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Cartas al director

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Ni el Banco Central se escapa


Señor Director:
Hasta el propio Banco Central está siendo perjudicado por el mal manejo de este gobierno, quien ha impulsado nefastas reformas sustentadas en una visión socialista añeja y perjudicial para todos. En efecto, en una situación interna más normal, manteniendo los shock externos y las volatilidades de la coyuntura internacional (léase fragilidad en China, baja del precio del cobre, perspectivas de alza de tasa en Estados Unidos, etc.), la autoridad monetaria hace rato que habría elevado la tasa de interés doméstica ante los altos registros inflacionarios que se han producido.
La mayor tasa de interés habría acotado significativamente la depreciación del peso, lo que habría contribuido a mantener mucho más a raya la inflación –por lo demás, único mandado de nuestra autoridad monetaria–, que en agosto alcanzó 5% anual, 2 puntos porcentuales más que el valor medio del rango meta.
En otras palabras, a este ritmo inflacionario los precios se duplicarían en poco más de 14 años (¿estabilidad de precios?).
Pero no, dada la incertidumbre interna, ni la propia autoridad monetaria tiene muy claro si la fuerte desaceleración proyectada para la economía, y reconocida en cada IPoM de este año, acotará las presiones de precios en el futuro. En concreto, la postergación del alza de tasas en buena parte se explica por la posibilidad que fuese la propia debilidad económica interna la que se encargara de colocarla en su rango, pero parece ser que esta visión está cada vez más agotada, o al menos la paciencia de la autoridad.
Todos hemos sufrido con las reformas, menor actividad, mayor inflación, peores condiciones en general, y muchas cosas más. Quizás sea hora de enmendar el horror. Aunque dudo que se haga. Más allá de frases aisladas o medidas de contención de algunos, el director de la obra se resiste a dar el (duro y difícil pero muy necesario) paso definitivo. Ojalá que al menos nos sirva de lección.
Félix Berríos Theoduloz
Magister Economía, PUC


Eyzaguirre I


Señor Director:
Don Nicolás, quien es sin duda uno de los hijos predilectos del progresismo nacional y uno de sus eruditos de fuste, acaba de reconocer que por segunda vez lo pillaron "cazando moscas". A groso modo señala que no tenían pensado cómo hacer las reformas, su real dimensión y valor, que no estaban preparados y que no existe la estructura necesaria para implementarlas. En resumen: improvisación ideológica y ejecutiva absoluta.
La otra vez que estaba desprevenido le costó a Codelco la friolera de entre US$ 2 y 5 mil millones –contrato con Minmetals-. Ahora su despiste le está cobrando a Chile bastante más en crecimiento e inversión, a lo cual debiéramos agregar que el actual estado reformista del país casi ha destruido la convivencia nacional y la reputación de la clase política. Tampoco debemos olvidar que fue el ministro más poderoso del gobierno que ideó y diseñó la política pública más nefasta de los últimos 100 años. El Transantiago.
Este currículo que abollaría a cualquiera, demuestra una de las más nocivas características de la política actual. No existe el accountability. A pesar de la mala suerte que ha rodeado a sus decisiones, sigue siendo considerado dentro de los pesos pesados del conglomerado oficialista y tiene su reputación aún intacta, a pesar de sus infortunios.
Uno se pregunta entonces, ¿qué debiera hacer alguien en Chile para merecer un raspacacho?
Cristián Gabler
Abogado


Eyzaguirre II


Señor Director:
El ministro Eyzaguirre tiene vergüenza en reconocer que hizo mal el trabajo pero cuando estaba haciéndolo no oyó nuevas ideas ni aceptó críticas. Ahora se arrepiente pero el daño que hizo es gigante y las soluciones complicadas porque hay que atender demandas de todos los sectores, no será fácil. Finalmente agreguemos que, si todo lo hizo mal y ahora critica al gobierno, qué hace trabajando en él todavía.
Rodrigo Zañartu

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