Padre Hugo Tagle

Día del Trabajo

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 27 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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El próximo 1° de mayo celebramos el Día del Trabajo. Un par de reflexiones. Por una parte, sobre el 75% de los chilenos dice sentirse bien en su lugar de trabajo. Un dato revelador de que, al final, hacemos del trabajo un segundo hogar. De hecho, somos uno de los países de la OCDE donde más tiempo se pasa en el lugar de trabajo. Y el segundo dato revelador, es que un porcentaje menor, pero importante, siente una alta inseguridad laboral. La sensación de que el trabajo puede terminarse es una suerte de espada de Damocles, que nos tortura y, finalmente, nos lleva a hacer las cosas mal y a desgano. Es cierto que nadie puede asegurarnos una fuente de trabajo estable. Pero sí se debe propender a crear condiciones que faciliten y promuevan la creación de fuentes de más y mejores trabajos. En eso, no debemos descansar.


Somos co-creadores en el plan de Dios. El trabajo es la forma en que continuamos la acción vitalizadora de Dios; hacemos posible la vida y la perpetuamos. Para que sea fuente de dignificación, debemos valorar todo trabajo, por sencillo que sea. No hay trabajo que sea indigno, si se hace con esmero, dedicación y responsabilidad, vale lo mismo que el de otro. De todo trabajo, por monótono que sea, se puede sacar alguna lección de humanidad. En cada uno está el revertir los momentos amargos y frustrantes; transformarlos en fuente de vida creativa.


El trabajo es espacio de encuentro con el otro, nos regala sentido de pertenencia social; nos realiza como personas. Si trabaja relativamente solo, no descanse en encontrar y potenciar los momentos de encuentro con los demás. Se trabaja mejor, se rinde más, se acorta el tiempo, si se está en contacto con otras personas.


El trabajo, dice el Papa Francisco, "no tiene sólo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida! Cualquier persona sin empleo o subempleada corre, de hecho, el peligro de que la sitúen al margen de la sociedad y de convertirse así en una víctima de exclusión social". Y en relación a la sindicalización, una palabra del Padre Hurtado: "Es muy difícil para los asalariados discutir las condiciones de su trabajo si cada uno individualmente ha de entenderse con el patrón o su representante. Para estar en un pie de menos desigualdad necesitan presentar colectivamente sus peticiones". Así lo entendemos en cualquier grupo humano. En la organización laboral no tiene porqué ser diferente.


Creemos más y mejores fuentes de trabajo. Cada uno en y desde lo suyo, puede hacerlo. Un noble desafío. Quien da trabajo, da vida.

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