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Riesgos para inversiones en 2017

Economista de Scotiabank Chile

Por: Benjamín Sierra | Publicado: Martes 28 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Los riesgos son inevitables y, en inversiones, son la otra cara de la rentabilidad. Además, siempre que se invierte se están haciendo pronósticos sobre riesgos y rentabilidades, explícita o implícitamente. Aunque algunos connotados inversionistas a nivel mundial digan que no se trata de eso, porque predecir es muy difícil, a cualquiera que ha navegado en estas aguas por unos años le parece que ese tipo de afirmaciones tiene incluso más de cinismo que de hipocresía. Nadie toma decisiones de inversión -o no debería hacerlo- si no tiene una idea propia del panorama que lo rodeará, lo que implica una forma de predicción razonable y fundamentada. Que termine siendo muy acertada ya es otro asunto, puesto que nadie puede asegurar la evolución de miles de acontecimientos sobre los que no tiene ningún control (con frecuencia, tampoco información suficiente).

Este año, en economía e inversiones se vislumbran riesgos (positivos y negativos, como siempre) que, como es habitual, terminarán desviando los resultados respecto a los previstos por la mayoría del mercado. Sin embargo, su naturaleza parece algo diferente: pocas veces se advierten los niveles de riesgo político de este año, que incluso predominan sobre los propiamente económicos, tanto interna como externamente. Entre estos últimos, es claro que las decisiones que ineludiblemente irán tomando las respectivas autoridades en EEUU, China y Europa en los meses próximos serán críticas. Respecto a los internos, el cómo se perfile el debate eleccionario y el liderazgo político será decisivo: nuestra economía crece poco, viene saliendo de un período inflacionario -con un fuerte componente cambiario y acotado, pero más bien prolongado- y los agentes (empresas y consumidores), por diversos motivos, se han mostrado cautos (con frecuencia, pesimistas), debido a todo lo cual posiblemente permanecen muy sensibles.

En este contexto, se debe destacar la diversificación como predisposición esencial, incluso más de lo habitual. Por ejemplo, en el escenario más probable, las tasas de interés de corto plazo continuarán a la baja, las tasas largas estarán bajo presión por algunas cifras, pero deberían comenzar a repuntar en los próximos meses; el tipo de cambio seguiría fluctuando en torno a los niveles actuales, aunque con un amplio rango; los mercados accionarios se ven, en conjunto, como la alternativa más atractiva considerando solo la rentabilidad. Pero en todos los casos, los resultados son muy inciertos y la naturaleza predominantemente política de los riesgos sugiere alta volatilidad de corto plazo. Por lo tanto, otro mensaje válido en estas circunstancias es: separar las tendencias del ruido. Las ganancias verdaderas y permanentes están en adaptarse adecuadamente a las tendencias y no estar reaccionando a toda la información que aparece cada día. No toda esa información es desechable, pero muy poca es realmente capaz de modificar las tendencias que nos generan valor. Otra forma de ayudar a esto es alargar los horizontes de inversión para dejar que las tendencias se manifiesten en los resultados.

Ni los riesgos ni un panorama un poco adverso deben desanimarnos. Quiero recordar que en una columna publicada hace un año (4 de febrero de 2016) ya dábamos argumentos para la alta probabilidad de que ciertos factores críticos presionaran el retroceso inflacionario más de lo que la mayoría del mercado esperaba para 2016 (en aquel momento apuntaban a 3,6%). El resultado final (2,7%) fue incluso inferior a los pronósticos más bajos. Es más, en la primera columna de aquella saga (31 de agosto de 2015), y ante una inminente postura monetaria más agresiva, ya se mencionaba “el riesgo de que antes de dos años nos encontremos con una economía igual de lenta y con la inflación bajo el rango referencial, que termine forzando políticas reflacionarias (…).” Hoy pareciera que todo esto se cumplió (en algunos casos, desafortunadamente, hay que decirlo). Sin embargo, aun así los retornos de muchas inversiones, entre las que destaca el mercado accionario, han sido positivos y se ubicaron dentro el rango previsto, aunque no sin fluctuaciones y resultados intermedios adversos.

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