Reportajes

El viaje de la primera escuela reconstruida

La estructura fue construida 20 días después de la tragedia por Desafío Levantemos Chile y fue la primera obra de la entidad.

Por: Sofía Neumann O | Publicado: Viernes 21 de febrero de 2020 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Bajo el fatigante calor que azota siempre a Linares en esta fecha, la Orquesta Sinfónica Estudiantil ensaya con urgencia. En medio de flautas y trombones, la escuela que se levanta en la calle Juan Domingo Palacios de la Villa Los Portones, se prepara para viajar a Iloca y conmemorar una fecha clave en su historia: el terremoto del 27 de febrero de 2010, que tuvo como epicentro la región del Maule.

Ese año y debido a la magnitud 8,8 grados en la escala de Richter del sismo, las instalaciones en las que los 90 niños y jóvenes de la orquesta practicaban desde 2004 –año en que se creó la Orquesta Sinfónica Estudiantil–, se destruyeron.

"Teníamos unas salas que se vinieron abajo y la escuela que también nos prestaba sus instalaciones se cayó. Quedamos en nada, sin lugar para ensayar. En ese momento tenía dos hijas estudiando allí, fue un desastre, teníamos que practicar en la calle. Desde 2010 fuimos como una escuela nómade", cuenta el presidente de la Orquesta Sinfónica Estudiantil, Iván Villar.

Imagen foto_00000001

Justo en ese mismo momento a 170 kilómetros, en la costa de Iloca, la escuela de ese pueblo también se derrumbó y 20 días después, Desafío Levantemos Chile creó una estructura modular provisoria, la misma que fue trasladada a Linares en 2017 y que hoy alberga a Orquesta Sinfónica Estudiantil.

"No teníamos un terreno y la Municipalidad de Linares nos facilitó uno. Al tenerlo contactamos a Desafío Levantemos Chile y nos contaron que la escuela de Iloca ya no se usaba y la trasladaron, fue como una minga. El proceso tardó como dos semanas, un camión llevó los módulos", explica Villar.

El director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile, Nicolás Birrell, explica que la creación de la estructura de 430 m2 tuvo una inversión de US$ 350.000 y en 2010 alojó a 150 niños de esa zona. En 2017 tomaron la decisión de trasladar la estructura modular a Linares, ya que ésta no se utilizaba en Iloca desde que 2014, cuando habilitaron una escuela definitiva.

"Dado que la escuela era modular dijimos que había que reutilizarla. Vimos que la escuela de música también se había caído en el terremoto y desde esa fecha no tenían donde tocar, dijimos que 'que simbólico utilizar algo en desuso y llevárselo a otros afectados", explica Birrell.

Imagen foto_00000003
Birrell destacó la nueva utilidad de la escuela modular de Iloca que ahora utiliza una orquesta en Linares.

Escuela Felipe Cubillos

Desde ese momento la orquesta pasó a llamarse Escuela De Música y Artes, Felipe Cubillos Sigall, en honor al fundador de la organización que falleció en el accidente aéreo de Juan Fernández en 2011. Actualmente la estructura alberga a más de 100 estudiantes y cuenta con seis salas para clases individuales y un salón para ensayos.

Villar explica que la Escuela viajará a Iloca el próximo jueves 27, fecha en que se cumplen diez años del terremoto y tsunami, para ser parte de un evento convocado por Desafío Levantemos Chile, entidad que se creó a raíz del siniestro y que por lo tanto este año también conmemora una década.

"La experiencia será recordar momentos muy difíciles para nosotros como Orquesta y para esa localidad. Vamos a ir a entregar todo el trabajo que hemos hecho, a devolverles la mano ya que ahora nosotros tenemos una escuela propia", dice Erika Guerrero, que participa de la Orquesta desde 2008.

Diez años de la reconstrucción

Además de la Escuela de Iloca, Desafío Levantemos Chile, desarrolló otros proyectos en la Región del Maule y Bio Bío, que fueron las más afectadas con el siniestro.

Birrell, explica que en la actualidad varios de los proyectos siguen en pie y continúan desarrollando iniciativas, como Desafío Maule Futuro, programa de capital semilla orientado a emprendedores y que hasta la fecha ha apalancado $250 millones. Esto se suma a las viviendas, escuelas y diversos jardines infantiles que la entidad levantó. "La zona de Duao, Iloca y Constitución está muchísimo mejor de lo que estaba antes del terremoto. Una catástrofe natural representa una oportunidad para mejorar los estándares de vida", plantea el ejecutivo.

En retrospectiva, Birell subraya que la catástrofe dejo entrever múltiples falencias que existían en esas regiones, "existía pésima calidad de la infraestructura y del modelo educacional, mal acceso a salud y poco impulso al emprendimiento, era un terremoto social". Esto marcó a la iniciativa y la impulsó a ampliar el radio de acción y el número de localidades.

Actualmente la institución tiene cinco líneas de acción –salud; cultura y deporte; educación; emprendimiento y emergencia– y de cara a 2020 apunta a continuar desarrollando proyectos en esas regiones, en materias como emprendimiento y salud. Además, está apostando por proyectos relacionados a la escasez hídrica y al estallido social.

Lo más leído