Guillermo Tagle

Un acuerdo y una central

Gran parte de los que estaban despiertos y vimos las noticias

Por: Guillermo Tagle | Publicado: Viernes 11 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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Gran parte de los que estaban despiertos y vimos las noticias al cierre de la noche del martes tuvimos un mejor dormir. Una sensación de cambio de ambiente, de que vivimos en un país que busca progresar, con autoridades dispuestas a escuchar y promover el bienestar (por el anuncio del acuerdo político en el proyecto de Reforma Tributaria), y con empresarios creando valor y construyendo infraestructura generadora de energía limpia (por la inauguración de la Central Angostura).

Desde que se publicó el proyecto de Reforma Tributaria, una gran preocupación e incertidumbre incrementó el proceso de desaceleración que se ha venido manifestando desde el año pasado. No sólo por el aumento de impuestos anunciado, si no también por la falta de discusión pública y análisis al que se había sometido una reforma tan relevante como esta. Aplanadoras y retroexcavadoras fueron algunas de las figuras que se usaron para graficar lo que podría ocurrir, con la forma o el estilo que podría prevalecer en todas las materias que el actual Gobierno se propone cambiar. Sin embargo, el mundo político, el Senado y el equipo del Ministerio de Hacienda, sorprendieron con una inusitada actividad de consulta y diálogo, que mantuvo escépticos a muchos, que pensábamos que tanta consulta y opiniones de todo tipo de autoridades y entidades no sería más que para refrendar y mantener lo inicialmente propuesto. Por ello, cuando vimos en televisión aparecer juntos a representantes de todos los sectores políticos, suscribiendo un acuerdo que permitiría aprobar la Reforma Tributaria con un amplio consenso, se generó una sensación de tranquilidad y esperanza que permitió dormir en paz.

No se trata de que el incremento de impuestos ya no sea significativo, porque las magnitudes propuestas son aun muy altas, pero la tranquilidad surge por la señal de que tenemos autoridades dispuestas a dialogar de verdad. Que frente a observaciones de expertos respecto de cómo algunas de las ideas iniciales podrían perjudicar seriamente el buen funcionamiento de nuestra economía, de cómo algunos de los tributos representaban un cambio de reglas del juego, o un desincentivo importante a la inversión y el ahorro, las autoridades tuvieron sabiduría y humildad para aceptar divergencias y buscar convergencias.

Sabiduría, humildad, diálogo, son valores algo pasados de moda. Por ello, había poca fe de que las opiniones de casi un centenar de expertos que pasaron estas semanas por la Comisión de Hacienda del Senado, pudiesen de verdad influir y provocar un cambio. Lo más positivo del acuerdo, de la foto de dirigentes con posturas diversas firmando juntos por un proyecto común, no es el nuevo contenido de la Reforma, es la sensación de que hay voluntad por construir juntos un país moderno y desarrollado. Que no son las revanchas y la nivelación hacia abajo lo que prevalecerá en los cambios de los próximos años, si no la común voluntad de hacer de Chile un país mejor.

La firma del acuerdo tributario (trasmitida en vivo por TV), vino seguida de la cobertura de la inauguración de la primera nueva Central Hidroeléctrica relevante, que se construye y empieza a funcionar en Chile desde la inauguración de la Central Ralco ocurrida hace aproximadamente 10 años. El acto que contó con la presencia comprometida del gobierno, incluyendo la asistencia de la Presidenta de la República, generó también la esperanza de que en Chile se pueda volver a emprender en el campo de nuevas fuentes de energía, tan necesarias para el futuro progreso económico y social, La falta de inversión en nuevas fuentes de generación, la poca voluntad y compromiso público por apoyar el desarrollo de centrales hidroeléctricas, ha sido una de las causas de las disminuciones de productividad y competitividad que Chile enfrentará, especialmente en términos relativos a otros países de la región.

Estos dos eventos ocurridos en un mismo día, pueden ser simples causalidades y no un cambio de tendencia. Pero creemos más correcto interpretarlos como señales positivas de lo que está por venir. Un Chile dispuesto a dialogar, a buscar puntos de encuentro, que puede construir obras relevantes para las actuales y futuras generaciones; con empresas comprometidas con el medio ambiente y las comunidades de su entorno; con autoridades cuya sabiduría y humildad estarán por sobre las ideologías y posturas preconcebidas respecto de cómo construir la sociedad que hoy merecemos.

Lo que nos permitió dormir bien el martes en la noche puede no ser algo pasajero, puede ser algo que llegue para quedarse y que efectivamente nos permita dejar atrás temores e incertidumbres y marque el rumbo que seguiremos en los años por venir.

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