Ironman de Pucón

Apostaría a que un número importante de los que están leyendo, participaron de alguna manera en el Ironman de Pucón. Algunos lo hicimos de forma directa y corrimos por primera vez, otros se “repitieron el plato” y algunos, lo hicieron indirectamente.

Quienes nos desenvolvemos en el mundo de los negocios y que estuvimos involucrados nos preguntamos, ¿por qué y para qué lo hicimos? La respuesta podría estar en la relación entre el triatlón y la capacidad de “hacer empresa”.

En 1978 un grupo de marinos estadounidenses discutían sobre si eran mejores deportistas los nadadores o los corredores. Pero John Collins, el comandante del grupo, le agregó dificultad a la conversación, asegurando que los ciclistas tenían aún más habilidades. Puestos en la incertidumbre, propuso realizar una prueba que combinara las tres disciplinas y que el ganador fuera llamado Ironman.

De esta forma, Collins sacó a los corredores, ciclistas y nadadores de su zona de confort y los obligó a construir la capacidad de adaptarse a distintos ecosistemas y a generar habilidades en otras disciplinas.

La ansiedad y el nerviosismo al cual esos deportistas estuvieron sometidos, no deben distar del de quienes participamos por primera vez y quienes además sentimos una lógica incertidumbre. Lo que sí sabíamos es que no fuimos creados para el agua, y por ende, que podríamos pasarlo muy mal. También, que terminada esa etapa, podríamos recuperar tiempo en la fase de bicicleta y a la vez, dejar fuerzas para correr por la península, el tramo final. ¡Y qué final!, tres vueltas de siete kilómetros, con cuatro de subida cada una.

Esa península me recordó que en la vida el 90% es perseverancia y mucho corazón. Que aunque pienses que está todo hecho, aparece otra prueba, más dura, en la que es natural entrar en pánico y paralizarse. Y es precisamente ahí donde está la diferencia: algunos se quedan abajo, abatidos y otros reaccionan, afrontan los desafíos y de ello se fortalecen.

Hoy Chile vive una sensación de incertidumbre en materia económica y política, pues no sabemos si en el futuro próximo habrán lineamientos de gobierno que favorezcan el desarrollo empresarial y que así volvamos al dinamismo de hace unos años.

Es por ello que debemos salir de nuestra zona de confort, desarrollar la capacidad de adaptarnos a nuevos escenarios, seguir adelante, ser positivos y emprendedores. Hacer que esta carrera, la más linda del mundo, nos inspire a ser hombres de acero que podemos fallar y triunfar mil veces, pero nunca dejar de intentarlo, adaptándonos siempre a las nuevas realidades.