Reforma del Estado, una prioridad creciente

En el contexto actual, de aguda estrechez de recursos fiscales, se hace inevitable volver a mirar la eficiencia del Estado en la utilización de los mismos, y las prioridades con que se asignan. En ambos aspectos el país está en deuda, por lo que deberían formar parte esencial de la agenda de reformas del próximo gobierno.

El gasto en burocracia, entendido como lo que corresponde a gastos en personal y compra de bienes y servicios de consumo y producción, se ha mantenido relativamente estable como proporción del gasto total desde 1990, por lo que no ha habido un deterioro en este aspecto. Sin embargo, esa mirada puede ser complaciente, considerando que por cada $1 que se entrega en subsidios y transferencias, se gastan $ 0,56 en burocracia, lo que parece elevado. Llama también la atención que mientras en 2017 el gasto fiscal total crecerá un 2,7% real, el ítem personal aumente un 4,7% real y el de bienes y servicios un 4,2% real, que se suman a expansiones importantes los años previos. Aunque las comparaciones internacionales en este aspecto son complejas de hacer, respecto a la OCDE Chile presenta baja satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos y porcentajes muy reducidos de gobierno digital. Avanzar en estos aspectos es una manera muy efectiva de allegar más recursos para programas sociales.

Es necesario también poner la mirada sobre la necesaria focalización de recursos, aspecto que se ha ido perdiendo en estos años. Basta señalar que el Presupuesto para 2017 incorpora un aumento de recursos para educación superior equivalente a más de seis veces el crecimiento del pilar solidario.