El día después de mañana
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Señora Directora:
Tal como nos mostró la película que evoco en el titular de esta carta, tenemos que pensar en cómo nos repondremos emocionalmente de los miles de muertos, las secuelas físicas y económicas que dejará esta pandemia de Covid-19.
La reconversión de puestos de trabajo y la destrucción de otros tantos, nos pondrá en un complejo escenario de empleabilidad que no habíamos visto antes. Ojalá que todos los que se acogieron a la ley de protección del empleo los recuperen y esas empresas no se hayan visto en la necesidad de cerrar para siempre.
Para ello, tendremos que buscar grandes acuerdos políticos y sociales que nos permitan, con generosidad, generar políticas públicas que recuperen los ingresos fiscales y ojalá no prime la vieja y nefasta formula de aumentar hasta el infinito las tasas de impuesto.
Parece un contrasentido lo que planteo, pero en el fondo no lo es. Si tengo una tasa de 10% y lo aplico sobre un ingreso de 1.000, recaudo 100. Pero si quiero duplicar la recaudación y llegar a 200, prefiero que el ingreso aumente a 2.000 -con el efecto positivo en el empleo- manteniendo la tasa en 10%, que aumentar la tasa a 20% y no crear mas valor en el ingreso porque de paso, se destruyen empleos al generar solo 800 de producto.
En fin, el día después de mañana ojalá que sea pensando en el bien de los que menos tienen, por estar desempleados, y generemos un acuerdo nacional para incentivar el crecimiento económico por sobre agobiar la economía con mayores tasas de impuesto.
William Díaz
Economista
