Editorial

Una invitación a reflexionar: redes sociales

  • T+
  • T-

Compartir

En entrevista con este diario el viernes pasado, Ascanio Cavallo —reputado periodista, escritor, académico y analista político— planteó que "las redes sociales están cumpliendo un papel fascista". A su juicio, el hecho de que no existan normas ni estándares exigibles para el discurso en las plataformas digitales —al menos, no más allá de los establecidos por las grandes empresas multinacionales que son sus propietarias—, a diferencia de lo que pasa con los medios de comunicación tradicionales, termina avalando un espacio que, junto con sus innegables virtudes, contiene no pocos riesgos para la convivencia cívica y el debate democrático.

La advertencia proviene de alguien que valora profundamente lo que la libertad de expresión significa para una sociedad democrática, pero que a la vez entiende las complejidades de dicha libertad. En tiempos de fake news y polarización política, la reflexión que plantea Cavallo es del todo pertinente: hoy la desinformación, la manipulación y la radicalización son amenazas para la democracia que desde luego no son culpa de las redes sociales, pero que se vuelven mucho más graves e inminentes gracias a ellas.

El entrevistado plantea una reflexión sobre la base de legítimas inquietudes y, por cierto, argumentos razonables. Para reforzarla, invita a remitirse al renombrado intelectual público de origen israelí Noah Harari, quien propone repensar el rol de la tecnología —y las redes sociales— en nuestra cultura, precisamente por su tremenda importancia. Otros pensadores contemporáneos, como el norteamericano Jaron Lanier, recalcan un punto clave para entender el tecnologizado siglo XXI: que algunas dimensiones del mundo digital —como las redes sociales— funcionen de determinada manera, no significa ni que ésa haya sido la intención original ni que ése sea su modo óptimo (o único).

Lo que aportan las redes sociales a la horizontalidad y transparencia de las comunicaciones modernas —a nivel económico, político y social— es innegable. Razón de más para una reflexión más a fondo sobre sus otras dimensiones.

Lo más leído