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Implicancias de la rebaja de nuestro rating soberano

Ricardo Fischer Socio F&Z Asesorías

Por: Ricardo Fischer | Publicado: Viernes 11 de agosto de 2017 a las 04:00 hrs.
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S&P le acaba de rebajar el rating a Chile desde AA- a A+, lo que ha generado preocupación entre los expertos. Partamos desdramatizando el hecho al entender que la situación financiera de Chile, en comparación con otros países es razonable. Naciones clasificadas con AAA, correspondiente a la máxima calificación, como Canadá, Australia y Finlandia, tienen niveles superiores de deuda (116%, 68% y 75% del PGB respectivamente) en relación con Chile que tiene sólo 25%.

En realidad las agencias clasificadoras no buscan estimar si la situación económica es buena o mala, sino que intentan establecer la probabilidad de que el país entre en cesación de pagos. A medida que baja la clasificación, se está indicando que esa probabilidad es mayor. Dichas clasificaciones se dividen en dos grandes categorías: grado de inversión (de BBB hacia arriba) y fuera de grado de inversión (BBB- o inferior). La importancia de lo anterior es que en el primer caso, los inversionistas institucionales pueden invertir sin mayores limitaciones, a diferencia de los segundos en que lo pueden hacer con restricciones o no lo pueden hacer, lo que se traduce en que la liquidez (volumen de transacciones) de los primeros es muy superior a los segundos, por lo que ante un evento negativo, las caídas de valor son bastante más pronunciadas, sin que eso signifique que el país se encuentre en dificultades.

La teoría nos indica que a menor clasificación, mayor es el costo de financiamiento, por lo que una de las preocupaciones para los economistas es su impacto en dicho costo. Curiosamente, y al contrario de lo que uno se imagina intuitivamente, la probabilidad estadística (medida como la cantidad de cesaciones de pago a lo largo de varios años para cada clasificación de riesgo) de que un emisor entre en dicha situación comparado con el castigo en la tasa de interés no es proporcional. Para calificaciones AAA, el castigo en la tasa es extremadamente bajo comparativamente con la probabilidad de default (número de defaults en varios años), mientras que a medida que cae la clasificación esa diferencia se estrecha progresivamente hasta llegar prácticamente a una relación uno a uno. Lo que hay detrás de lo anterior, es que un inversionista no se asusta porque un bono cayó por ejemplo de AAA a AA.

A estas alturas ustedes deben preguntarse entonces por qué tanto revuelo por la rebaja del riesgo Chile. Pues bien, la dirección que está tomando la economía del país va por mal camino.

En resumen, la rebaja en la clasificación no tiene impacto en la economía per se, si no que constata el rumbo que ha tomado ésta. Lo anterior resulta preocupante dado que el mensaje implícito es que por este camino irá aumentando la probabilidad de entrar en cesación de pagos, de lo cual afortunadamente aún nos encontramos muy distantes.

Los principales motivos que tuvo la agencia para la rebaja del rating fueron el bajo crecimiento y su impacto en el déficit fiscal. Lo anterior ratifica la preocupación de los economistas y que el expresidente Lagos resumió en una sola frase: “La tarea número uno es crecer, todo lo demás es música”.

Es de esperar que el país logre revertir esta tendencia, volviendo a crecer a tasas más altas, lo que mejoraría la recaudación fiscal, contribuyendo a equilibrar el presupuesto.

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