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DF Conexión a China | G7: competencia con China y Rusia impulsa la agenda

GIDEON RACHMAN © 2021 The Financial Times Ltd.

Por: Gideon Rachman | Publicado: Martes 15 de junio de 2021 a las 04:00 hrs.
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La competencia con China fue el tema subyacente de gran parte de la cumbre del G7 celebrada en Inglaterra la semana pasada. La determinación de contrarrestar la creciente influencia mundial de China se hizo patente en el apoyo del grupo a una alternativa occidental a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China para construir infraestructuras en el mundo en desarrollo. La idea es que la opción del G7 ofrezca normas medioambientales más estrictas y con más transparencia en materia de préstamos y gobernanza.

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Pero también es probable que ofrezca mucha menos ayuda monetaria, un punto en el que el comunicado del G7 se vuelve notablemente impreciso. Mientras tanto, bancos y empresas chinos ya están trabajando intensamente en proyectos emblemáticos en todo el mundo, como la construcción de una nueva capital para Egipto.

Más allá de los anuncios y los titulares, está la cuestión más profunda de cuán unido está realmente el mundo occidental en su decisión de oponerse al dominio chino. Incluso al margen del G7, se hizo evidente que el lenguaje utilizado por EEUU y Japón fue notablemente más fuerte que la retórica de los europeos.

Las cuatro naciones invitadas a unirse al G7 en Cornualles —en particular, India y Australia— son claramente importantes para cualquier intento de organizar el mundo democrático para enfrentarse a China. Pero en su intervención justo antes de la cumbre, Emmanuel Macron, el presidente francés, subrayó la necesidad de que Europa mantenga su “independencia en cuanto a nuestra estrategia ante China”. Esta opinión la compartieron Angela Merkel, la canciller alemana, e incluso, hasta cierto punto, Boris Johnson.

El G7 no puede evitar la realidad de que la cooperación china es esencial para enfrentar el cambio climático. Lo que los líderes reunidos intentaron hacer en Cornualles fue ejercer liderazgo en la iniciativa global. Anunciaron ambiciosos planes para cerrar cuanto antes las centrales eléctricas de carbón contaminantes y proteger el 30% de la tierra y los océanos del planeta para 2030. Inevitablemente, el comunicado oficial fue poco detallado. Pero sigue existiendo la sospecha de que las medidas prácticas para lograr estos objetivos podrían no ser inminentes.

Después de Cornualles, la siguiente parada de Biden es una cumbre de la OTAN en Bruselas, seguida de una reunión con Vladimir Putin. El comunicado del G7 hizo énfasis en solicitar una investigación sobre el uso de armas químicas en suelo ruso, además de condenar la tolerancia de Rusia a los ataques de ransomware lanzados desde su territorio. La esperanza es que Putin quede impresionado por las muestras de determinación y unidad de Occidente realizadas en Cornualles y Bruselas.

Putin —al igual que el presidente Xi Jinping— tomará nota de que las cosas han cambiado claramente en la alianza occidental, con la salida de Trump de la Casa Blanca. ¿Pero se sentirán intimidados o castigados los líderes de Rusia y China? Quizás aún no.

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