Editorial

Bonificación contra desempeño: mínimo exigible

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Imagen foto_00000001e las cinco notas más leídas en nuestra edición online de ayer, dos tenían que ver con las remuneraciones en el sector público.

La #1 fue el acuerdo alcanzado entre el gobierno y los trabajadores fiscales en torno al reajuste salarial de 2018, que finalmente será de 3,5%. Esto es la mitad de lo que pedían las organizaciones de funcionarios estatales, pero un punto y medio más que el 2% concedido el año pasado, en circunstancias en que el ingreso promedio de la administración pública es más de un 50% superior al promedio nacional. Y en circunstancias, también, en que aún son muy tímidos los avances en modernización del Estado, pese al consenso sobre su imperiosa necesidad.

Esto último, precisamente, explica que la quinta nota más leída ayer fuera sobre la decisión gubernamental de elevar las exigencias de cumplimiento de metas a los servicios públicos, si es que esperan obtener bonos de desempeño.

Este criterio que parece de mínima sensatez —el premio se entrega contra resultados— ha estado lejos de ser la norma en época reciente. De hecho, para los ciudadanos se ha vuelto habitual enterarse de que la mayoría de los servicios públicos obtiene regularmente la máxima bonificación, correspondiente a un desempeño de excelencia. En 2016, ¡todos ellos la obtuvieron!

El actual gobierno ha instruido cambios al Programa de Mejoramiento de la Gestión, vigente desde 1998 y que se revisa anualmente, que fijan parámetros más exigentes a más de 130 reparticiones públicas para medir su desempeño, con lo cual la bonificación dejaría de entregarse en forma virtualmente automática. A partir de 2019, “las instituciones deberán comprometer un mejoramiento global de su desempeño”, dice la circular oficial.

La ANEF ya criticó la iniciativa, pero los funcionarios públicos debieran ser los primeros interesados en mostrar que los bonos que reciben —con los impuestos de todos los chilenos— se explican por un desempeño de excelencia medido según criterios objetivos, no por la captura de granjerías estatales.

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