El sentido de la COP

a nueva cumbre de la ONU sobre cambio climático comenzó este lunes en Glasgow en un ambiente de relativo escepticismo, dada la falta de acuerdo entre las economías del G-20 -la semana pasada- sobre nuevas medidas para frenar las emisiones netas de carbono en 2050 .

Las importantes ausencias de China y Rusia tampoco suman a la COP26, que se extiende hasta el domingo.

Esto no equivale, necesariamente, una irrelevancia. Justamente, el mayor logro de las citas climáticas desde 1995 -basadas en evidencia científica cada vez más concluyente- ha sido poner en perspectiva la gravedad, complejidad y urgencia del desafío climático a escala global.

Así, de esta cumbre no saldrá la "solución" al calentamiento global ni tampoco cabría esperarla, aun en el escenario más optimista. Tampoco sellará el fracaso mundial para enfrentarlo, pese a declaraciones altisonantes -y esperables- como la del primer ministro británico: "Si fracasamos, nuestros hijos no nos perdonarán".

Desde luego es deseable que la comunidad internacional -pero en especial los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero: China y Estados Unidos- perfeccione todos los modos de combatir el cambio climático. Citas como la COP indudablemente a ese objetivo, pese a las críticas de escaso avance y los inevitables altibajos.

Para países como Chile, en tanto, que sin ser grandes contaminantes en términos comparados, sufren de diversas formas los impactos del cambio climático, la COP sirve fundamentalmente para relevar la importancia del cuidado del medio ambiente como factor de desarrollo y calidad de vida para sus habitantes. Las estrategias que proponen las candidaturas presidenciales en esta materia, consignadas por este diario, dan cuenta de esa preocupación y de su, hoy en día, inevitable dimensión política.

Al respecto, las propuestas centradas en los desafíos concretos de Chile en este ámbito -como la prolongada sequía -parecen más pertinentes y realistas que el compromiso usualmente retórico con una lucha ambientalista global.