Columnistas

Institucionalidad y retroexcavadoras

Álvaro Bellolio

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Con la reciente visita del profesor Daron Acemoglu a Chile, co-autor del célebre libro Why Nations Fail, reflotaron varios conceptos e ideas que han estado en la discusión pública en los últimos días, los cuales son interesantes de analizar.

Según la teoría de Acemoglu, la diferencia entre los países desarrollados y aquellos que quedan en el camino es, principalmente, la fortaleza de sus instituciones. Un país que posea instituciones sólidas y un respeto por el Estado de Derecho, tiene muchas más posibilidades de ser desarrollado que uno en que no se respeten estas condiciones.

Es por ello que cuando el senador Quintana, líder del Partido por la Democracia, habla de ocupar “retroexcavadoras” para retirar todo proyecto e institución de lo que comentan que ha sido contaminado con el “neoliberalismo” buscan, en su propia medida, avanzar en la destrucción de la institucionalidad existente, para crear instituciones “puras y nobles”, en la lógica de la utopía de la refundación, lo que en la historia no ha dado resultado debido a la imposibilidad de alcanzar estas instituciones perfectas, incólumes ante el “neoliberalismo”. El problema es que esta lógica de ciertos sectores de la Concertación se enfoca más en la búsqueda de enemigos comunes que la mejora de la calidad de vida de los chilenos.

Los masivos despidos de personas electas a través del sistema de Alta Dirección Pública, el retiro de diversos proyectos de ley, como el que crea una Agencia de Evaluación de Políticas Públicas, el de una Nueva Agencia de Acreditación para la Educación Superior, del que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología o incluso el hecho de desobedecer las recomendaciones de expertos mundiales con respecto al último Censo, muestran que la lógica de retroexcavar las instituciones ha sido impulsada por un gobierno que plantea generar cambios de fondo a costa de minar un tema clave para cualquier país, como es su fortaleza institucional y reglas claras.

Si no nos tomamos nuestra institucionalidad en serio corremos el riesgo de estancar a Chile en la “eterna promesa” de alcanzar el desarrollo. Es de esperar que en vez de sacar las “retroexcavadoras” nos enfoquemos en cómo tener un mejor Estado para Chile, que sea eficaz y busque la equidad en sus políticas públicas, empoderando a la ciudadanía y a la sociedad civil en su rol de partícipes y fiscalizadores, y deje los revanchismos institucionales y maquinaria de construcción “anti neoliberal” de lado.

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