decidió convertirse en un gurú de la postulación a las universidades. En 2010, incluso, audicionó en un canal de televisión para tener su propio reality show. "Este proceso saca todo lo bueno y mucho de lo malo de lo que sucede en los hogares de las familias", dijo Singer, en un video que obtuvo TMZ.

En la cinta, grabada por una compañía productora, Singer se jacta de ser un "coach de vida" para sus millonarios clientes, quienes viajan con él en sus aviones privados.

"Trabajamos en los hogares de todas estas familias. Los conocemos en la intimidad. Sé cómo son sus dormitorios, su sala de lavandería, cómo se relacionan", aseguró. "Así es que sé cuál es la opción correcta (para sus hijos)".

En el video también afirmó que su gratificación está en que los postulantes enfrenten un proceso exitoso. "Después de todo este caos, el pago para mí es saber que estos chicos encontraron el lugar indicado para ir a la universidad y que se siente bien conmigo mismos, que se sienten empoderados para ser exitosos", expresó.

Tras la audiencia de presentación de cargos, uno de sus abogados, Donald H. Heller, lo describió como "un hombre muy estoico", pero advirtió que enfrentar este proceso "ha sido muy emotivo para él, porque toda su vida ha estado trabajando con niños para que ingresen a la universidad, y se le salió de control".

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