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Por qué todos los padres necesitan tomar un tiempo sabático

Simon Kuper

Por: Simon Kuper | Publicado: Lunes 30 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Podría decirse que el principal objetivo de los viajes de negocios es escapar de la vida familiar. Acabo de pasar cinco semanas cubriendo la Copa del Mundo, y aunque a menudo caminaba por las ciudades rusas deseando poder mostrarles a mi esposa e hijos lo que estaba viendo, y aunque las llamadas de FaceTime no eran suficientes, y aunque trabajaba 14 horas todos los días, la verdad brutal es que estaba agradecido por tener un descanso de la familia. Los sabáticos durante la crianza mantienen a los padres sanos.

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La vida familiar no es fácil. El amor es lo fácil. Me preocupo mucho más por mis hijos que por mí. Desde que nacieron, he llegado a considerar mi propia muerte como un problema de gestión. Pero el problema es estar juntos todos los días. Los niños y los adultos simplemente no tienen mucho en común. Para los niños, la mayoría de nuestras conversaciones son tan aburridas como lo son para los adultos las suyas.

La vida familiar es una simple repetición. El lunes por la noche, todos vuelven a casa y cenan juntos y, en los intervalos entre disputas y peleas, descubren un poco acerca de los días de los demás. Los acuestas a dormir, les dices que los amas. El martes por la mañana, comienza todo de nuevo.

Me desconcierta el gran número de horas que nuestro grupo, elegido de alguna manera al azar (los genes son los únicos criterios que nos unen), pasa junto. Veo más a mis hijos en cualquier fin de semana promedio de lo que he visto a algunos amigos cercanos en años. Cuando era niño, el comienzo de la escuela el lunes por la mañana parecía el final de mi libertad. Ahora que soy padre, parece ser el comienzo. Y debido a que mis hijos me ven con tanta frecuencia, es casi imposible presentarles mi mejor (o el más adecuado) yo. Ya temo leer sus primeras novelas.

Es cierto que soy especialmente inadecuado para la vida familiar. Soy tan feliz cuando estoy solo que trabajé en una oficina por mi cuenta durante 20 años, y soy tan adicto a mi trabajo que ahora dedico gran parte del tiempo que paso con mis hijos a hacer listas en mi mente de todas las otras cosas que debería estar haciendo.

Intento pensar en la paternidad a tiempo completo como sólo una fase, "una larga temporada de la vida", como lo llamó el periodista Nicholas Lemann. Si llego a los 80, sólo habría pasado cerca de un cuarto de mi vida haciéndolo. Estoy esperando una tercera edad de libertad, y también espero no estar demasiado decrépito para disfrutarla. Pero mientras estoy en esta fase de crianza, necesito un descanso de vez en cuando. Tanto estar solo como vivir en familia son insatisfactorios, así que el truco es mezclarlos.

Al criar a mis niños en París, veo que los padres a mi alrededor toman sabáticos todo el tiempo. La típica persona francesa se jubila cuando tiene 60 y vive hasta los 83, por lo que el país tiene una amplia colección de ociosos abuelos que están en forma, dispuestos a acoger a los niños durante las interminables vacaciones francesas. Muchos de ellos también tienen idílicas casas grandes en el campo. Este sistema está tan institucionalizado que los hoteles franceses se llenan cada septiembre cuando los abuelos se recuperan de sus veranos con los nietos. Los padres franceses también pueden enviar a sus hijos a largas estadías en colonias de "vacances" (campamentos de vacaciones), a menudo organizadas y subvencionadas por los empleadores de los padres.

Muchos de mis compañeros parisinos se deshacen de sus críos el primer día de cada vacación escolar y luego vuelven a la cama. Parecen hacerlo sin culpa. Un amigo se deleita en contarme acerca de sus semanas de libertad en su departamento, a menudo sin siquiera su esposa. Quiero abofetearlo. Al no ser francés, no he tenido cinco días a solas en mi departamento en más de una década.

La clase alta británica resuelve el problema criando a sus hijos en internados. Los demás necesitamos un descanso de la crianza de nuestros hijos. La mejor manera de obtener uno es afirmar que tu empleador te está obligando a realizar un largo viaje. Sin embargo, esta estrategia depende del género. Cuando mi esposa viaja por trabajo, constantemente le dicen: "Oh, debes extrañar mucho a tus hijos". Se ha vuelto reacia a viajar por trabajo.

Es diferente para los padres. Un Mundial es un mar de hombres, y en el mes que pasé comiendo maní en los centros de prensa con otros periodistas o empujando para entrar en conferencias de prensa, solamente uno de ellos me preguntó si era difícil para mí estar lejos de mis hijos. Ese hombre abandonó el Mundial de Rusia temprano, porque estaba preocupado por la disminución de la calidad de sus interacciones con su niño pequeño en Skype.

Poco después del Mundial, recibí una bonificación adicional: por primera vez, mis hijos aceptaron ir a un campamento por dos semanas. Por primera vez en doce años, mi esposa y yo tendremos quince días a solas. Esto es maravilloso.

También es aterrador, como comenzar una relación desde cero.

En septiembre, mi descanso de la crianza sin duda me permitirá volver a la vida familiar con entusiasmo. Pero cuando se lo comenté a un amigo, me dijo: "No, sólo hará que sea más difícil para ti volver al calabozo".

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