Columnistas

Ajuste vs crecimiento

Luis Felipe Lagos M. Economista y consultor

Por: Luis Felipe Lagos M. | Publicado: Miércoles 19 de julio de 2023 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Luis Felipe Lagos M.

En la discusión sobre la situación económica del país se tiende a confundir el proceso de ajuste con el crecimiento. Los efectos sobre el bienestar de un ajuste son marginales comparados con el crecimiento de mediano plazo.

Después del incremento en la demanda agregada, que hizo posible los retiros de ahorro previsional y la ayuda del gobierno (IFE), era inevitable un ajuste para controlar la inflación y reducir el insostenible déficit en la cuenta corriente.

“El problema central de Chile no es el ajuste, sino el crecimiento paupérrimo de mediano plazo que no es resorte de la política monetaria, salvo en cuanto a proveer un entorno de estabilidad financiera e inflación baja y estable”.

El ajuste contempló una política monetaria restrictiva y un retiro del impulso fiscal. En cuanto a la política monetaria, la tasa de política es el principal instrumento que usan los bancos centrales. No obstante, en la discusión académica, no es claro si esta debe subir más que la inflación- alza en la tasa real-, para abatir un shock inflacionario. Asimismo, es discutible la importancia que dan las autoridades monetarias a la brecha de producto o curva de Phillips como elemento causal de la inflación.

Sin embargo, en el caso de Chile, el alza de la tasa de interés era aconsejable, dado que no sólo se debe reducir la inflación, sino que también el déficit en la cuenta corriente, es decir, se precisa disminuir la brecha entre la demanda interna y el nivel de ingreso. El aumento de la tasa logra contraer la demanda, afectando tanto el consumo como la inversión, y así permite encauzar el déficit en una trayectoria sostenible.

El ajuste ideal sería uno que recayera principalmente en el consumo, no obstante, los instrumentos que tiene el Banco Central no son tan precisos como para evitar una caída en la inversión y una recesión, como lo acontecido en 2022-2023.

La caída en la inversión, que limita el crecimiento de mediano plazo (tendencia), no solo es una respuesta a la política monetaria, sino que principalmente a la mayor incertidumbre política y el pésimo proyecto constitucional inicial, a las reformas tributaria y de pensiones presentadas, que dañan el ahorro e inversión y a la “permisología”, que contempla cerca de 400 trámites que llevan a plazos de hasta 11 años para concretar un proyecto (CNEP).

Como traba final, se establece una instancia política que puede rechazar el proyecto. No debiera existir esta instancia política. Con todo, si prevalece, debiera estar al principio, nunca como último trámite.

Sin duda, el problema central de Chile no es el ajuste, sino el crecimiento paupérrimo de mediano plazo que no es resorte de la política monetaria, salvo en lo que respecta a proveer un entorno de estabilidad financiera e inflación baja y estable. En efecto, desde 2014 la economía ha crecido un 2% como promedio anual, con una productividad estancada, dado que los gobiernos han privilegiado la redistribución, implementando sucesivas reformas tributarias sin considerar sus efectos negativos en ahorro e inversión, más que dinamizar la economía. El programa del gobierno actual llega al extremo de prácticamente no considerar el crecimiento.

Recientemente, Hacienda ha anunciado medidas para fortalecer el crecimiento, inversión y productividad. Algunas son positivas, aunque muy generales, como reformar los permisos para invertir. Sin embargo, se mantiene la tasa de impuesto corporativa y sólo se considera un esquema de depreciación semi instantánea transitorio, desconociendo que nuestro problema de crecimiento se ha vuelto más permanente, afectando al PIB tendencial.

Más que proveer financiamiento estatal, los inversionistas requieren certeza jurídica, impuestos competitivos, y permisos con plazos razonables.

Lo más leído