Los ganadores y perdedores tras el alza de la tasa en EEUU y el fin de la era Lehman

Las consecuencias de la nueva política monetaria de Estados Unidos, que ha subido la tasa de interés a 0,25%-0,50% por primera vez desde 2006, son impredecibles, especialmente cuando el resto de los grandes bancos centrales internacionales está lejos de endurecer su estrategia.

Por eso, los analistas permanecen ya más pendientes de cómo serán los nuevos incrementos que podrían elevar los tipos hasta en más de cien puntos básicos para diciembre de 2016.

Aunque una subida como la anunciada por la Fed es aparentemente llevadera, afectará a muchos sectores de manera inmediata. La primera y más visible consecuencia será el aún mayor fortalecimiento del dólar, que animará a muchos inversionistas a apostar por la divisa y que aumentará la competitividad de las empresas europeas.

"Afectará también a las materias primas, circunstancia que tendrá un impacto negativo en los países emergentes, donde aumentará la posibilidad de fugas de capitales", dice el catedrático Robert Tornabell, catedrático de Banca y ex decano de Esade Business School.

Las empresas más afectadas serán las que más exporten y las más endeudadas, como las commodities. La subida de tipos encarecerá también las hipotecas y los préstamos, lo que se verá reflejado en el mercado inmobiliario y el automovilístico, que ahora está en niveles récord. En cambio, los bancos y los ahorradores obtendrán mayores rentabilidades y las empresas importadoras podrán comprar más por menos. La subida de tipos dirigirá las inversiones a la renta fija estadounidense, lo que tendrá repercusiones en la renta variable. "Habrá una mayor volatilidad en Wall Street, tanto en las acciones como en la deuda privada y la deuda pública", vaticina Tornabell.